Un nuevo año escolar inicia y se supone que nuestros estudiantes, maestros, y familiares estén listos para los retos y desafíos que cada comienzo implica. Y fíjense que utilicé el término “se supone”, porque como todos sabemos, en nuestro país cada inicio de curso es un dolor de cabeza. Cada año académico que comienza viene acompañado de una mala noticia o un bochinche.

Este año no es la excepción. La semana pasada salió a la luz pública todo el lío que se armó tras los 250 mil dólares que gastó la secretaria actual del Departamento de Educación, Yanira Raíces Vega, en bultos para los maestros.

Lo que se suponía que fuera un regalo, se convirtió en el hazme reír, ya que en lugar de invertir en materiales que valgan la pena, incurrieron en el gasto de unos bultos de muy mala calidad, acompañados con el nombre de la secretaria. Y cabe señalar que esta compra se llevó a cabo con fondos públicos.

También, trascendió la cantidad de planteles escolares que -una vez más-no están listos para el regreso a clases. De igual manera, la semana pasada nos enteramos que el 13% de los estudiantes se colgaron el semestre pasado. Entonces, ¿qué está haciendo el Departamento de Educación de cara a un nuevo año escolar? Sería bueno que alguien nos responda esa pregunta.

En los primeros párrafos de esta columna visibilizo dónde estamos hoy y cuán alarmante es la situación con el sistema de educación de nuestros niños y jóvenes. Pero, más allá de concentrarme en el problema, quiero dirigirme al motor que mueve a nuestras escuelas: los estudiantes, los maestros y las familias.

A ti, maestro que me lees, GRACIAS. Gracias por todos los sacrificios que año tras año haces para sacar adelante tu clase. Gracias por poner de tu dinero para que haya material en tu salón. Gracias por prepararte y dar lo mejor de ti todos los días durante el año escolar. Gracias por formar al presente de nuestro país, por las herramientas que les regalas a tus estudiantes, y les permiten convertirse en seres humanos de bien. Gracias por siempre dar la milla extra y entregarte en cuerpo y alma, aun cuando a veces no se te reconocen lo suficiente. Pero, sobre todo, gracias por impartir el pan de la enseñanza, pues gracias a ti se construye el país que soñamos y nos merecemos.

A ti, estudiante, esta semana comienzas con ilusión, con nuevos sueños y anhelos un año escolar que será diferente. Un semestre académico que te permitirá crecer a nivel personal, cultural e intelectual. No te rindas. Estudia y concéntrate, pues este es tu momento para que alimentes el conocimiento. Mientras más te prepares, mayor éxito alcanzarás. Entrégate en cuerpo y alma a tus estudios, pues la disciplina y la rigurosidad te hacen grande y todo tu esfuerzo valdrá la pena. Estás construyendo tu presente para gozar de tu futuro. Te estás preparando para el profesional que quieras ser. En ocasiones, no será fácil, pero no te desesperes, todo estará bien. Disfruta de este nuevo año escolar y vívelo con ilusión, amor, respeto y entrega total.

Y, por último, me dirijo a las familias. Cuán importante es estar presente en la vida escolar de nuestros hijos. Mientras más presente estés, mayor éxito académico tendrá ese estudiante que tienes en casa. Es momento que los padres tengan una participación activa en la escuela de sus hijos. Los padres son ese puente entre la escuela y el estudiante. Es hora que maestros y familias se unan para generar un bien común, el cual desembocará en el rendimiento académico de nuestros niños y jóvenes. El semestre apenas está comenzando, así que están a tiempo de ser cómplices de los profesores de sus hijos, y verán la diferencia en este año escolar. Recuerden que ustedes le dan continuidad en casa a lo que aprenden en la escuela. Ánimo, estoy segura que lo harán muy bien.

En este año de elecciones que no se les olvide a nuestros candidatos ofrecer propuestas a favor de nuestros estudiantes, en pro de mejores oportunidades, para que estos se sigan desarrollando.

Tengamos presente las palabras de Eugenio María de Hostos: “La educación es una función natural de la vida colectiva e individual, que resulta de la necesidad de desarrollo que tienen la razón y la conciencia del hombre”.