El 2014 fue un año repleto de retos dificilísimos para todos los que hemos decidido seguir luchando desde aquí por un mejor Puerto Rico.  Reconozco que la decisión de quienes se han ido a probar suerte en otros lugares no ha sido fácil ni menos angustiosa.  Y todos debemos extenderles un fuerte abrazo desde aquí.  Hay muchos a quienes nos pasa esa idea por la mente todos los días.  No voy a negarlo, no podemos tapar el cielo con la mano.  Gran parte de mi familia, incluida mi hija, se encuentran echando pa’lante fuera de Puerto Rico.  Nuestros retos y sus retos son los de todos los puertorriqueños.  Somos un solo pueblo y, le guste a quien no le guste, somos un país, no importa donde estemos.  

A quienes me siguen desde aquí y desde allá quiero agradecerles el apoyo que me dieron durante el 2014.  Quienes me siguen desde fuera de Puerto Rico demuestran con su interés que ese profundo amor por Puerto Rico y ese calor de nuestro pueblo no se pierde, no importa el frio que diga la pantalla del smartphone.  Juntos hemos aprendido mucho sobre la complejidad de los retos que enfrentamos y juntos desde dentro y fuera de Puerto Rico continuaremos proponiendo alternativas a todo lo que nos aqueja.  Juntos también seguiremos aprendiendo de las oportunidades que tenemos como pueblo al tener tanta gente comprometida a través del planeta.  Somos un equipo diverso y con un potencial de desarrollo envidiable.  Esa emigración tiene que ser una oportunidad y una ventaja económica del País. 

Quiero agradecer también a mis amigos y compañeros de Primera Hora por brindarme la oportunidad de llegar a sus hogares a través de este medio tan importante.  Espero genuinamente continuar aportando desde esta plataforma todos los lunes del 2015 y que el trabajo cada vez sea más valioso e interesante para ustedes. 

El 2014 nos trajo momentos impactantes.  Llegó la tan esperada y angustiosa degradación del crédito una tarde a principios de febrero.  Con ella todos esperábamos que la administración nos mostrara la ruta a seguir para salir de la crisis.  Esa ruta nunca llegó y a estas alturas parece difícil imaginar que la recibiremos.  La oposición política fue igual o más negligente, pues no solo se opuso a todo lo que el Gobierno hizo sin presentar alternativas viables, sino que también prometió que todos los impuestos aprobados serían eliminados en el futuro.  Ellos saben bien que eso es imposible porque muchos de esos impuestos se usan de colateral para tomar dinero prestado, pero no titubearon en mentirte.  

En el 2014 vimos al Tribunal Supremo contradecirse y resolver un día que el retiro de los policías y el de los empleados del gobierno central se pueden ir por la borda siempre y cuando no se toque el de los maestros ni el de los jueces.  También vimos un momento histórico en el que una mujer abiertamente lesbiana fue nombrada a ese máximo foro judicial.  Ese evento de enormes proporciones se vio empañado lamentablemente por la propia administración, que unos meses más tarde se fue a perseguir a los homosexuales para impedir sus derechos en el foro federal.  Curiosamente, el record litigioso de Alejandro García Padilla es que solamente le gana a los gays y a los que fuman marihuana en los tribunales, mientras que en casos como el de Doral vimos una vergonzosa derrota para la administración.  

Por su parte la marihuana, el tratamiento con ella y los recaudos potenciales de $200 millones que esta podría generar se quedaron guindando porque un par de representantes le prometió a sus pastores que la religión va primero que la razón y que una planta que crece naturalmente es más peligrosa que el Percocet y la Aderal.  Vimos también el comienzo de una nueva estrategia de sacarle el billete del bolsillo al país traída a ustedes por el Partido Popular Democrático (PPD): los contratos de millones de dólares sin subasta por tratarse de un “plan piloto” y con ello refrendaron la clavada más grande que ha visto este pueblo en mucho tiempo con las fotomultas.  

En el 2014 Puerto Rico le declaró la guerra a la transportación.  El Gobierno bombardeó continuamente a los conductores haciéndoles pasar un calvario innecesario cada vez que bregaban con un Cesco o con la abusiva empresa que administra el AutoExpreso.  No cabe duda que ese asunto del AutoExpreso es una olla de presión que causará estragos políticos durante el 2015 si Alejandro lo sigue ignorando esperando que el issue desaparezca.  Eso se combinó con la ley de quiebra criolla que bajó del cielo y en menos de 24 horas quedó aprobada por la Legislatura del sello de goma.  La misma Legislatura que aprobó unas enmiendas al Código Penal que no será hasta la publicación de esta columna que sabremos si el gobernador las vetó, a pesar de ser una de sus promesas de campaña.  Y ni hablemos de la “crudita”.

