Mi niñez transcurrió en blanco y negro. Bueno con tonos grises también. Cada vez que empiezo de esta forma, mis hijos saben que abriré el baúl de los recuerdos con una historia en los tiempos de mi televisión. No crea que soy tan viejo. Es solo que no había el dinero para adquirir una a color. 

De esos años, solo había un televisor en la sala y cuando mi papá llegaba de trabajar, se veía lo que él quería ver en ese momento. De esa forma, comenzó mi prematuro contacto con el mundo de las noticias. Así fue como Kike y Guillo llegaron a mi vida. 

La caída de Walenda, la llegada de Juan Pablo II al papado, el susto de los huracanes David y Federico, las elecciones de 1980, Valencia, el novelón de Maravilla, así como otros eventos saltaron de la redacción de Noticentro a la sala de mi casa en aquellos tempranos días.

En nuestros juegos infantiles, en los que la imaginación era nuestra autora principal, nunca faltó el momento de tomar las chaquetas de papi e imitarlos dando las noticias. Poco me sospechaba que el camino de la vida me llevaría a trabajar en Noticentro y sobre todo que Kike fuera mi jefe. 

José Enrique Cruz Díaz, nombre de pila de Kike, está al umbral de terminar su camino profesional. Es sin lugar a duda una de las figuras emblemáticas de nuestro medio. Llegó a Wapa en el lejano 1976, cuando Evelio Otero, otro de los grandes, le dio la oportunidad. Son 42 años de quehacer noticioso en la industria, los que le acompañan en el equipaje. De ellos, 38 años como director. Se dice fácil, pero créanme no lo es. 

Amante de la tecnología siempre ha propiciado que lo más novedoso llegue al departamento. Ha sido así desde los tiempos de la Pionera, la primera unidad que permitía hacer remotos y reportajes en vivo y en directo desde distintos puntos de la Isla. Así también propició la llegada de cámaras robóticas y hasta helicópteros. Siempre a la vanguardia promovió sistemas móviles y equipos de alta calidad. 

Sin querer queriendo, al estilo del chavo, ha sido el mentor de una clase periodística de nuestra Isla. Es larga la lista de colegas que pasaron por Noticentro y por sus manos, ya fuera como compañero o como jefe. Uno de sus mejores atributos profesionales es tener el olfato para seleccionar personas talentosas. 

Algunos nombres saltan a la vista. En la colega Telemundo tenemos a Sylvia Gómez, José Esteves, Luis Guardiola, Walter Soto León, Maribel Meléndez Fontán. A nivel de Estados Unidos podemos mencionar a Lourdes del Río, Lianne Meléndez, María Elvira Salazar, Barbara Bermudo, y gracias a la llegada de Wapa América muchos de sus “hijos” están en distintas estaciones. ¿Recuerdan a Syrmarie Villalobos, Ariel Rivera Vázquez, Arnaldo Rojas, Alberto Rullán, Katiria Soto, Elsa Elena Agosto? Todos pasaron por allí. 

Amante del dominó, pasaba su hora de almuerzo jugando varias partidas en las que daba “chivas” y también las cogía. Su puerta abierta 24/7 y dispuesto a recibirlo y escucharlo, aunque al final de la conversación el resultado no fuera a favor del quejoso. Respetuoso del parecer particular de cada reportero, no era de intervenir a pesar de que su puesto debe ser dulce para presiones de políticos de turnos, de los que pasan por Santa Catalina y que luego se marchan. 

Nunca impone su criterio. No hala, ni empuja. Como jefe, sabe conducir. Difícil herramienta y para la cual, ha tenido el talento, pues lleva largos años al frente de una nave tan difícil como lo es Noticentro.

Poseedor de un particular sentido del humor, era frecuente que se detuviera en medio de la redacción para hablar de una infinidad de temas. Solo un fallo tiene. No le gustan los deportes ni los entiende, pero como decía el abuelo nadie es perfecto, ni lo pretende. 

Cuando Kike llegó a Wapa, Gerald Ford era el presidente de los Estados Unidos, Fidel Castro mandaba en Cuba, Rafael Hernández Colón estaba por terminar su primer mandato, los discos eran de acetato, no existía el elegido móvil ni la internet, las velloneras seguían de moda, Pablo VI era el papa, la U.R.S.S. aún existía, al igual que el muro de Berlín y Andy Montañez era el cantante principal de El Gran Combo. 

Pocos pueden alardear de un carrera tan maravillosa y bonita. De mi parte, gracias por confiar en mí. Desde ya comienzo extrañar mis encuentros casuales con aquel personaje que conocí cuando mi televisor era en blanco y negro. Disfrute las semanas que quedan y, sobre todo, disfrute su jubilación porque, al fin y al cabo, nadie se retira.