En 55 días, los puertorriqueños acudirán a las urnas para seleccionar a los hombres y mujeres que nos estarán representando en los próximos cuatro años. El ambiente en las redes está más caldeado que en la calle. No se ven caravanas con la frecuencia de antaño. Tampoco se observan las guaguas de sonido para arriba o para abajo, promocionando la candidatura de alguien y, mucho menos, las pegatinas con emblemas.

Lo más común son los carteles con fotografías, pero con un mensaje camuflado. Uno camina la zona metro y otros pueblos para percibir lo mismo. Saber por cuál partido se postulan resulta un ejercicio digno de ser consultado con alguna bola de cristal, pues en ocasiones, no está el logo o lo esconden tanto que no se ve a simple vista.

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Las marcas de los partidos principales se dañaron. Ya no son tantos los votantes que se identifican libremente. Para colmo, cada día crece el sector no afiliado. Esto representa tanto una oportunidad, como una complicación. Les explico.

El votar por candidaturas se ha vuelto la moda del momento. Lo vemos en esta etapa de inscripción. Son pocos los que dicen estar afiliados y van con la idea de apoyar a un grupo mixto de aspirantes. El asunto es que con esa buena intención se dañan papeletas. En el pasado, la costumbre era votar íntegramente debajo de la insignia y de esa manera, se adjudicaban los votos sin problema alguno.

Ahora muchos no se orientan lo suficiente. No leen las instrucciones de la papeleta o, simplemente, aplican las reglas de primaria en la elección, cuando son reglas diferentes.

En el renglón legislativo, la cifra de papeletas anuladas o encasillados nulos se acercó a los 100 mil votos. Fueron votos que, al final del camino, no se adjudicaron, no se pudieron contar e hicieron naufragar las buenas intenciones de los electores. Así que estamos en una tremenda coyuntura para que las personas tengan claro cómo quieren votar. Busquen la información de sus candidatos. Busquen en las papeletas modelos y practiquen.

En esa papeleta legislativa usted tiene derecho a votar por dos senadores y un representante de distrito. Además podrá votar solamente por un candidato por acumulación, tanto al Senado como a la Cámara. Fue aquí donde muchos se “guayaron”. Votaron por más de uno y dañaron esa parte de la papeleta.

Me preocupa que, en esta elección, vuelva a ocurrir. Además de la oferta de los partidos inscritos, tenemos tres aspirantes al Senado de manera independiente y dos que buscan llegar por nominación directa. En la Cámara, ocurre algo parecido, aunque en menor escala. Aquí tenemos un solo aspirante de manera independiente, que lo es Luis Raúl Torres y la actual representante por acumulación, Mariana Nogales, que buscará ser reelecta por nominación directa.

En el apartado de nominación directa tenemos el reto de que el elector tendrá que escribir el nombre de la persona y luego poner una X en el encasillado donde corresponda. Indudablemente, le simpatizará más de uno de los aspirantes, pero lamentablemente, podrá votar solo por uno. Le repito, si vota por dos o más estará anulando esa parte de su papeleta.

El viernes 6 de septiembre el diario El Nuevo Día, publicó un suplemento titulado “Guía Electoral”. El mismo contiene breves biografías de los aspirantes a la gobernación y a Washington. Un resumen de lo más importante de sus propuestas. También cuenta con fotos de todos los aspirantes por acumulación con breve información personal.

Además, hay una página que explica de forma detallada las maneras de votar. No vendría mal buscar esa información y repasar todos los detalles de su contenido.

No solo es tener el deseo de votar. No solo es acudir a las urnas a respaldar a unos o buscar un cambio en otros. Es votar correctamente para que ese sufragio tenga el peso que todos desean.

Así que, ¡Mucho ojo! Y oriéntese, que está a tiempo. ¡Hasta la próxima!