A mí me gustan las graduaciones. Ver los rostros de alegría de cientos de jóvenes, repasando en su memoria, los esfuerzos que conllevan años de estudio, me reconforta. Jóvenes que logran con esfuerzo hacerse de un título universitario, cual pudiera representarle el inicio de una exitosa carrera laboral.

La educación es la llave que permite una movilidad social. Por eso, siempre he defendido la buena educación y he denunciado cuando se atenta y se busca eliminar esa posibilidad. Este martes, ante un auditorio totalmente lleno en el Coca Cola Music Hall, se otorgó un grado Doctoral Honoris Causa a una persona que, al igual que los jóvenes que conformaban su audiencia, apostó a la educación para salir de la pobreza. El veterano periodista Enrique “Kike” Cruz.

El jíbaro de Orocovis recibió de los directivos de la Universidad del Sagrado Corazón el importante honor que corona una exitosa carrera profesional. La radio fue el primer escalafón que le dio las herramientas de proyección e improvisación, que serían de gran utilidad a la hora de saltar a la televisión. La presencia ya la tenía. Así que era cuestión de tiempo para que la experiencia comenzara a moldear su carrera.

Kike entró en el 1976 a Wapa, donde ya se encontraban Carlos Rubén Ortiz, Evelio Otero y Guillermo José Torres. Fue una importante época de transición a una televisión más dinámica. El reportero en la calle le daba al televidente la sensación de estar en el lugar de la escena. “Guillo” y Kike demostraron ser los mejores y se destacaron en múltiples coberturas. Más adelante, el dúo también fue dinamita en la pantalla al unirse como presentadores.

Para 1980, Kike fue designado subdirector de Noticias y para 1984 comenzó a dirigir el departamento con todas las obligaciones. Bajo el mando de Kike, “Noticentro” creció como marca. De forma paulatina fue sumando horas. Se abrieron espacios tanto en la semana como los fines de semana.

Al momento de su retiro, “Noticentro” ofrecía a nuestra isla unas 42 horas semanales de noticias. Se abrieron plazas y su buen ojo le ayudó a reclutar los mejores profesionales.

Sin querer, “Noticentro” se convirtió en universidad. Por sus pasillos han pasado muchos colegas que hoy rinden labor en otros centros laborales. Todos reconocen el impacto de Kike en su vida profesional.

Kike dirigió el departamento con mano firme, pero con empatía. Supo ser supervisor, consejero y mentor. Visionario a la hora de introducir los cambios tecnológicos del momento. En fin, un líder en todo el sentido de la palabra.

Al momento de su jubilación, Kike no se quedó en su casa. Miró a la academia y en esta nueva trinchera, encaminó la carrera profesional de estudiantes de la Universidad de Puerto Rico y del Sagrado Corazón. Al propio tiempo brindaba asesoría a distintos medios locales e internacionales. Presidió la Alianza Informativa Latinoamérica, una organización que ayudó a fundar y que agrupa los medios más importantes de las Américas de habla hispana.

Ciertamente, una carrera extraordinaria de este gran comunicador, padre, esposo y amigo. ¡Enhorabuena!