Con Throne of Blood (1957), su adaptación de la clásica obra Macbeth que trasplanta la acción de Escocia, donde la desarrolló William Shakespeare, al Japón feudal, Akira Kurosawa se acercó al género del terror más que en ningún otro momento en su filmografía. La espesa neblina que rodea el imponente Spider Web Castle -construido en la montaña Fuji donde décadas más tarde quemaría el castillo de Lord Hidetora en la épica Ran (1985), su otro filme inspirado en Shakespeare- establece la escalofriante atmósfera que imperará en esta historia matizada por fantasmas, premoniciones y árboles andantes, en la que la ambición conduce a la locura.

El gran Toshiro Mifune interpreta al general Washizu , el comandante samurai que derrota a los enemigos de Tsuzuki, el señor feudal que manda en el castillo Spider Web y de quien es súbdito. De regreso al castillo tras la batalla, Washizu se encuentra a un espíritu en el bosque que le presagia que eventualmente él será quien gobierne Spider Web. Al enterarse de esto, su esposa, Asaji (Isuzu Yamada) manipula al general para que acelere su ascenso al poder traicionando y matando a Tsuzuki, lo cual desata una sangrienta guerra entre los clanes.

La fusión entre la trama de Macbeth y las idiosincrasias japonesas –particularmente las del teatro Noh, que figura tanto en la tradicional vestimenta ceremonial y el maquillaje de Asaji como en el número musical que se observa en la cinta- resulta en una de las mejores adaptaciones cinematográficas que jamás se haya visto, probando que no siempre hay que regirse por los detalles del texto para lograr una obra igual de digna en otro medio. En su guión, Kurosawa trabaja un tema recurrente en su canon fílmico: el de la guerra interminable en la que un tirano reemplaza a otro ad infinitum, trastornados por la sed de poder que es capaz de corromper hasta a los héroes más nobles.

La apoteósica actuación de Mifune como Washizu es la fuerza salvaje que impulsa la trama mientras lo vemos perder lentamente la cordura. El ultra expresivo rostro de Mifune contrasta con el estoicismo de Yamada, quien aparenta portar una máscara tradicional mientras lleva  cabo su ambicioso plan para colocar a su marido en la silla de poder. Kurosawa dirige la mayoría de las escenas como si se tratase de una obra teatral, manteniendo la cámara inusualmente estática para su estilo -en lo que se asemeja más al cine de sus compatriotas Yasujiro Ozu y Mikio Naruse- pero que funciona a la perfección para este material.

El desenlace de Throne of Blood es uno de los grandes finales en la historia del cine, hecho aun más impresionante cuando se sabe cómo se realizó. Washizu se ve traicionado por sus samurái, quienes lo atacan lanzándole cientos de flechas. Si el rostro de Mifune denota un pánico inmensurable es porque las flechas que le tiran y se clavan en la madera a solo unas pulgadas de su rostro son reales, lanzadas fuera de cámara por arqueros expertos. La fructífera relación entre Kurosawa y Mifune, que se extendió a lo largo de 16 películas, no se pone más audaz que eso.

Presentación audiovisual

Da gusto ver que una película que he visto varias veces en definición estándar, parezca nueva gracias a una tremenda restauración. Aunque aún retiene pequeñas señales de deterioro (el negativo original ya no existe), esta copia de Throne of Blood –presentada en su formato original 1.37:1 y resolución 1080p- es la mejor copia que he visto desde el DVD de Criterion de 2003, que también se incluye en este lanzamiento. El nivel de detalle es muy bueno y el de contraste aún mejor, resultando en una impresionante presentación que sorprenderá tanto a los fanáticos de la cinta como quienes la verán por primera vez.

La pista de audio en japonés con subtítulos en inglés también proviene de la remasterización del largometraje, y se escucha perfectamente. Hay dos opciones de subtítulos: unos traducidos por el experto en Kurosawa, Donald Richie, y otra por la traductora Linda Hoaglund.

Extras

Lamentablemente aquí no hay material suplementario que no haya aparecido en el DVD original del 2003.

Tenemos una pista de comentario por el experto en cine japonés, Michael Jeck, que abona considerablemente a la apreciación de esta adaptación de Macbeth, y un extracto de 20 minutos de la serie documental Akira Kurosawa: It is Wonderful to Create, que se concentra en la producción de Throne of Blood.

Además, se incluye el tráiler de la película y el panfleto ilustrado con un ensayo escrito por el historiador de cine Stephen Prince.

Nota final

A pesar de la  escasez de nuevos suplementos, la nueva presentación en alta definición es lo suficientemente buena como para considerar comprar Throne of Blood otra vez. Si nunca la han visto y quieren probar antes de comprar, la película está disponible en el canal de Criterion para los suscriptores de Hulu Plus