Congreso quiere vernos en taparrabos y letrinas
“Siempre que un gobernador quería gastar, podía porque los bonos de Puerto Rico eran azúcar para el diabético”
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Las presiones que hoy recibe la Junta para que se haga la reducción de jornada laboral son a consecuencias de que el Congreso nos quiere ver en taparrabos y usando letrinas para poder decir a su gente que el dinero que ellos perdieron de sus retiros se justifica.
Lo cierto es que nunca debimos haber cogido tanto dinero prestado y fue una ley federal la que permitió que Puerto Rico siguiera cogiendo fiao’ por la triple exención de los bonos locales. Siempre que un gobernador quería gastar podía, porque los bonos de Puerto Rico eran azúcar para el diabético.
Nos dieron una línea de crédito como si un adicto a drogas tuviera una cuenta de banco a la que siempre puede recurrir cuando se queda sin cash para satisfacer su adicción. Ahora, tenemos que entender qué es lo que está pasando allá para internalizar lo que pasa aquí.
La propia Junta de Control Fiscal llegó por razones políticas internas de Estados Unidos. Los republicanos se oponían a “rescatar a Puerto Rico” y los demócratas querían un alivio de la deuda. Los republicanos no querían darle un break a Puerto Rico así que se inventaron que el problema eran los estados financieros.
Ese cuento se lo comieron hasta candidatos a la gobernación. Siempre dije que los estados eran importantes, pero que los usaban de excusa, porque en las cuentas del gobierno había menos cash que agua en Carraízo durante sequía y eso bastaba para comprender que necesitábamos un alivio de deuda.
El presidente demócrata y el Congreso republicano acordaron que una Junta de mayoría republicana decidiría si hacía falta un alivio. Llegó la Junta y determinó que hacía falta una profunda disminución de la deuda.
Eso fue una bomba para los congresistas republicanos que dijeron por años que Puerto Rico podía pagar la deuda y que aquí no se quería pagar para poder seguir gastando como todos los demócratas gastones.
Pero se lo tuvieron que tragar porque el gobernador y la comisionada residente que antes decían que podía pagarse todo, resulta que cambiaron el discurso y dicen lo mismo que decía entonces Alejandro.
Ahora, ¿cómo la Junta que bajó enormemente la deuda por no destruir la economía empuja tanto la reducción de jornada laboral que nos fastidia también?
Aquí es donde llegamos al epicentro de este asunto. La Junta de Control Fiscal tiene tres públicos a los que quiere dirigirse:
1. Puerto Rico – Aunque es el menos importante, ciertamente quieren tener buenas relaciones públicas porque luego quieres vender tus servicios como expertos en temas de reestructuración de deuda fuera de Puerto Rico. También, puedes escribir libros y hacer dinero y prestigio con lo que se logre aquí. Lograr salir de aquí alegando que hubo paz mientras proponían ajustes y recortes sería oro para ellos.
2. El mercado de inversionistas – Ellos saben del poder de ese mercado y de que ellos controlan en gran medida el futuro de sus propuestas y de que Puerto Rico salga de la recesión. Ya ellos han visto el poder que tienen con propuestas como el acuerdo de la de AEE, las presiones que pueden lograr contra congresistas, etc. También, el poder que tuvieron para meter lenguaje complicado y contradictorio en su propia ley habilitadora con tal de cabilderos facturar a sus clientes.
3. El Congreso – Los congresistas que aprobaron PROMESA fueron duramente criticados en sus distritos. De hecho, grupos de cabilderos le tiraron candidatos en contra a congresistas solo por decir que favorecían que Puerto Rico pudiera tener acceso a la ley de quiebras. También esos grupos lograron que candidatos a la presidencia de EEUU nos tiraran a mondongo. Esos congresistas cogieron golpes enormes y el propio presidente de la Cámara puso todo su capital político ahí uniéndose a los demócratas para lograr esa aprobación.
Los jefes de la Junta de Control Fiscal son los congresistas que los nombraron. Si usted le pregunta a José Carrión III te va a decir que su jefe es Paul Ryan (presidente de la Cámara federal). Esos congresistas ven que la Junta tomó la decisión de cortar la deuda en casi 90%. Eso significa que sus constituyentes van a recibir recortes en sus planes de retiro y 401k. Ahora es que eso va a empezar a reflejarse en las cuentas de esos trabajadores en sus distritos porque ahora fue que los fondos dejaron de recibir sus pagos como COFINA y otros.
Grupos de cabilderos que quieren que se pague más de la deuda van a presionar a congresistas diciendo que la Junta que ellos nombraron permitió sacarle dinero del retiro a sus constituyentes para que Puerto Rico pudiera seguir gastando y no pagar su deuda. O sea, van a tirarle candidatos contra a esos congresistas bajo esas alegaciones y así lograr que en el 2020 se elija un nuevo Congreso más a su favor. Imagínese usted cómo va a pensar un ciudadano de Utah cuando le digan que su congresista votó a favor de que le quitaron dinero para su retiro y todo “para que Puerto Rico pueda seguir gastando”.
Los congresistas necesitan demostrar a sus constituyentes que hicieron lo correcto. Que ellos exprimieron a Puerto Rico y que eso de no pagar la deuda fue después de partirnos a nosotros. Como todavía eso no ha pasado, el Congreso presiona a la Junta para que aprueben medidas de austeridad y así les permitan a los congresistas decir en sus distritos que Puerto Rico redujo jornada, botó gente, redujo beneficios, y entonces cuando no hubo remedio pudo bajar su deuda.
Mientras eso ocurre, la Junta está atrapada tratando de hacer balances entre sus tres públicos y ver cómo logra que todo este estiércol no llegue al abanico.
Ahora, obviamente el Congreso no quiere pagar las consecuencias, tampoco el mercado de bonos, nosotros menos… todos queremos que las consecuencias las pague otro, pero aquí el más débil de todos los jugadores… somos nosotros.
Nacido en Chicago y criado en San Lorenzo, el licenciado Jay Fonseca estudió en escuela pública. Fue a la UPR a estudiar empresas y derecho luego de teología. Es analista político en Telemundo y WKAQ 580. Autor del libro “Banquete Total: Cuando la Corrupción dejó de ser ilegal” y por una década fue columnista en Primera Hora. Supera el millón y medio de seguidores en Facebook, Instagram y Twitter, lo que lo convierte en uno de los principales “influencers” de la Isla. Es padre de una niña y tiene un app bajo su nombre, Jay Fonseca.
Esto tiene salvación
Esta columna busca proponer soluciones de manera muy sencilla a las situaciones actuales que afectan el País.