Lo mejor y lo peor del cine en el 2013
El 2013 fue un fabuloso año para el cine, haciendo del ritual de escoger las mejores películas uno aún más difícil y -de alguna manera- arbitrario.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
PUBLICIDAD
Quien sea que haya decido que el número estándar para realizar las listas de “Lo mejor” sea diez seguramente nunca tuvo que condensar un año cinematográfico tan bueno como el 2013. Las ofertas fílmicas de calidad no se circunscribieron a ninguna temporada en específico sino que se esparcieron a lo largo de los meses del año en la pantalla grande y –principalmente- la chica, donde cada vez podemos ver más estrenos que nunca llegan a exhibirse en las salas locales.
Llevo varias semanas revisando mi lista de las mejores películas del 2013 y varias veces consideré hacerla en orden alfabético. Cuando el nivel de virtudes es tan elevado y variado entre una amplia selección de trabajos, el ejercicio de poner uno encima de otro es tan subjetivo como decir que una manzana sabe mejor que una china o un guineo. Pero la tradición dicta que así tiene que ser. El “ranking” invita al debate, y ese es uno de los propósitos primordiales de cualquier lista.
Siempre he pensado que las mejores obras cinematográficas de cualquier año no se pueden elegir debidamente sino hasta mucho tiempo después, cuando hayan tenido el espacio necesario para asentarse en nosotros. En los pasados días he estado rompiéndome la cabeza reordenando las siguientes películas y la conclusión con la que he recuperado la lucidez es que las diez son tan diferentes y excelentes que cualquiera de ellas podría haber sido mi #1. Así de bueno fue el 2013.
1. Before Midnight
El más reciente capítulo de este fascinante proyecto cinematográfico que comenzó hace casi dos décadas alcanza nuevos niveles de profundidad a través de la maduración tanto en la vida real como en pantalla de Julie Delpy y Ethan Hawke como “Celine” y “Jesse”, la pareja de enamorados que hemos seguido a lo largo de tres largometrajes. La maestría de este dúo de actores en combinación con la dirección de Richard Linklater queda evidenciada en el estupendo guión -escrito entre los tres- que pone a prueba las cimientas del amor una vez de desvanece el cosquilleo del romance inicial, adquiriendo un nuevo nivel de evolución que lo mismo puede fortalecer una relación que acabar con ella. Vista por si sola quizá no sean obvios sus méritos como para ocupar la primera posición, pero como la conclusión a -lo que hasta ahora es- una maravillosa trilogía, su lugar en la historia del medio es incuestionable. (Lee la crítica)
2. Upstream Color
El segundo filme del cineasta Shane Carruth fue el único que volví a ver este año inmediatamente después de hacerlo por primera vez. Sencillamente tenía que hacerlo. La razón para esto no se debió a la necesidad de hallar respuestas a interrogantes que me dejó su asombrosa y distintiva propuesta narrativa, sino para repetir los sentimientos que me transmitió. Más allá de las emociones que abundan en ella, la película es una experiencia audiovisual sin comparación en el 2013 que invita a perdernos en su trama engañosamente esotérica y sumergirnos en los cuestionamientos de su argumento acerca del amor, la identidad y la relación simbiótica con nuestro entorno. (Lee la crítica)
3. Inside Llewyn Davis
Un arrogante y deprimido virtuoso musical en el lugar indicado pero en el tiempo incorrecto. Llewyn Davis –interpretado magistralmente por Oscar Isaac- es la trágica figura protagónica de este melancólico drama homérico de los hermanos Coen que nos transporta al Greenwich Village de a principios de los 60 justo antes del boom de la música folk, para contarnos una historia entre miles similares: la del artista que trató y perdió. Con una sofisticada estructura cíclica que acentúa aun más la desgracia de Llewyn, una impecable cinematografía y el mejor soundtrack del 2013, el filme es una de las mayores obras de este dúo de cineastas.
