Recuerdo que hace años mi hermana, un día en unas vacaciones, utilizó la palabra alberca para referirse a la piscina. En ese momento le cuestioné el por qué estaba utilizando esa palabra, a lo que ella respondió que así hablaban en las novelas. Recientemente, Patricia Corcino le dijo a Alana en “La casa de los famosos 4″, que en Puerto Rico no conocíamos la palabra alberca y que la estábamos aprendiendo gracias al programa. ¡Pero qué equivocada que está! Así que como era de esperarse, en las redes sociales comenzaron a aparecer los memes relacionados a las piscinas, digo a las albercas.

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No, Patricia, no. En el español de Puerto Rico no utilizamos la palabra alberca, no porque no la conozcamos, sino porque no es parte de nuestro vocabulario. De hecho, tampoco utilizamos la palabra tobogán (chorrera), cometa (chiringa), aventón (pon), naranja (china), zumo (jugo), mande (diga), bueno al responder a una llamada (hola), qué pena (qué vergüenza), chavo (muchacho), naco (persona corriente), ahorita (ya mismo), chela (cerveza), qué padre (qué nítido), y si sigo no termino.

¿Por qué varía el español? Es una lengua romance, es decir, tiene sus orígenes en el latín que, con el Imperio Romano, abarcó gran parte de Europa, África y Asia; y, como toda lengua, fue evolucionando a través del tiempo. En lo que se refiere al “español de América”, esta expresión debe ser entendida como el conjunto de variedades dialectales que se hablan en el continente americano, ya que, en realidad, los hispanoamericanos no hablan de la misma manera: el habla de Argentina es distinto al habla de Puerto Rico, y el español de un peruano o chileno tampoco es igual al de un mexicano o guatemalteco. Algunas fuentes aseguran que existen entre 20 y 30 dialectos distintos del español, mientras que otras sugieren que el número es mucho menor o mayor. Cada uno de estos dialectos tienen sus propias características en términos de pronunciación, vocabulario y gramática. Entonces, es por eso que en Puerto Rico no se dice alberca, se dice piscina.

El español de Puerto Rico es parte del español de América y es el resultado de una serie de procesos que comenzaron con el descubrimiento de la Isla en 1493. Nuestro español se enmarca dentro del español antillano, junto con el español de Santo Domingo, Cuba, costas caribeñas de Venezuela y Colombia. Lo que significa que compartimos con estas regiones o países del Caribe muchas de nuestras características lingüísticas. Como afirma Benítez Rojo en su ensayo “La isla que se repite”, que “el Caribe es una sopa de signos”. Lo mismo pasa con nuestro español. Es la mezcla del español de España, del influjo indígena, de África, la creación y adaptación criollista e inevitablemente de la influencia del inglés.

Así que el hecho que no hablemos igual el español, no significa que no comprendamos lo que significan algunas palabras. De hecho, cabe señalar que hay lingüistas que afirman que el español que se habla en nuestro país es bueno. Que como en todos los países del mundo dependiendo de la región en que se viva, o el tipo de educación que una persona haya recibido, hay quienes tienen más vocabulario que otros. El comentario de Corcino a Alana lo que denota es desconocimiento por su parte. Quería lucir bien tirándole la mala (expresión que se utiliza en el argot popular) a los boricuas, y le salió el tiro por la culata (refrán popular), porque habló sin fundamento ni razón.

A veces, hay quienes que, por quererse lucir en algunos escenarios, lo que hacen es lucir mal. Uno nunca debe renegar de donde viene y de sus raíces. Eso precisamente nos hace ser quienes somos. Si hay algo que aún no nos han podido arrebatar es nuestro español, símbolo de nuestra identidad nacional.

Algunos se aprenden muchas palabras bonitas para aparentar dominar un idioma, pero cuando vas a la raíz del mensaje, terminaron diciendo nada. En ocasiones, menos es más, y como bien aprendí en mis estudios graduados, la magia está en la síntesis, eso también denota conocimiento. Patricia que no se te olvide el país de procedencia de muchos de los grandes a través de la historia; Clemente, Rita Moreno, Ricky Martín, Raúl Juliá, Chayanne, y muchos otros que tienen en común ser hijos de esta amada tierra.