Cuando Marisol Malaret develó su estrella en el Paseo de la Fama en el Condado, en el 2017, sorprendió a los presentes al anunciar que se retiraba de la vida pública. Ese mensaje sería sus últimas declaraciones públicas.

Siempre tuve una gran amistad con ella y trabajamos juntas en radio, revistas y televisión. Inteligente, servicial y, sobre todo, un gran ser humano que no olvidaba de donde venía, ni que había ganado el Miss Universe con un traje prestado.

Aunque el gobernador de Nueva York, Nelson Rockefeller, quería contratarla para que trabajara con él a cargo de asuntos de Puerto Rico, ella solo quería regresar a trabajar en la Isla y rechazó la oferta.

Creo que su único defecto era que fumaba mucho y no había quién le quitara el vicio.

Cuando dirigía una revista importante del País se corrió como pólvora que había contraído sida. Ese día llegué a la redacción de la revista, estaba blanca como un papel y muy triste por la mentira que habían difundido. No sabíamos de dónde había salido el rumor, pero de inmediato se puso a trabajar, a hacerse la prueba públicamente y desmentir la información.

Todos los noticiarios querían la exclusiva, pero casi a mitad de noche me llamó y me dijo que me daría la exclusiva. Yo estaba en Telenoticias, así que prácticamente cambiamos lo que teníamos para presentar y, con un estoicismo increíble, negó todo. Algunos me dijeron que le había tirado la toalla por creer en ella y por nuestra amistad me dio la entrevista. Yo sabía que decía la verdad. Al día siguiente dio una conferencia de prensa.

Nunca supe quién fue la persona o personas que difundieron la noticia. Ella me decía que lo único que quería era trabajar, presentar en la revista la cara linda del país, su gente. Pero otros, en su afán de lastimar y dañar reputaciones, difundieron mentiras. ¡Ah! En ese momento no había redes.

Otro incidente con Mari, que siempre recordaré, fue en una ocasión en la cual llegó al programa de radio con una sortija espectacular que le había regalado su esposo Frank Cué. Celebré lo bella de la prenda, pero se me ocurrió decir al aire que esa sortija debía haber costado muchossss dólares.

Nunca pensé que podría haber personas cerca de la radioemisora esperando que ella saliera y seguirla con la intención de robarle. Gracias a Dios que José, el control de radio, salió prácticamente detrás de ella y se dio cuenta de la persona; el asunto no llegó a más. Del tiro jamás mencioné nada y menos mal que por celebrar un regalo la situación no tuvo mayores consecuencias.

Aunque estuvo muchos años en televisión, nunca tuvo guille de nada, decía que era la chica de Puerto Nuevo y llevó con gran estoicismo el convertirse en jefa de familia ayudando a su hermano y a su tía, quien la crió.

Aunque a Marisol no le gustaban muchas cosas del mundo del espectáculo y decía que había mucha envidia, su hija Sasha optó por entrar en dicho mundo, estudiando la parte del libretista y producción. De hecho, comenzó haciendo su práctica en TeleOnce y luego siguió estudios en Estados Unidos, donde reside.

Me consta que Marisol les dio muy buenos consejos a Denise Quiñones y a Dayanara Torres durante el reinado de éstas.

El pasado año, con la celebración de los 500 años de San Juan y siendo una hija de la capital, queríamos tener una entrevista con ella. La contestación fue muy clara: “Me retiré, no voy a cambiar mi decisión. Que me recuerden como cuando gané en Miss Universe y dije que venía de Puerto Nuevo. Sabes que mucha gente todavía piensa que eso fue lo único que yo hice”.

Sin embargo, fue una gran directora de revistas. Creó una prácticamente desde cero y en ambas triunfó. Animó Noche de gala muchos años con Eddie Miró; luego se mudó animando junto a Rafael José en Wapa y allí también tuvo éxito. Pero su interés por mostrar la mejor cara del país la llevó a dirigir dos revistas y eso le encantaba.

A Frank, a Sasha y a los pocos amigos cercanos de Mari, nuestro más sentido pésame.

Se nos fue la primera… y la mejor.