4. 12 Years a Slave
La brutal crudeza con la que el director Steve McQueen nos expone a los abominables horrores de la esclavitud en Estados Unidos son contrarrestados por la sobrecogedora historia real en su centro: la de Solomon Northup y su calvario como un hombre negro que nació libre, fue secuestrado y vendido como esclavo hasta recuperar su libertad 12 años después. El peso de esa docena de años se manifiesta en el rostro de bravísimo Chiwetel Ejiofor y se hace contundente en la devastadora escena final, cuando McQueen nos confronta de golpe y sin necesidad de sentimentalismo con todo lo que este hombre perdió mientras fue una pieza más en el engranaje de la vil e inhumana máquina de la esclavitud. (Lee la crítica)
5. Spring Breakers
¿Horrible o hermosa? ¿Espeluznante o alucinante? ¿Superficial banalidad o aguda sátira social? El más reciente filme del director Harmony Korine se debate entre estas dicotomías, dejando la percepción en el ojo del espectador. Para mí, la película es todas esas cosas en diferentes momentos: hermosamente horrible, espeluznantemente alucinante y una astuta sátira acerca de las banalidades que idolatran los precursores del corrompido sueño americano. La icónica y memorable actuación de James Franco yace en el medio viaje hedonístico a través de las soleadas playas de Florida inundadas de jovencitos que han crecido creyendo que el mundo es suyo por derecho, y lo tomarán a toda costa. (Lee la crítica)
6. The Act of Killing
En Indonesia, los verdugos que dirigieron los escuadrones de la muerte que aliminaron a miles de personas en los años 60 son exaltados como héroes, tan aplaudidos en televisión como estrellas de la NBA y protagonistas de blockbusters. Este estremecedor documental del cineasta Joshua Oppenheimer nos introduce de lleno en este macabro mundo al revés a través de un desconcertante ejercicio en el que estos desalmados asesinos en masa recrean las atrocidades que cometieron imitando los estilos hollywoodenses que tanto admiran. El resultado es una de las obras cinematográficas más espeluznantes que jamás se haya filmado. (Lee la crítica)
7. The Wind Rises
Un filme doblemente trágico: primero por tratarse de la despedida del cine del extraordinario maestro de la animación Hayao Miyazaki, y segundo por su sujeto. El cineasta nipón, incomparable forjador de quimeras y fantasías cinematográficas, exterioriza con su última obra cuán fácil y rápido el más precioso de los sueños puede convertirse en una pesadilla al presentar la historia semibiográfica de Jiro Hirikoshi, el ingeniero japonés que creó el avión de combate Zero que tanta muerte y destrucción causó en la Segunda Guerra Mundial. Sin duda el argumento más moralmente complejo en la ilustre filmografía de Miyazaki, también es el más reflexivo, pues coloca al artista a contemplar los inimaginables estragos de su creación a la vez que celebra sus virtudes artísticas.
8. The Wolf of Wall Street
El gran Martin Scorsese dirige esta orgía capitalista, acerca de un inmoral e inescrupuloso corredor de la bolsa de valores, con la energía de un cineasta que no aparenta tener 71 años. Con un retorcido sentido del humor que provee las mejores y mayores risas del año, el guión de Terence Winter nos zambulle en el depravado mundo de Wall Street de los años 80 y 90, nublado por el polvo de la cocaína y con un fuerte hedor a sexo y corrupción. Leonardo DiCaprio se deshace de cualquier inhibición para manifestar su extraordinario -y subestimado- don para la comedia en un papel que se distingue inmediatamente como uno de los mejores de su carrera. Tras cinco colaboraciones en pantalla, el dúo Scorsese-DiCaprio alcanza el cenit de su asociación. (Lee la crítica)
9. Gravity
Más allá de su increíble puesta en escena, sus deslumbrantes efectos especiales -que empujan los límites de lo posible a nuevos niveles- y la excelente actuación de Sandra Bullock, el mayor logro del director Alfonso Cuarón fue proveernos una película que tan solo se puede apreciar en su totalidad ante la amplitud de la pantalla grande y atrapados dentro de la oscuridad de la sala de cine. En síntesis: la experiencia cinematográfica del 2013. Punto. (Lee la crítica)
10. Pacific Rim
Objetivamente, me consta que se hicieron mejores películas este año, pero esta es mi lista, así que la objetividad se puede ir al mismísimo infierno. Me encanta este filme. Me gozo la emoción que se apodera de mí tan pronto la cabeza de Gipsy Danger desciende para atornillarse en el cuerpo de la aparatosa máquina. Adoro el increíble homenaje que Guillermo del Toro le rinde a los subgéneros cinematográficos japoneses con los que crecí y aún disfruto enormemente. Admiro, incluso, sus imperfecciones: su genérico pero simple y efectivo argumento, así como los trillados personajes, sacados de viejos y probados arquetipos que han funcionado desde los inicios del medio. Sí, hubo estrenos más “importantes” y “dignos” en el 2013, pero pocos me divirtieron tanto, y ¿acaso no es esa una de las razones por las que vamos al cine? (Lee la crítica)
Mención honorífica
Top of the Lake – Técnicamente una miniserie, pero fue estrenada en su totalidad en los festivales de Sundance y Berlín como una película de siete horas, y así es como yo la veo. El cautivante drama de Jane Campion y Gerard Lee no sigue la estructura estandarizada de la pantalla chica, donde cada episodio tiene su propio arco narrativo dentro del argumento mayor, sino más bien fluye al ritmo de una novela policiaca. Elizabeth Moss realiza el mejor trabajo de su carrera como la detective asignada al caso de una niña embarazada que desaparece tras intentar suicidarse. El resto lo dejo para que ustedes lo descubran por sí mismos, ya que la pueden ver completa en Netflix.
