Tanto nadar para morir en la orilla. Shaila Durcal, quien no tiene el carisma ni el talento de su madre Rocío Durcal, no ha pegado en la música, por más que la empujan en su casa disquera y su marido, el manejador mexicano Dorio Ferrería. Es muy simpática y agradable, pero eso es todo. Aquí la gente de Ángelo Medina ha tratado de hacer algo con ella, pero no ha pasado nada. Hello, gracias.

En México, más o menos tocan su música, pero no crea que la difusión es intensa. ¡Qué va!... y eso que la venden por ojo, nariz y boca.

Bueno, pues sucede que después de negar y negar que fuera anoréxica, ahora no sé con qué propósito reconoció a TV Azteca que tuvo esa enfermedad cuando tenía 15 años. Dijo que ahora se cuida mucho y no ha vuelto a caer. Hace varios meses estaba muy delgada y dijeron que padecía la enfermedad.

Curiosamente, ella había dicho en entrevistas anteriores que era una mentira inventada para hacerle daño y que nunca había padecido anorexia. ¿Por qué cambió ahora?

Si desde el principio hubiese reconocido que padeció de anorexia pero salió airosa, hubiese sido más honesto de su parte. Incluso, en ese momento perdió la oportunidad de exhortar a las personas que padecen esa enfermedad a buscar ayuda.

Me imagino que ahora lo hace por la bendita promoción y vender discos. La cantante, que residió hace algún tiempo en México, vive ahora en Miami, donde tampoco pasa nada con su carrera. Such is life.