Parece que fue ayer cuando mi esposo y yo dijimos sí, y es que el tiempo vuela. Tengo muy claro que la vida toda es movimiento y cambio, pero qué hermoso se siente cuando uno vive en intensidad y ni siquiera se da cuenta que ya va un año desde que la vida cambió para siempre. Vivir en matrimonio es un reto, uno de esos que no todo el mundo está dispuesto a correr.

La vida en matrimonio supone esa bendición de amar en libertad. Es aprender de tu acompañante de camino, ceder y fluir. Es reconocer que la vida en pareja supone retos, desafíos, momentos hermosos y toma de decisiones. Desde hace un año orgullosamente soy esposa, pero antes de serlo, soy persona. En este camino recorrido he aprendido demasiado de mi esposo y todos los días le admiro cada vez más.

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¿Cuánto cambia la vida en un año? Demasiado, pues precisamente, un día como ayer, la ilusión y la incertidumbre me acompañaban. Hoy, otras ilusiones e incertidumbres se asoman en mi mente. Cierro los ojos y recuerdo vívidamente todos los instantes de aquel 24 de junio mágico.

Si estás en el proceso de casarte, disfruta cada uno los eventos, de la toma de decisiones y, sobre todo, el día de la boda disfruta a conciencia ese momento, pues se va volando. Si ya vives en matrimonio, asegúrate de todos los días mantener viva la chispa del amor. Vivimos sumergidos en el ajoro de la vida y a veces no somos capaces de detenernos para reconectar con nuestro acompañante de camino. No vivas a la expectativa, déjate sorprender. Así, de esta manera, el camino es más placentero y menos doloroso. De hecho, escribiendo esta columna, mi esposo me sorprendió con un hermoso arreglo de flores, recordándome que la magia está en los detalles.

En un año todo crece, todo se transforma. Viene bien sacar unos minutos y reflexionar individualmente y luego en pareja sobre los aciertos y desaciertos encontrados en el camino. Repasa tus votos matrimoniales, y asegúrate de estarlos cumpliendo. Aquello que no hayas cumplido a cabalidad pregúntate: ¿qué pasó o qué no pasó? Un ejercicio que hice durante todo el fin de semana fue agradecer, desconectarme del ruido de la rutina y estar más presente que nunca, pues no existirá jamás otro primer año de casados.

Algunos secretos para vivir un matrimonio saludable:

-Tener comunicación. Saber qué decir, cómo decirlo y en qué momento decirlo. Ambas personas en la relación, antes de hablar, deben pensar qué decir y tener disposición a escuchar, para que así se lleve a cabo una comunicación efectiva.

-Ser compasivos. La compasión permite que uno pueda comprender al otro.

-Tener paciencia, dejar a un lado el ego, para saber estar y ser.

-Admiración. Conviértete en admirador o admiradora de tu pareja. Eso solidifica tu relación.

Y sobre todas las cosas ten confianza en esa persona que elegiste para acompañarte en este camino que llamamos vida.

Sin duda alguna el ingrediente principal en cualquier relación debe ser el respeto total y absoluto hacia esa persona a la que le dijiste sí. El matrimonio debe estar basado en un compromiso que requiere una actitud de solidaridad y acompañamiento constante. Crezcan juntos, eso es hermoso. Arriésgate a enamorar tu pareja todos los días. No te descuides, para poder pensar en el otro primero tienes que pensar en ti. Sean agradecidos entre ustedes y sobre todo recuerda amarte a ti mismo para así poder amar a tu esposo o esposa.

A mi amado esposo, gracias, muchas gracias por un hermoso año de crecimiento y sobre todo de mucho amor. Gracias por tu complicidad infinita y por permitirnos ser y estar. Te amo. Y a ustedes mis lectores, gracias por ser cómplices de un año extraordinario.