Puerto Rico enfrenta la crisis política y gubernamental más grande en tiempos modernos. En lo que va de año los arrestos y declaraciones de culpabilidad de alcaldes y funcionarios públicos del PPD y PNP por corrupción ha sido avasallador. La corrupción nunca es aceptable, pero en un país en quiebra y contracción económica resulta un crimen de alta traición.

A esto se le suma la admisión de los abogados de la exgobernadora Wanda Vázquez, de que su arresto es inminente. Al mismo tiempo, se señala la creación de un Súper PAC (un comité de campaña política) por parte de un amigo íntimo del gobernador, Pedro Pierluisi, con el objetivo de esconder nombres de contribuyentes de campaña y así luego otorgarles contratos sin ser señalados.

Ante este escenario, el liderato del PPD y el PNP debe ejercer humildad política. Nadie se alegra con los arrestos y acusaciones. Después de todo, cada dólar desviado para la corrupción es un dólar que no va a dar servicios al pueblo.

No obstante, esa no ha sido la actitud. No hay introspección alguna. Al contrario, lo que han comenzado es la estrategia típica del liderato PPD y PNP de las tres “c”: cloaca, corrupción y carpeteo. Cuando una crisis toca a su puerta, recurren al fango, el traqueteo y la persecución. Pero eso no es lo que exige el momento, ni lo que pide el país.

Primero, intentaron impedir las invitaciones que yo he estado recibiendo de múltiples escuelas. Decían que yo iba a “adoctrinar”. Falso. En esas invitaciones, me piden hablar a los jóvenes de mis experiencias de desarrollo o son invitaciones en el contexto de procesos electorales, en los que han invitado representantes de todos los partidos. No obstante, estas quejas no se escuchan cuando legisladores y alcaldes del PPD y PNP visitan escuelas para ofrecer mensajes en graduaciones. Son algunos de esos los que luego son señalados por corrupción.

El segundo evento ocurrió en una entrevista otorgada por el Presidente de la Cámara Rafael “Tatito” Hernández. A preguntas del periodista Rubén Sánchez sobre acciones concertadas entre diversas fuerzas políticas, señaló que eso era un “junte demoníaco”, al mismo tiempo que sacaba a pasear el cuco del “comunismo”. Le aplica aquello de que se regresa de todo lugar, menos del ridículo.

En política, la desesperación conduce en muchas ocasiones al error. En este caso, aunque es evidente la desesperación política, el lenguaje no fue por error. Fue por diseño. Veamos.

“Tatito” Hernández enfrenta un momento de gran debilidad política. Dentro de su partido, mantiene pugnas políticas con su presidente y con el alcalde de Dorado. Dentro de su delegación, un grupo de jóvenes populares no se sienten representados por su presidencia. El electorado popular le propinó una humillante derrota en la elección especial de Guayama. Ha sido incapaz de establecer estrategias efectivas para aprobar legislación para el beneficio del pueblo de Puerto Rico. De hecho, por el contrario, sus iniciativas más recientes han sido para aumentar impuestos del CRIM a las residencias y en los vehículos de motor.

Todo esto, sumado a los arrestos de líderes del PPD, lo llevó por diseño a llamar los diálogos democráticos de diversas fuerzas para acciones concertadas “junte demoníaco”. No tiene otro propósito que cambiar el tema y no se le pregunte sobre sus desaciertos de fondo y los de su partido.

En el caso del liderato del PNP, han recurrido al mismo libreto. Para cambiar el tema de las investigaciones, arrestos y convicciones por corrupción, hay que sacar el cuco. Es una artimaña para no dar explicaciones.

En ambos casos, se trata de una desgastada e infantil estrategia política, producto de la desesperación ante el desgaste del bipartidismo y el hastío de los que antes eran sus electores. Ninguno habla de cómo se va a atender la corrupción. Tampoco hablan de la necesidad de repensar cómo se llenan vacantes de alcaldes con elecciones abiertas. Cómo se van a mejorar los servicios a la ciudadanía. Qué hacer con el aumento de la gasolina, el agua y la energía eléctrica. Entre otros temas urgentes.

Esos son los temas que te interesan a ti. Pero ellos prefieren las tres “c”: cloaca, corrupción y carpeteo.