Una de las frases radiales que más recuerdo es aquella que utilizaba en su narraciones Norman H. Dávila al inicio de cada carrera de caballos. “¡Yyyyyy están en carreraaa!”

A 27 días de la elección general es imposible sacarla de mi mente. En política, cada día es un mundo y se pueden ver los ajustes, errores y aciertos de cada campaña. En esta etapa, entramos a los debates.

El pasado 2 de octubre se dio el primero de tres encuentros por la Gobernación del país. El enfrentamiento generó discusión amplia, pues se acusa a los candidatos de los partidos principales de confabularse para “invisibilizar” al llamado candidato de la Alianza, Juan Dalmau. La teoría se sustenta en que Jesús Manuel Ortiz (PPD) y Jenniffer González PNP), entraron en un fuego cruzado de manera constante en ese primer encuentro. En su reyerta, muy pocas veces le lanzaron “golpes” al dirigente del PIP.

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Dudo mucho que se diera tal confabulación. El resultado visual que tuvimos a través de nuestra pantalla es la ejecución de un “plan de ataque” de Jesús Manuel. Estaba más que consciente que tenía que romper con la retórica de redes y de algunos analistas de que Dalmau era “el candidato” de la oposición.

Ortiz trabajó con su imagen para dejar a un lado el “lastre” de monguera que algunos querían adjudicarle. No es que demostrara dotes de ser un extraordinario debatiente, pero superó las bajas expectativas que se tenía.

González, por su parte, logró salir sin rasguños del encuentro y sorteó los pocos momentos difíciles que enfrentó. Su veteranía y elocuencia fueron suficiente para no recibir mala nota. Su momento más incómodo fue la pregunta de su primo, en un asunto de corte ambiental, cual no ha trascendido al extremo de convertirse en un gran escándalo.

Dalmau, por su parte, se suscribió a contestar las preguntas. Fue el más disciplinado en ese renglón y pagó el precio, pues no supo aprovechar las reglas del debate para tener más tiempo en pantalla.

Si usted no contestaba o se “tiraba a los sembra’o”, como hacía particularmente Jesús Manuel, no recibía el beneficio de una pregunta de seguimiento que provocaba tiempo adicional. Eso sí. En ocasiones, Juan lucía nervioso. La explicación pudiera ser que en esta contienda se le otorga oportunidad real de competencia y eso siempre provoca ansiedad.

Ahora bien, el amigo Javier Jiménez, de Proyecto Dignidad, estaba perdido en el espacio.

El alcalde de San Sebastián no se preparó. No es lo mismo hablar en una tarima de cualquier barrio de pueblo pequeño, que tener que hilvanar una idea concreta en un minuto. Tuvo, literalmente, una pelea con la campana y en más de tres ocasiones, quedó arropado por el tiempo. En otras dos, miraba al reportero a la hora de contestar preguntas, en lugar de mirar directamente al lente de la cámara.

Los aspirantes se verán las caras el próximo 15 de octubre cuando estaremos a 20 días del compromiso. Ahí veremos a unos atacar con ahínco y el que se perciba en la delantera, tratará de “flotar” para no resbalar en alguna situación que le reste votos.

De esta forma, seguiremos en carrera y será cuestión de días cuando veremos los resultados. Mientras tanto “mantenga el ojo en la bola”.