Los animales salvajes están de vuelta en la pantalla grande en Madagascar 3: Europe’s Most Wanted, la nueva cinta familiar de Dreamworks Animation que resulta amena y divertida a pesar de ser su tercera aventura animada, lo cual no es normal en la industria.

No puedo estar totalmente seguro, pero me atrevo a decir que gran parte de lo que funciona en el filme se debe a su guionista, Noah Baumbach, quien contribuye por primera vez en esta franquicia junto a Eric Darnell, el escritor constante en la ahora trilogía. Baumbach coescribió la fantástica (valga la redundancia) Fantastic Mr. Fox, además de las películas que ha dirigido, como The Squid and the Whale y Greenberg, por lo que se ha probado como un cineasta destacado en la elaboración de libretos perspicaces y con resonancia emocional.

Madagascar 3 continúa con los deseos de un cuarteto de animales -Alex, el león; Marty, la zebra; Melman, la jirafa; y Gloria, la hipopótamo- de regresar a su hogar en el zoológico de Nueva York. El filme arranca mientras ellos cruzan de África a Europa, donde se hacen pasar por animales de un circo para esconderse de las autoridades, particularmente de la capitana DuBois, de la Agencia de Control de Animales, cuya persistencia es comparable con la del Coyote de los Looney Tunes por atrapar al Correcaminos. De hecho, goza de su misma inmortalidad.

En el circo, la ganga -en la cual no podían faltar los comiquísimos pingüinos y los lémures- se topa con un nuevo grupo de animales: focas, tigres y jaguares, entre otros, cuyo acto es un absoluto desastre. Cuando Alex se percata de que el circo podría ser su pasaje de regreso a Estados Unidos, hará todo lo posible por dirigir un acto de clase mundial.

El largometraje cuenta con las voces de un elenco de primera. Ben Stiller, Chris Rock, David Schwimmer y Jada Pincked Smith regresan para interpretar a los protagonistas. A ellos se le suman Frances McDormand, como DuBois, y Jessica Chastain, Paz Vega, Bryan Cranston y Martin Short como los animales del circo. Estos cinco actores son irreconocibles en sus papeles y no es hasta los créditos que se hace evidente su aportación al dar vida a estos personajes.

Existen algunas fallas en el manejo de la trama, específicamente en un giro innecesario en el tercer acto que es el trillado detonante que altera la relación entre los protagonistas sólo para resolverla en los últimos minutos, pero esto es secundario al gran sentido de diversión que ofrece la cinta para espectadores de todas las edades.