Las ñapas
Como de costumbre, aquí menciono 15 películas adicionales para un total de 25. Este año fácilmente pudieron ser 50, y si quisieran saber cuáles son las otras 25 que escogí, pueden ver mi lista completa en Letterboxd.com (y de paso deberían crear un perfil ahí, ya que es tremenda red social para cinéfilos).
Post Tenebras Lux
Captain Phillips
Blue Jasmine
Frances Ha
Stoker
In the House
To the Wonder
The Grandmaster
Short Term 12
Beyond the Hills
Side Effects
This is the End
Stories We Tell
The World’s End
The Hunt
Sorpresas
Pain & Gain – La última vez que me disfruté un filme de Michael Bay todavía Nicolas Cage era un actor respetado. Esta hedonista oda en esteroides al materialismo y la persecución del corrompido sueño americano fue hecha a la medida para las sensibilidades y el estilo del indiscutible maestro del exceso. (Lee la crítica)
Evil Dead – La mayoría de los remakes suelen ser como el que vimos este año de Oldboy: innecesarios, repetitivos y/o patéticos. El cineasta uruguayo Fede Álvarez demostró que existen maneras de hacerlos debidamente con una fresca y ultra sangrienta mirada, innovando sin manchar la memoria del original. (Lee la crítica)
The Croods – Una de esas películas que los padres solemos ver por obligación. Entré a la sala esperando ver una versión modernizada de Los Picapiedra pero salí con una amplia sonrisa tras disfrutar de una divertida y cómica cinta animada con algo que decir acerca de la unidad familiar. (Lee la crítica)
Rush – Criminalmente ignorado en la taquilla estadounidense, este entretenidísimo trabajo de Ron Howard –impecablemente filmado por el cinematógrafo Anthony Dod Mantle- me cautivó con el mundo de las carreras de Fórmula 1 y la excelente actuación de Daniel Brühl.
Decepciones
Elysium – Uno de mis estrenos más anticipados del 2013 me dejó sumamente insatisfecho con su simplona y reciclada historia de ciencia ficción. El grado de decepción se exacerba cuando viene del director del director de la estupenda District 9, el sudafricano Neill Blomkamp. (Lee la crítica)
Man of Steel – Tras verla tres veces en el cine, me quedó rotundamente claro que esta nueva, fría, introspectiva e indiferente encarnación de Superman no es para mí. Se aparta tanto de la esencia del personaje que lo hace irreconocible a quienes esperamos más del mayor de los superhéroes. (Lee la crítica)
Star Trek: Into Darkness – Lo que muy bien pudo haber sido una secuela que superara los logros de su divertida predecesora sucumbe ante la recurrentemente probada ineptitud de un trío de guionistas que desafortunadamente continúan consiguiendo trabajo en la industria. (Lee la crítica)
Trance – La más reciente cinta de Danny Boyle –cineasta que admiro muchísimo- es estúpida hasta decir basta. Su mayor legado se limitará a su inclusión en el portal de Mr. Skin donde el risible y completamente gratuito desnudo de Rosario Dawson será uno de los más populares. (Lee la crítica)
Las peores
Traté de evitar las que a simple vista encontraba obviamente malas (léase cualquier cosa protagonizada por Adam Sandler, Ryan Reynolds o basada en una novela de Nicholas Sparks). A continuación -en ningún orden en específico-, las que vi ya sea porque me pagaron o por curiosidad morbosa:
The Host – La nueva abominación de la autora Stephenie Meyer hace ver a su saga de Twilight como un romance a la par con Casablanca. (Lee la crítica)
Now You See Me – La película más tonta del año, con un guión risiblemente rebuscado que solo acabé de ver para descubrir los límites de su estupidez.
