Aunque está en las pantallas de televisión en Rusia, Moldavia, Panamá y España, solo por mencionar algunos países, me encontré con Modesto Lacen en Aibonito disfrutando del rico clima y de una noche con amigos. 

Su éxito mundial no lo ha cambiado y sigue igual de divino que antes de tener los roles protagónicos en Celia o su importante papel en La esclava blanca.

El próximo 2 de noviembre recibirá el premio Hola otorgado por Hispanic Organization of Hispanic Actors. La premiación será en Nueva York. 

El actor estaba acompañado de su novia, la periodista Ana Teresa Toro, y está superfeliz, tanto a nivel profesional como personal. 

Cuando grababa la telenovela La esclava blanca, su novia viajaba a verlo, pero ahora están juntos y aseguran que muy felices y más tranquilos sin el ajetreo de viajes, por lo menos en lo que llega otro trabajo para el talentoso actor, quien recientemente dirigió Ese olor a pernil. 

Modesto, junto con Jeimy Osorio, estuvieron en Panamá promocionando la serie Celia y, por los vídeos que vi, el público los trató de maravilla. Jeimy habló de los cambios de su personaje y lo que tuvieron que trabajar para dar el look de la “Guarachera de Cuba”, y cantó en la presentación ante el público. 

Modesto es consciente de los cambios y recortes en producciones de telenovelas. Con las cancelaciones en México por parte de Televisa y TV Azteca, el mercado se pone más competitivo, tanto en Miami como en Colombia, pero apuesta a su talento. 

Pero él está muy seguro de lo que quiere y hacia dónde va. Quiere hablar portugués y francés para trabajar en otros mercados. Cuando hablamos de las producciones turcas, que tanto éxito están teniendo en el mundo , reconoció que ciertamente el público las sigue, pero en este momento, por la situación política, está un poco cuesta arriba irse a Estambul, especialmente si no hablas turco con fluidez.

¡Ah!, pero no descartó aprender ese idioma también, especialmente cuando embromamos sobre los sueldos millonarios de los actores.

La telenovela La esclava blanca es la producción más cara de Colombia, superando a El capo y las series de Pablo Escobar. Se dice que costó casi 10 millones de dólares. ¡Casi nada, ujum!