Estamos a 28 días de las elecciones y ya comenzó la época de debates de los candidatos a la gobernación.

El primero fue el pasado miércoles, a través de Wapa Televisión, con un formato interesante, pero que no necesariamente favorecía a todos los candidatos.

Podemos ver que la “tiraera” se hizo presente en la mayor parte del debate, lo que impedía que uno pudiera comprender a cabalidad las propuestas de los candidatos que realmente es lo que importa.

Hay quienes alegan que el debate lo ganó Jenniffer González, otros alegan que lo ganó Juan Dalmau, y hay quienes dicen que Jesús Manuel Ortiz fue la revelación de la noche.

Pero más allá de quién ganó o no, debemos comprender la importancia del ejercicio del debate.

Pudimos observar un grupo de candidatos a la gobernación intentando dar su mejor cara, pero olvidando que el cuerpo habla. Como profesora de oratoria, que es el arte de hablar en público, estoy pendiente de lo que dicen y cómo lo dicen.

Los debates entre candidatos a la gobernación son fundamentales en un proceso electoral por varias razones:

  • Transparencia y rendición de Cuentas: Los debates permiten a los electores escuchar directamente a los candidatos, conocer sus propuestas y evaluar su capacidad para gobernar. Lo que se supone que fomente un ambiente de transparencia y responsabilidad.
  • Comparación de propuestas: Es un medio para que los electores puedan comparar las posturas y propuestas de los candidatos sobre temas relevantes, ayudando así que podamos tomar decisiones informadas.
  • Estimulación del voto: Los debates pueden incrementar el interés por las elecciones y motivar a más ciudadanos a participar en el proceso electoral, lo que a su vez fortalece la democracia.
  • Evaluación de habilidades: Permite que el pueblo pueda observar las habilidades de comunicación, el pensamiento crítico y la capacidad de respuesta de los candidatos ante preguntas difíciles o situaciones inesperadas.

Aquí me gustaría detenerme, porque vimos candidatos que carecen de esta destreza.

Vimos a un Javier Jiménez, candidato por Proyecto Dignidad, en total descontrol de la cámara y, sobre todo, del tiempo. Quiso decir tanto, que no dijo nada.

Pudimos observar a Jesús Manuel, pálido, con poco control de su cuerpo y sumergido solo en el mundo de Luma.

Por otra parte, vimos a un Juan Dalmau, seguro, con dominio del espacio escénico y en control.

Y por último a una Jennifer González sacándole partido a su don de palabra, por la experiencia que le han dado los años, pero que en ocasiones su lenguaje corporal mostraba su incomodidad.

Seguimos. Los debates también muestran:

  • Fomento del discurso público: Promueven un diálogo sobre temas importantes y fomentan una cultura de discusión y análisis en la sociedad, contribuyendo a una ciudadanía más informada.

Ojalá y este primer debate hubiese cumplido con estos objetivos. Lamentablemente, no fue así.

Una observación respetuosa a nuestros periodistas y es la manera en que formulan las preguntas. Eran muy complejas, para el poco tiempo que los candidatos tienen para responder, pero sobre todo, complejas para que algunas personas puedan comprenderlas.

Pienso que debemos tomar en cuenta aquellos temas que nos afectan como país y de una manera accesible presentarlos. A este punto del partido, la información debe llegar a nuestra gente de la manera más sencilla.

Los debates son una herramienta esencial para el ejercicio democrático, ya que facilitan el acceso a la información y promueven una mayor participación ciudadana. Así que tomemos nota de cara a los dos que faltan.