The Lone Ranger – Los filmes de Bela Tarr son emocionantes cortometrajes de acción al lado de este aparatoso y letárgico desastre taquillero.
Movie 43 – Cuando el único buen chiste en una comedia son los testículos que cuelgan de la garganta de Hugh Jackman, todo lo demás está perdido.
A Good Day to Die Hard – Título alterno: “Bruce Willis cobra otro millonario cheque por presentarse al set gracias a los que siguen pagando por ver esta serie”. (Lee la crítica)
Getaway – Hora y media de acción sobre ruedas filmada por una docena de cámaras GoPro y editada con un machete por un novato con ADD.
Scary Movie 5 – Difícil creer que el mismo tipo que coescribió Airplane!, Top Secret! y The Naked Gun es el mismo detrás de esta cosa. (Lee la crítica)
Parker – Jason Statham protagoniza otra película de Jason Statham que solo es peor que la mayoría por la inclusión de Jennifer López. (Lee la crítica)
Machete Kills – Robert Rodríguez continúa con sus “green screens” y filtros digitales rindiendo disque tributos al cine “grindhouse” cuyas virtudes aún no entiende. (Lee la crítica)
¡Qué joyitas¡ II – “Del director del Kamasutra Boricua…”. (Lee la crítica)
La subestimada,
The Great Gatsby – La fusión del estilo de Baz Luhrman con la tecnología 3D pudo haber sido una tremenda idea o la peor migraña imaginable. Por fortuna fue la primera. Muchos de mis colegas, sin embargo, pensaron lo contrario, tildándola de fría, artificial y hueca, y concuerdo que los es, pero los personajes que habitan esta obra de F. Scott Fitzgerald son superficiales, egoístas y materialistas, así que es por diseño. Luhrman contrasta estas cualidades con su exuberante estilo visual que representó una de las expresiones artísticas más singulares y llamativas del 2013. (Lee la crítica)
la sobrestimada
American Hustle - Una película frívola y perfectamente pasable elevada a ridículos niveles estratosféricos por la crítica y la popular temporada de premios. En un año mediocre se entendería, pero entre tanta excelencia, el despilfarro de alabanzas dirigido a ella resulta sumamente exagerado. De haber estrenado en abril pocos se acordarían de ella para esta fecha. (Lee la crítica)
…y las mejores películas que nadie vio
You’re Next – El género del horror tuvo un muy buen año, con The Conjuring, The Purge y hasta Insidious: Chapter 2 alcanzando éxito comercial, lo cual hace aun más penoso que You’re Next haya pasado sin pena ni gloria por las salas de cine. La película fue adquirida por $2 millones y recaudó $18 millones en taquilla, así que no fue mala inversión, pero de todas las mencionadas, fue la más divertida y original al subvertir el subgénero del “home invasion” con un macabro sentido del humor y copiosas cantidades de sangre y vísceras. Cuando se topen con ella en Blu-ray, VOD, Netflix o TV, denle una oportunidad. Se la merece. (Lee la crítica)
It’s a Disaster – De las tres comedias apocalípticas que estrenaron este año, esta fue la que menos atención recibió, y considero que podría colocarse cómodamente entre This is the End y The World’s End. Disponible en VOD y Netflix, el filme escrito y dirigido por Todd Berger encierra a un grupo de personas en una casa donde se lleva a cabo un “brunch” de parejas, situación que de por sí invitaría a desear el fin del mundo. Una vez este llega, los personajes se ven forzados a reflexionar acerca de sus vidas, lo cual da paso a una de las mejores comedias del 2013.
Ninja: Shadow of a Tear – En la tradición de American Ninja y Revenge of the Ninja, el actor Scott Adkins y el director Isaac Florentine nos llevan al “martial arts B movie heaven” con este tremendo “throwback” a las películas de acción de los 80. Las escenas de combate son espectaculares. No hay rastro del fastidioso “shaky cam” contemporáneo, peleas pobremente iluminadas e incoherentes ni edición rápida y errática. Lo que vemos es un grupo de expertos en artes marciales elegantemente filmados para que se pueda apreciar y sentir cada uno de los golpes que se propinan entre sí.
Y así me despido del año cinematográfico 2013, el mejor que recuerdo desde el fantástico 2007. Los invito a que compartan en el área de los comentarios sus respectivas listas de lo mejor y lo peor, así como sus sorpresas, decepciones y cualquier otra categoría que se les pueda ocurrir. Nos vemos en el 2014, que con suerte será un año tan memorable como este.