Uno de los mayores atractivos del universo cinematográfico de Marvel post The Avengers es cómo cada nueva película puede funcionar como entidad independiente a la vez que contribuyen a la expansión del macro. Mientras los primeros filmes se enfocaron en la introducción de estos personajes y cómo se conectaban entre sí, las entregas que componen esta segunda fase del estudio se han esmerado por diferenciarse: Iron Man 3 apostó al divertido estilo del “buddy cop movie”; Thor: The Dark World presentó más elementos fantasiosos que ningún otro largometraje de superhéroes hasta el momento, y ahora Captain America: The Winter Soldier va dirigida a satisfacer a los adictos a la acción.

Y satisfechos saldrán de la sala, o de lo contrario deberán ir a examinarse el pulso. La entretenidísima secuela toma elementos característicos de las cintas de espionaje que proliferaron en la década del 70 y los integra a una de las historias más populares de “Captain America” que el guión moderniza para encajar, no solo con los hechos que anteceden al filme y los que están por venir, sino con los tiempos actuales en los que el Estado cada vez busca entrometerse más en la privacidad de los ciudadanos.

Para defendernos de estas amenazas contemporáneas, ¿quién mejor que un héroe del pasado? Muchos lo tildarán de anticuado, pero es precisamente su aferramiento a los valores de su época en medio de la Segunda Guerra Mundial lo que hace de “Steve Rogers” –mejor conocido como “Captain America”- un personaje tan entrañable, y el actor Chris Evans encarna esas virtudes a la perfección con un rostro que expresa nobleza. En esta entrega “Rogers” continúa enfrentándose a los nuevos tiempos tras permanecer congelado durante décadas y los golpes que recibe lo obligan a redefinir su visión del mundo y a cuestionarse lo que está dispuesto a hacer para protegerlo de enemigos tanto externos como domésticos. 


La trama se desarrolla poco después de los hechos de The Avengers. “Captain America” ahora es un agente de S.H.I.E.L.D bajo la supervisión de “Nick Fury” (Samuel L. Jackson) y con “Natasha Romanoff” (Scarlett Johansson) como compañera. Su más reciente misión resulta en la revelación para “Rogers” de que la agencia de defensa pretende activar tres portaaviones voladores gigantes para monitorear a la ciudadanía y detener posibles amenazas incluso antes de que las personas las cometan. Basta con la mera sospecha para que alguien sea un blanco.

“Rogers” está tenazmente opuesto a que esto se lleve a cabo, pero antes de que pueda impedirlo, un misterioso soldado tan poderoso como él –conocido como “Winter Soldier”- atenta contra la vida de “Fury”. El nuevo jefe de S.H.I.E.L.D., “Alexander Pierce” (Robert Redford), señala a “Rogers” como el enemigo número uno del estado, convirtiéndolo en un agente fugitivo de la justicia que une esfuerzos con “Romanoff” para resolver complot en su contra antes de que los portaaviones se eleven.  


Captain America: The Winter Soldier se siente como la película de “James Bond” de Marvel y los directores Anthony y Joe Russo se esfuerzan porque la acción esté a la par con la de las mejores entregas del agente británico. Los cineastas les ofrecen a todos los personajes su momento de brillar a través de combates mayormente mano a mano en los que la cámara se distancia lo suficiente de los golpes como para permitirnos apreciarlos. Evans y Johansson –y sus dobles- se hacen cargo de las peleas cuerpo a cuerpo, mientras que a Jackson finalmente le dan algo que hacer en un intenso tiroteo y el recién llegado Anthony Mackie, como el superhéroe “Falcon”, se luce en las luchas aéreas. 

Sin embargo, el filme no es pura acción. El misterio central que impulsa la trama también resulta interesante y lo ata intrínsecamente a la primera película de “Captain America” a la vez que sienta el camino para lo que veremos en Avengers: Age of Ultron el año entrante. La cinta se extiende más de lo necesario debido a las múltiples conspiraciones que abundan en el guión y el desenlace también pierde un poco de impacto por la manera tan alargada y segmentada en la que se desarrolla, pero es difícil no dejarse llevar por el impulso inicial, las empáticas actuaciones y la idea de lo que la redefinición del universo de Marvel con la que concluye Captain America: The Winter Soldier podría representar para el futuro de esta entretenida saga.