El día que coronaron a Brenda Jiménez como la nueva Miss Puerto Rico Universe la entrevisté y me pareció una chica seria, centrada totalmente en sus estudios, preocupada, pues tenía un examen al día siguiente, y con una gran comunicación con su madre, quien la acompañó a la entrevista. Esta no podía ocultar el orgullo de que su hija fuera la escogida, según las reglas del certamen.

Le hicimos bromas en el programa y posiblemente otra en su caso hubiese estado nerviosa, pero ni se molestó. Me pareció que tenía mucho temple y no se veía ni acartonada y mucho menos plástica como algunas de las que han ganado. Hello, gracias. Algunas todavía siguen igualitas de acartonadas y plásticas no empece a los años que han pasado desde que ganaron. 

Esta semana, Desirée dijo que ella era quien recibía apoyo de Brenda ante los momentos difíciles que pasó. Obviamente, se refería a los haters que la pelaron en las redes sociales. ¡Ah! Y que medio Puerto Rico le tiraba los mochos. 

No tuve que esperar mucho para ver lo que la ex Miss Puerto Rico había dicho. Esta semana volví a ver a Brenda y me llamó la atención que lo que había dicho Desirée era verdad y todavía recibe ese apoyo de la candidata a Miss Universe. Dicho y hecho: cuando Desirée flaqueó en la entrevista fue Brenda quien inmediatamente consoló a la tenedora de la franquicia de Miss Universe Puerto Rico. 

Nunca había visto eso en una candidata y posiblemente Brenda, contrario a otras chicas que residen en el área metropolitana, todavía tiene el “ay, bendito” nuestro y la sensibilidad de querer ayudar a todos y que nadie a su alrededor se sienta mal. También tiene que ver la forma en que la criaron sus padres y se nota que Brenda está bien criada. 

Quizás Brenda no ganó de la primera y el destino la llevó a estar en un tsunami que ella no se merecía, pero después de verla esta semana y su demostración de sensibilidad ante el momento difícil, me alegro que sea la nueva Miss Universe Puerto Rico.

Creo que no teníamos una chica así sin “contaminarse” desde Dayanara. Esa amabilidad y sentido de apoyo en momentos difíciles del boricua la tiene esta chica y sé que en el certamen mundial lo demostrará. Con eso se nace, no se hace; y lo que digan los demás, señores, son pataletas de niños chiquitos.

Ya es hora de crecer.