El cuatrienio que sacó lo peor de nosotros
"Tanto golpe que nos ha dado este cuatrienio, pero no aprendimos la lección, sino que hemos empeorado”
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Dicen que las tragedias sacan lo mejor de nosotros, que nos unimos como pueblo y nos damos la mano. Pero al parecer, en los políticos y quienes les siguen pasa lo contrario. Este cuatrienio ha sido uno de bofetadas y de nivel de enfriamiento comparado con el Apocalipsis de la Gran Babilonia en las pandemias bíblicas. Nos habían dicho que se podía pagar toda la deuda, dijeron que el sistema de salud llamaríamos el Plan Vital, nos prometieron que podían pagar todas las pensiones y nos prometieron que bajarían los impuestos. En cuanto ganaron, no bajaron los impuestos, aumentaron cargos, no pagaron la deuda y nos anunciaron recortes del retiro. Ahora, la contumacia y lascivia estaba por venir.
Este cuatrienio ha sido muy particular, pero lo más que a mí me parece que debería atormentar la conciencia del pueblo es el que aún sacando a un gobernador sigamos cometiendo los mismos errores y se siga utilizando el poder para beneficio personal y para abusar.
No aprendimos del huracán María ni de la experiencia que vivimos con Unidos por Puerto Rico. Vimos cómo se aguantaban los suministros hasta que no llegara cierta figura o su cartel y dijeran que la Oficina de la Primera Dama y Fortaleza Pa’ Ti era quien traía las ayudas. Repetimos lo mismo.
Según múltiples declaraciones juradas en informes de Justicia, tres fiscales y también el panel de jueces encontraron que había evidencia suficiente bajo juramento que la senadora Evelyn Vázquez y otros aguantaban las ayudas de fondos federales que iban para personas que estaban en extrema necesidad. Gente que había perdido sus hogares, sin nevera, estufa, sin microondas, sin agua, viviendo a la intemperie bajo alguna carpa o en el parque de pelota. Allí se aguantaban ayudas para esas personas, para que los políticos pudieran sacarse la foto durante la repartición. Lo contrario a lo que hizo el Maestro de pedir que no le dijeran a la gente sus milagros, estos hacían alardes de cosas que ni ellos conseguían.
Según el informe, es peor. En ocasiones no fue ayuda a un lugar u otro porque era mejor repartirlos en sitios estratégicamente políticos. E, incluso, a los empleados públicos que advirtieron sobre el mal uso de esos fondos federales, se les perseguía, se les amedrentaba y se les señalaba. Llegó al nivel que la propia secretaria de la Familia denunció el mal uso de dichos fondos federales. La ley federal prohíbe que políticos envíen esos suministros pagados con fondos federales. También prohíbe que los políticos sean los que los distribuyan y den instrucciones directas de la distribución de los mismos. Igualmente, no se le puede repartir a todo el mundo, sino a las personas que hayan sido autorizadas por la ley federal. Nada de eso se obedecía, según dicho informe.
Pero, en vez de circunscribirse al Derecho, la exsecretaria de Justicia y ahora gobernadora obstruyó la justicia, según el informe, y sacó del medio a la testigo principal de dichas acciones ilegales. En vez de ayudar a la transparencia del uso de fondos federales, la gobernadora, según dice el informe, procedió a perseguir a la denunciante de lo que estaba mal. Le dio instrucciones para que devolviera a su posición a quien actuó mal, y cuando esta no obedeció, la sacó.
No solo eso. Ahora hemos visto también como en el PUA y el desempleo se le ha pagado a personas del Departamento del Trabajo para seguir aprobándole, a unos sí y a otros no, los beneficios que le corresponden a personas necesitadas que se quedaron sin trabajo.
Cuando Tatiana Ortiz Ramírez sacó la historia de que empresas criminales han buscado deambulantes y personas que no trabajaban, y con un contacto en el Departamento del Trabajo logran que les aprueben el PUA hasta $10,000 por persona y que allí se le aprueba este dinero de forma ilegal, uno pierde la fe. Algo que es tan fácil de corroborar, como verificar si esa persona llenó planillas el año pasado o llenó el Fondo del Seguro del Estado, o tiene retenciones de su patrono o contratista… pero nada ocurre y se les aprueba al garete el beneficio que a otros se les niega por meses.
Es decir, no solo no hemos aprendido. No solo este cuatrienio no ha servido de lección con tanto golpe. De hecho, al parecer hasta hemos empeorado.
Nacido en Chicago y criado en San Lorenzo, el licenciado Jay Fonseca estudió en escuela pública. Fue a la UPR a estudiar empresas y derecho luego de teología. Es analista político en Telemundo y WKAQ 580. Autor del libro “Banquete Total: Cuando la Corrupción dejó de ser ilegal” y por una década fue columnista en Primera Hora. Supera el millón y medio de seguidores en Facebook, Instagram y Twitter, lo que lo convierte en uno de los principales “influencers” de la Isla. Es padre de una niña y tiene un app bajo su nombre, Jay Fonseca.
Esto tiene salvación
Esta columna busca proponer soluciones de manera muy sencilla a las situaciones actuales que afectan el País.