Ray González no descarta un regreso a la lucha libre
El veterano luchador habla sobre cómo fue el proceso de su operación en la espalda y su futuro en el deporte-espectáculo.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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Estas últimas semanas han sido de mucha incertidumbre para el luchador Ray González, ya que el pasado sábado 24 de enero, haciendo lo más que le apasiona, luchar, su espalda le jugó una mala pasada y le dio jaque mate a González.
Esa noche, en el evento “La Hora de la Verdad”, el veterano luchador se enfrentaba a Mighty Ursus y Carlito Caribean Cool, durante la lucha recibió la “backstabber” de parte de Carlito, aunque ya en otras ocasiones había sido víctima de esa movida, esa noche fue la excepción.
“Sentí que la pierna izquierda se me paralizo, sentí un calambre. Dentro de mí me dije ‘algo no anda bien aquí’. Me preocupé bastante porque la pierna no me respondía como se suponía, ya en el hospital el doctor Yamil Rivera, al cual le agradezco un montón, me dijo que tenía una fractura en la vertebras L5 y la S1”, explicó González.
“Esto ocasionó que la vértebra L5 se desplazara hacia dentro y chocara con el disco, el cual se hinchó y me pinchó el nervio. Todavía recuerdo cuando me dijo que si la vértebra se hubiera deslizado más, hubiera terminado en silla de ruedas”, agregó.
Para la familia de González tampoco fue fácil la situación. “Había mucha incertidumbre, especialmente en mis hijos al verme caminar en bastón. Como dije anteriormente ellos, en especial mis hijas me ven como un súper héroe haciendo esas cosas en televisión creen que uno es invencible, y al ver a su papá en bastón sabían que algo no estaba bien. Tengo una hija de tres años a la que no podía cargar ni jugar con ella y eso me daba mucho sentimiento”, sostuvo González.
Durante la operación, a Ray se le pusieron dos tornillos a ambos lados de la vértebra, se le reemplazó el disco afectado y se le aseguró con dos placas de titanio.
“Cuando desperté de la cirugía lo primero que hizo fue mover las piernas, y al sentir que las pude mover fue un gran alivio. Luego le dije a mi hermana, quien me estaba acompañando, que me tocara los dedos de los pies para ver si tenía sensibilidad”, describió González.
“Fue algo bien emocionante porque sabía que en una silla de rueda no iba a ser necesario. Yo me quería levantar rápido de la cama, tirar patadas voladoras y hacer la figura cuatro para estar seguro que todo estuviera bien. Pero todo tiene su tiempo”, dijo González, quien al segundo día luego de la operación caminó por el hospital Dr Center en Santurce
“Quiero agradecer públicamente porque todos me trataron súper bien, me hicieron sentir en familia”, señaló.
Aunque González sabe que la gente lo admira, jamás se imaginó el cariño tan grande del pueblo de Puerto Rico hacia su persona.
“Aunque yo no tengo ninguna página en las redes sociales, leía todas las muestras de cariño de la gente, las oraciones, las muestras de fe y cariño. Eso me dio mucho aliento para esta batalla, y le agradezco inmensamente todo ese cariño y le pido a Dios que le duplique ese cariño y buenos deseos”.
Ahora, luego de la operación, la gran interrogante es si veremos a González resurgir como el fénix y regresar a la lucha libre.
“Pronto tengo una cita de seguimiento para comenzar un proceso de terapias que tomaran de cuatro a cinco meses. Estoy viviendo el día a día recuperándome. Cuando yo sienta que esté recuperado, tomaré una decisión de si me retiro o regreso a la lucha libre”, indicó González, quien sin embargo aseguró no estar listo para el retiro ya que la lucha libre “es algo que se lleva en la sangre”.
A los muchachos de Consejo Mundial de Lucha (WWC, por sus siglas en inglés), González le envió el siguiente mensaje: “Ahora es el momento de trabajar bien duro, de ir al gimnasio si de verdad quieren llegar a la meta. Demostrar lo que puedes dar en el ‘ring’ y demostrarle de lo que eres capaz al público que son los que pagan para pasar un buen rato y olvidarse de los problemas diarios”, concluyó.