La administración también llegó a los tribunales para impedir que viéramos el documento con el cual planifican calcular el IVA que nos piensan obsequiar para sustituir el IVU y que no veas el impuesto en tu recibo de compra. También tenemos que acordarnos de que por primera vez en el 2014 vimos una sindicatura corriendo una corporación pública que ambos partidos políticos usaron de ATM durante décadas y ahora no hay forma de operarla. Cuando estudien nuestras hijas lo que hicieron con la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) estos dos partidos, se preguntarán si se debe restituir la pena de muerte. Estos “hijuelas” quebraron la AEE, cuando esta pudo ser un enorme motor de desarrollo económico proveyendo energía al resto del Caribe, transicionando a energías alternativas, llevando el internet, telefonía y cable a nuestros vecinos. En fin, la AEE pudo ser el “hub” de desarrollo económico de Puerto Rico y quienes saben de lo que hablo comprenden que de verdad es imperdonable lo que se hizo ahí por años. 

Y no olvidemos los líos legales de jueces y recaudadores de fondos que acabaron tras las rejas por corrupción y uno de ellos hasta por lavado de dinero del narcotráfico.  La Oficina de Administración de los Tribunales hizo el ridículo durante gran parte del año por no entender la complejidad de la falta de confianza en nuestro sistema y con eso se fue su directora administrativa.  La guerra por el control de la Rama Judicial siguió en el Tribunal Supremo y desembocó en que los jueces de la nueva mayoría le arrebataron el control de las finanzas a la jueza presidenta al quitarle la Junta de Subastas. 

Todos estos problemas, en especial los causados por la legislación de la “crudita”, nos recibirán con nuevas sorpresas temprano en el 2015.  Pero el año nuevo promete grandes oportunidades en distintos frentes. Si por fin aprendemos la lección de dejar la política a un lado podemos salir del boquete que nosotros mismos cabamos. Para empezar, la economía de los Estados Unidos crece a pasos agigantados.  Con ello vendrán grandes cambios, en particular si se afectan las tasas de interés, pero eso no parece que va a suceder todavía, lo cual es bueno para la banca local.  También se esperan grandes cambios si sabemos aprovechar las oportunidades que nos ofrecerá la pronta apertura de Cuba.  En el ámbito local también están pasando cosas importantes.  Se espera que los desarrollos positivos en el turismo y en algunos renglones de la lucha contra el crimen se sostengan.  Pronto se anunciará la apertura de uno de los centros de investigación de cáncer más importantes del mundo, afiliado a la Universidad de Puerto Rico (UPR) y con esto, y la inversión en infraestructura, se abre finalmente el desarrollo de la Ciudad de las Ciencias, que nos llevan prometiendo hace una década.  También se espera que comiencen a operar importantes empresas en el área de la industria aeroespacial y con esas llegarán otras a Puerto Rico.

En fin, tuvimos un 2014 atropellado y tumultuoso, sin liderazgo a dónde mirar para mantener la esperanza.  Pero parece que el 2015 podría ser mucho mejor si sabemos atacar las oportunidades que se nos presentan.  Un reto para lograr eso es ignorar la batalla de las campañas electoreras que se avecina.  Habrá que evitar también caer en la trampa del plebiscito en que el PPD bestialmente nos quiere meter.  Hay que estar vigilantes.  Yo confío en que este año será mejor que el 2014 y me comprometo con ustedes a siempre llevarles la información con la verdad y a trabajar sin descanso para que tengan todos los ángulos del análisis que necesitarán evaluar al votar en el 2016. No siempre uno tiene la razón, pero mi lema es que equivocarte no implica engañar (sé que suena cursi y a discurso político, pero es la verdad).  Como resolución de año nuevo prometo también hablar más de las cosas buenas que ocurren en nuestra patria y comenzar a aprovechar todas las oportunidades que se presentan para mejorarme a mí mismo y al País.  A la larga, solo nos queda una isla que rescatar. Puerto Rico puede ser un paraíso... si tan solo cooperamos.