El día que la jueza nos baje el deo
La jueza no puede perdonar la deuda porque le gusta el perreo y porque baila Dura de Daddy Yankee.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 años.
PUBLICIDAD
Puerto Rico tenía que pagar en deuda entre el año pasado y este de cerca de 9 mil millones de dólares, 9 billones en inglés. Nosotros pusimos en la Constitución que los bonistas cobraban primero. Le dijimos a los bonistas que si no le pagábamos podían quedarse con las cuentas del gobierno. Que podían nombrar un síndico para subir la AEE hasta que cobraran. Que podían quedarse con los peajes y la crudita hasta que cobraran. Que podían quedarse con el dinero de las matrículas de los estudiantes hasta que cobraran.
Todo eso le dijimos a los bonistas con tal de que siguieran prestándonos como adictos a los mofongos con carne frita y cogimos fiao como loco particularmente de 1998 hasta 2012 cuando cerraron la cuenta. En cada unos de esos 70 mil billetes que cogimos prestados nuestros gobernadores firmaban diciendo que podían quedarse con todo si no pagábamos.
Pues llegó el día de cobro. La gente dice que la Junta vino a cobrar la deuda. La realidad es que esta Junta hasta ahora, quizás la próxima no, ha planteado bajar la deuda mucho más de lo que cualquiera otro mecanismo legal hubiera permitido. Han propuesto un recorte de sobre 90 de cada 100 dólares que teníamos que pagar, pero hasta ahora incluso estamos pagando menos de eso.
Lo único que evita que los bonistas puedan quedarse con todo es la ley de quiebras contenida en la ley federal PROMESA. Esa no es mi opinión, esos son los datos. Claro que es colonial y sin duda es una vergüenza, pero cuando vas a la quiebra le estás diciendo al tribunal que en efecto no pudiste administrarte bien y que cogiste más dinero prestado del que podías pagar y que vengan a supervisarte. Eso es precisamente la ley de quiebras y en el caso de Puerto Rico el único camino que tenemos a ella es a través de PROMESA y la Junta el supervisión.
Aquí alguna gente solo puede hablar del status y te dice veinte embustes, pero no te dicen que en las otras fórmulas de status no habría un mejor escenario para bajar la deuda. En la independencia igualmente habría que pagar la deuda y ahí no habría un mecanismo de quiebra. Si no me cree, pregúntele a Grecia y a Argentina. En la estadidad no podríamos acogernos a la quiebra del gobierno central, solo a la AEE, AAA, municipios y corporaciones públicas. Y el proceso para esa quiebra sería igualito al actual en una corte de quiebras por el Capítulo 9 de dicha ley. Así que resolver el status, que es importante, no resuelve el problema de la deuda.
Como único un juez puede determinar que no se pague esa deuda, es con una ley de quiebras. La jueza no puede perdonar la deuda porque le gusta el perreo y porque baila Dura de Daddy Yankee. Esos son los hechos, los datos. Tiene que haber una ley que permita hacerlo. La única ley que permite esto es PROMESA y esos son los datos. En las alternativas todas, todas, tenemos que pagar o toda la deuda o lograr que Estados Unidos voluntariamente nos otorgue un rescate federal con billones o que ellos paguen la deuda.
Obviamente, nos dieron PROMESA (a la que el gobernador se oponía porque decía que podía pagarse toda la deuda) para no darnos ese rescate federal. O sea, no hay rescate, solo hay un posible alivio de deuda. Ese fue el mensaje de Estados Unidos en la aprobación de esta ley. Pregúntele a Obama que fue el que la firmó.
Cuando todo el mundo gritaba que no estaban los estados financieros auditados, lo que estaban pidiendo era que nos pusieran una Junta. Así lo hizo Ricardo Rosselló cuando Alejandro era el gobernador, pero ahora que él es gobernador tampoco tenemos los estados financieros auditados y por tanto, con tanto truco aquí, se puso una junta como en New York City, Washington DC, Detroit, Grecia, y tantos otros países.
El derecho a Puerto Rico no pagar es igualito que cuando tú vas a quiebras y los bancos, cobradores y acreedores no pueden seguir chavando para que les pagues. No pueden cobrarte hasta que la jueza de quiebras determine tu caso. Sin ley de quiebras, se quedan con tu carro, tu casa y te embargan tu cheque y cuentas de banco. Igual le pasaría a Puerto Rico si no tuviera PROMESA. Esa no es mi opinión, esos son los datos.
