Valerian and the City of a Thousand Planets
Luc Besson plasma en pantalla todos los arquetipos de la ciencia ficción espacial.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Como una bola de nieve que comenzó a rodar desde el pico de la Montaña de la Ciencia Ficción y se estrelló contra una cámara de cine, Valerian and the City of a Thousand Planets recoge tantos elementos del género que por momentos se siente como si la pantalla estuviese a punto de rajarse por la mitad. La película podría titularse Ciencia Ficción Espacial: The Movie. Se parece a prácticamente todo lo que hemos visto antes -desde Star Wars y Babylon 5 hasta Avatar y Cowboy Bebop- pero al mismo tiempo, irónicamente, no se asemeja a nada.
Su originalidad recae plenamente en Luc Besson, el director detrás de The Fifth Element –a la que, naturalmente, también evoca- y su particular estilo cinematográfico, rico en colores saturados, efectos especiales que balacean lo digital con lo práctico y una historia extremadamente sencilla. Los bombos y platillos residen en los visuales, no en el libreto, basado en un cómic francés de la década del 60 que gira en torno a dos aventureros espaciales encargados con mantener el orden entre los territorios humanos en el universo.
Dane DeHaan y Cara Delevingne interpretan a “Valerian” y “Laureline”, la pareja protagónica que nunca alcanza la química necesaria como para ser más que meros arquetipos. La falta de una historia de fondo para su relación limita seriamente el posible desarrollo de estos personajes mientras visitan distintas galaxias y saltan de una asombrosa secuencia de acción a otra hasta llegar a una resolución al inmemorable conflicto que impulsa la liviana trama. Pero Besson sabe cómo llenar el recuadro de imágenes impactantes, atractivas, únicas, diseñadas de tal forma que se ven nuevas y familiares a la vez.
Al igual que John Carter, la fecha de publicación de su material original hacen que se siente anticuada, pero los fanáticos de la ciencia ficción se sentirán como en su casa al repasar los “greatest hits” del género.