Se supone que mi columna de hoy, según lo había agendado, fuera sobre el caos que hay con los votos adelantados.

Es de popular conocimiento que hay chanchullos con los votos adelantados, que hay desorganización, que aparentemente hay partidos políticos que le están pagando a los ciudadanos para que voten por los de ellos y hasta recientemente el legislador novoprogresista Georgie Navarro admitió que es parte de quienes contabilizan los votos, pues en el programa “Jugando Pelota Dura” dio un informe de la cantidad de personas que habían votado por el PNP, PPD, quienes cruzaron líneas y el “chiste” se cuenta solo.

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Navarro, antes de intentar querer meternos las cabras, piense bien las mentiras que vaya a decir, para que no se le caiga el libreto cuando los demás representantes lo pongan en evidencia.

Entonces, ahí pienso ¿cómo es posible que personas como este señor sigan revalidando cada cuatro años?

Así que debemos estar ojo al pillo, como dice el refrán popular y hacer que nuestros votos cuenten y no sean manipulados.

Los partidos políticos no se pueden aprovechar de la vulnerabilidad de nuestra gente, ni mucho menos querer comprarles. Esto es antidemocrático y en el ejercicio de la democracia es inaudito.

De aquí al día de las elecciones todos los ciudadanos tenemos que estar pendiente de cómo se hacen cumplir nuestros derechos. La corrupción no puede hacer fiesta.

Este pasado fin de semana nuestro país sufrió humillaciones.

En primer lugar, el candidato Thomas Rivera Schatz le viró una botella de agua a una ciudadana, que representaba a los de su oposición. Una señora, ejerciendo su derecho a la libertad de expresión, estaba en la calle con su cartel de Juan Dalmau.

Al Rivera Schatz pasar en su caravana, la vio y desde el camión que estaba, le viró una botella de agua a la señora. ¿Esos son los líderes que queremos en nuestro país? ¿Esos son los líderes que cada cuatro años revalidan? ¿A cuenta de qué? Este acto evidencia el trato que este señor le da a la gente que no piensa como él. ¿Acaso eso está bien? La respuesta contundentemente es NO.

No, Rivera Schatz, no está bien que abuse de su poder, porque en otro tiempo de la historia, usted sería considerado un dictador, por oprimir a aquellos que difieren de su ideología política.

Fíjense lo que es capaz de hacer ese señor a sabiendas que hay cámaras a su alrededor. Imagínense lo que hará cuando nadie le ve. Esto me levanta bandera. Estamos a tiempo de demostrarle que una persona como él no está capacitada para ocupar un escaño público, pues no nos representa.

Entonces, la gota que colmó la copa fue el comentario del “comediante” Tony Hinchcliffe, quien escudado en un stand up se refiere a los puertorriqueños de la siguiente manera: “No sé si lo saben, pero literalmente hay una isla flotante de basura en el medio del océano en este momento. Creo que se llama Puerto Rico”. ¿Con qué derecho este señor se atreve a llamarnos así?

Como dije el domingo, la ignorancia es atrevida. Definitivamente, es un ignorante que no tiene idea de la grandeza de nuestra gente.

Aquel que se haga eco de las palabras de esa persona que dice llamarse comediante, y sobre todo apoye a Donald Trump, se traiciona así mismo.

Ayer escuchaba a un animador cuestionarles a sus compañeros de programa si de verdad se sentían ofendidos, que él se sentía ofendido por otras cosas que pasan en nuestro país. Y mi respuesta para él en ese momento hubiese sido que sí, que yo sí me siento ofendida, porque NADIE tiene el derecho de llamarnos basura.

Ese comentario es reflejo del pensamiento de Trump, pues ese libreto -al tratarse de un evento político- tuvo que pasar por manos del equipo de trabajo del candidato. Así que refleja el pensar de Trump y sus secuaces.

Y sé que hay muchos que nos llaman “changuitos” por no entender ese estilo de comedia. Pero, definitivamente tengo que diferir de ellos, pues en un evento político ese tipo de “chiste” es uno xenofóbico y racista.

A los puertorriqueños y a todos los seres humanos del mundo se nos respeta. Nadie tiene derecho de burlarse así de todo un país. ¿Quién se cree él que es?

A una semana de que escojamos el destino de nuestro país, reflexionemos sobre qué es lo que más le conviene a nuestro pueblo. Pensemos en el respeto que merecemos como ciudadanos y dejemos atrás las malas costumbres del pasado. Unámonos, como lo hemos hecho antes, para repudiar todo aquello que no nos representa.

Exijamos que en y fuera de la patria se nos reconozca como lo que somos: la ISLA DEL ENCANTO. Y al “comediante” ignorante que se busque otro lugar para vacacionar, porque en Puerto Rico no es bienvenido.