Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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Es sorprendente lo que hace un gran elenco con una historia que muy bien pude haber sido material de algún episodio de las múltiples series de Law & Order o una producción original del Lifetime Movie Network. De no ser por Sam Rockwell y Hilary Swank, quienes consiguen elevar un guión bastante convencional sin esforzarse mucho, Conviction sería una película completamente olvidable.
El filme es el tipo de estreno que se ve generalmente en esta época del año cuando empiezan a llegar a los cines todas las películas que aspiran a una nominación para los mayores premios que se conceden en el séptimo arte. En inglés se les conoce como “Oscar bait”, en referencia a que no son más que carnadas para estas organizaciones que a veces se dedican a exaltar lo obvio mientras ignoran lo verdaderamente extraordinario.
Conviction, sin embargo, no ha sido tan afortunada en esta temporada de galardones que acaba de comenzar, fuera de una nominación para Swank como mejor actriz por el Sindicato de Actores. Su trabajo y el de Rockwell es lo único que realmente se puede resaltar aunque en realidad ambos actores aparentan estar en piloto automático durante todo el largometraje.
Swank interpreta a “Betty Anne Waters”, una mujer criada en un hogar disfuncional en el que su único amparo era su hermano, “Kenny” (Rockwell), que desde pequeño tuvo problemas con las autoridades. Ya de adultos, ambos mantienen un fuerte lazo fraternal que es puesto a prueba cuando “Kenny” es acusado y sentenciado a cadena perpetua por un asesinato que -según él- no cometió.
Basada en al vida real, la trama se desarrolla alrededor de los esfuerzos de “Betty Anne” por apelar la sentencia de su hermano, incluyendo los años que le tomó convertirse en abogada y la búsqueda de evidencia que pudiese redimirlo. El guión de Pamela Gray se sostiene de esta investigación para mantener al público involucrado, pero en ningún momento dudamos de la inocencia de “Kenny” ni de cómo acabará la historia.
El filme se beneficia notablemente de un reparto secundario muy sólido. Minnie Driver hace de la fiel amiga de “Betty Anne” en un pequeño pero apropiado papel mientra que Melissa Leo encarna a la oficial policiaca que en cierta forma es la villana de la película. Eso sí, la selección de Juliette Lewis como la mujer promiscua de bajo recursos económicos no pudo ser menos original.
La dirección de Tony Goldwin no da mucho de qué hablar, fuera de que es cónsona con su trabajo que ha sido principalmente como director de varias series de televisión, perfil que se valida con la impresión que deja Conviction.