Cuando pensábamos que lo habíamos visto todo en esta contienda política, algo vuelve a sorprendernos. Esta vez fueron los billboards que misteriosamente aparecieron la semana pasada.

El martes pasado, nuestra isla amaneció con frases como “Quien vota PNP no ama a Puerto Rico”, “Votar PNP es votar por la corrupción” y “Votar PNP es votar por LUMA”. En primera instancia, fueron unos anuncios anónimos. Cuando algunos de los aludidos levantaron bandera, salió a relucir que Bad Bunny fue el artífice de los mismos. Y ahí fue que se puso la cosa color de hormiga brava. Los dimes y diretes no se hicieron esperar.

Entonces, el miércoles se viró la tortilla y los aludidos, o más bien uno de ellos, entiéndase Thomas Rivera Schatz, publicó unos billboards que leían: “El 5 de noviembre ¡barremos! Para que Benito _ame”, haciendo alusión a una de las canciones de Benito (nombre de pila de Bad Bunny). ¡Wow! No me gustaría pensar que la libertad de expresión es cosa del pasado o que está en peligro de extinción, porque no podemos perder de perspectiva que vivimos en una democracia.

Uno de los anuncios en contra del PNP por los que se querellaron ante el contralor electoral.
Uno de los anuncios en contra del PNP por los que se querellaron ante el contralor electoral. (Twitter)

La libertad de expresión es fundamental en una democracia por varias razones: permite a los ciudadanos expresar sus ideas, opiniones y críticas, lo que es esencial para un debate público saludable y para la toma de decisiones informadas. De igual forma, facilita la fiscalización del gobierno y de las instituciones, ya que los ciudadanos pueden denunciar abusos y exigir rendición de cuentas, que es justo lo que está haciendo Benito, en su calidad de ciudadano.

La libertad de expresión también fomenta un entorno donde se pueden escuchar y considerar diferentes puntos de vista, lo que enriquece el diálogo social y promueve la tolerancia. Algo que evidentemente no está sucediendo por parte del Sr. Rivera, ya que su reacción fue violenta.

La libertad de expresión anima a los ciudadanos a participar activamente en la vida política y social, fortaleciendo así la democracia. Se supone que en un ambiente donde se permita la libre expresión de ideas, estimule la creatividad y la innovación, contribuyendo al desarrollo social y cultural.

Entonces, ¿por qué repasar lo que es la libertad de expresión en un país? Porque está directamente relacionada con el respeto y la promoción de otros derechos humanos fundamentales, que no podemos perder de vista, sobre todo de cara a las elecciones, momento en el que muchas veces nuestra gente tiene memoria corta.

Me parece que estamos a tiempo de cambiar el estilo de propaganda que están utilizando algunos de nuestros políticos. Ya que de por sí nuestro país es altamente violento, no me parece justo que debamos tolerar que los anuncios de publicidad inciten a la violencia a través del lenguaje. Los tiempos han cambiado, y como tal debemos responder ante ello. Atrás quedó la campaña política de amedrentar, ahora nuestra gente apuesta a la educación. Queremos hechos y no palabras.

Algo positivo de esta contienda política es que nuestra gente de a poco ha ido despertando. Que son más los que están integrados en el futuro de nuestro país. Prueba de ello, ha sido la reacción del pueblo ante la investigación que ha salido a la luz pública gracias al CPI (Centro de Periodismo Investigativo) la cual ha revelado la cantidad de muertos que ha estado votando a lo largo de los años en pasadas elecciones.

¿Cómo es posible que la CEE sea tan irresponsable? ¿De qué manera podemos confiar en un sistema que, alegadamente, lleva años engañándonos? Con razón las congresistas Nydia Velázquez y Alexandria Ocasio, entre otros, pidieron a la División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia de Estados Unidos que supervisen las elecciones en Puerto Rico tras los supuestos fraudes. Y ojalá así sea. Porque ante la respuesta del gobernador Pedro Pierluisi no parece ser que él le preste mucha atención a este asunto.

Como ciudadanos merecemos un proceso eleccionario justo, fidedigno en donde se respete la voluntad del pueblo. Es momento que nos devuelvan el respeto, la fe y la confianza en el proceso de las elecciones. Estamos a tiempo de tomar acción.