Pero, hay un detallito adicional. El proceso de quiebras, el detente a los buitres para que no nos joroben cobrando tiene unas reglas y no es eterno. De hecho, la regla principal es el principio de la buena fe. O sea, de buena fe vas allí al proceso y con las manos limpias levantas los brazos y muestras todos tus ingresos, documentos, informes y sin trucos; y entonces la jueza decide si de verdad estás más pelao que la chucha.
Si la jueza detecta que se está abusando del proceso de quiebras, si nota que hay mala fe y se están ocultando datos, si ve que se está postergando irrazonablemente el asunto por politiquerías, si ve que hay trucos, lo que puede determinar es sacarnos de la protección de quiebras, decidir que el caso no cumple con el Título III de PROMESA y entonces pasar por todo lo que dije antes que podía pasar si no fuera por la protección que tenemos bajo la ley de quiebras en PROMESA. Incluso, si se audita la deuda completa, es la jueza la que determina si se paga o no, porque aunque apoyo con todas mis fuerzas la auditoría solo nos sirve para persuadir a la jueza de nuestro argumento, pero no la obliga.
En la democracia, los pueblos son responsables de lo que hacen sus políticos y en nuestro caso los hemos reelegido lo suficiente como para no poder cantarnos inocentes. El pueblo que ha elegido a esta gente ha sido cómplice. Claro, Estados Unidos permitió y fomentó con herramientas que cogiéramos prestado, pero no nos puso una SIG Sauer P365 para que triplicáramos la deuda de 1998 a 2012.
La realidad es que si no se logra una negociación en los próximos meses y la Junta no hace planes fiscales realistas en conjunto con el gobierno para poder hacer un plan de ajuste que baje la deuda lo suficiente y cree desarrollo económico, ya no habría forma de evitar que no sea la próxima Junta nombrada por Trump la que decida el asunto. En las apelaciones y procesos de tribunales nos veremos por mucho más tiempo, con más pagos a asesores y abogados y con una incertidumbre e inmigración mayor. Además, nos corremos el riesgo de que Trump nombre a los buitres a la nueva Junta.
Si la Junta que tenemos nos hubiera puesto a pagar toda la deuda, yo sería el primero en estar en las filas de la lucha. Hasta ahora al parecer hay propuestas razonables que deben buscarse puntos medios para lograr un mejor acuerdo entre todos. De lo contrario, la jueza puede hasta decidir que la deuda de COFINA es válida y entonces sí que nos veremos en la revolución JetBlue.
Estamos en momentos claves de nuestro futuro. La Junta propuso cosas que el gobernador no va a aceptar. Tenemos poco tiempo para hacer un verdadero plan fiscal que permita un plan de ajuste razonable ante la jueza. Aquí seguimos jugando con fuego y nos corremos riesgos de seguir jugando a la política, mientras la espada de Dámocles nos asecha con una jueza que puede hartarse de todo este teatro y terminar bajándonos el deo.
Claro que sería más cool para mi decirles vamos a la trinchera y que se chave todo forzando asuntos ideológicos. Lograría más rating y menos odio en mis redes. Pero el dolor de mi pueblo puede más que la conveniencia. Usted puede creerme o no, pero esa es la verdad. Los analistas debemos decir lo que es la verdad, no lo que nos gusta a nosotros. Mi generación es la que va a cargar con las consecuencias más que cualquiera otra. Llegó el momento de ser más serios y dejar la bayoya de nuestro futuro.
Que no se diga que no estábamos advertidos.
Nacido en Chicago y criado en San Lorenzo, el licenciado Jay Fonseca estudió en escuela pública. Fue a la UPR a estudiar empresas y derecho luego de teología. Es analista político en Telemundo y WKAQ 580. Autor del libro “Banquete Total: Cuando la Corrupción dejó de ser ilegal” y por una década fue columnista en Primera Hora. Supera el millón y medio de seguidores en Facebook, Instagram y Twitter, lo que lo convierte en uno de los principales “influencers” de la Isla. Es padre de una niña y tiene un app bajo su nombre, Jay Fonseca.
Esto tiene salvación
Esta columna busca proponer soluciones de manera muy sencilla a las situaciones actuales que afectan el País.