Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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Desde que se anunció el proyecto de The Avengers, fueron muchos los cinéfilos –entre ellos este servidor- que se mantuvieron escépticos. La propuesta era demasiado ambiciosa: colocar a un equipo de los mayores superhéroes de Marvel Comics en una sola película. Con tantos egos juntos en pantalla, la posibilidad de un desastre era muy elevada. Es por esto que lo que logra el cineasta Joss Whedon no es nada menos que un pequeño milagro cinematográfico. Prepárese para leer superlativos.
The Avengers es el mejor filme de Marvel Studios, y por mucho. Tanto así, que las cintas individuales de Thor, Captain America, Iron Man y Hulk ahora se sienten como meros preámbulos a esta épica de acción en la que convergen el característico espectáculo visual veraniego, una sólida dirección y el estupendo manejo de la historia, fenómeno que rara vez se manifiesta en esta temporada de estrenos en la que los efectos especiales suelen ser los protagonistas.
Whedon, un conocido fanático de los cómics que ha escrito varios para Marvel, demuestra un pleno conocimiento de por qué estos personajes han sido atesorados por millones de personas durante décadas, resaltando lo que los hace divertidos y exponiéndolo en pantalla con suma eficacia.
Su excelente guión contiene un robusto desarrollo de los integrantes de los Avengers sin que ninguno opaque al otro y permitiendo a cada uno tener su propio momento para lucirse. Incluso los integrantes secundarios del grupo, Hawkeye (Jeremy Renner) y Black Widow (Scarlett Johansson), resultan memorables. De hecho, una película con ellos dos juntos no estaría nada mal.
La trama es bastante sencilla y fácil de seguir, aun cuando algunos detalles se presentan de forma tan apresurada que no quedan explicados de la mejor manera posible. Whedon concentra nuestra atención en la interacción entre los Avengers, que es donde debe estar, y nos brinda secuencias que serán de gran regocijo para los fanáticos de estos personajes en las que no solamente luchan contra sus enemigos sino entre ellos mismos.
Cuando una poderosa fuente de energía conocida como el Tesseract –capaz de abrir portales intergalácticos- es robada por el vil dios nórdico Loki (Tom Hiddleston), el director de S.H.I.E.L.D., Nick Fury (Samuel L. Jackson), reúne a un equipo de superhéroes para defender la Tierra y sus habitantes de una posible catástrofe.
Robert Downey Jr. regresa para interpretar a Iron Man, con su particular sarcasmo, y encuentra como contrapunto el intachable heroísmo clásico de Captain America, encarnado por Chris Evans. El choque entre ellos no sólo aporta dinamismo a la historia mientras compiten por el liderazgo de los Avengers, sino que contrasta cómo los héroes han cambiado a través del tiempo y sirve de desarrollo al tema mayor de la propuesta de Whedon sobre lo que éstos deben ser.
La confrontación entre Iron Man y Captain America es vista desde afuera por el dios Thor (Chris Hemsworth), quien regresa a la Tierra persiguiendo a su hermanastro, Loki. Las actuaciones shakesperianas de Hemsworth y Hiddleton fueron de los mayores aciertos del filme Thor, y aquí regresan con los mismos aires teatrales que distinguen al dios del trueno dentro de los Avengers y hacen de Loki un antagonista capaz de enfrentarse a ellos, aunque sus secuaces sean pura carne de cañón.
Mención aparte merece Mark Ruffalo como el doctor Bruce Banner, mejor conocido como el imponente Hulk. Tomó tres intentos pero finalmente el célebre gigante verde es representado en el cine dignamente gracias en gran parte a Whedon, quien lo mantiene en un segundo plano como un tipo de arma secreta que nadie se atreve a activar. La interpretación de Ruffalo es tan buena y contiene tantos matices –incluso cuando está transformado en Hulk por medio de la tecnología de motion capture- que será difícil aceptar a otro actor en este papel por mucho tiempo.
¿Y qué de la acción? Espectacular. Whedon no desperdicia estas secuencias para simplemente deslumbrarnos con los fantásticos efectos especiales, sino que las aprovecha para impulsar la trama. A través de ellas vemos cómo los Avengers aprender a trabajar en conjunto, culminando en una increíble y emocionante batalla urbana que parece sacada de los sueños colectivos de millones de fanáticos de los cómics.
Más que nada, The Avengers es sensacionalmente divertida, y no puedo terminar sin resaltar que además es bastante cómica sin que el humor se sienta fozado ni fuera de lugar. Es un estreno veraniego que cumple con la promesa de entretenernos y en el que tanto el empeño como la pasión de sus realizadores es palpable de principio a fin, con el resultado de una experiencia más que satisfactoria. Tomen nota, directores de blockbusters de Hollywood. Joss Whedon les acaba de demostrar cómo es que se hace.
Nota al calce: Quédense durante los créditos finales para que vean una breve escena que -si conocen los cómics- los dejará deseando que la secuela estrene la semana entrante.