Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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Hablemos claro. ¿Dónde está la verdadera aportación que tiene que hacer al País la Universidad de Puerto Rico (UPR) más allá de diplomas y títulos? ¿Tiene “standing” el presidente de la UPR para pedirles a los estudiantes que marchen para que no recorten fondos sin a la vez decirles que con ello están pidiendo aumento en impuestos?
Tengo varias preguntas y aunque sé que se van a ofender algunos/as, aquí van:
¿Cuál es la posición de los profesores de Contabilidad de la UPR sobre el presupuesto? ¿Han hecho un presupuesto ‘base cero” con sus estudiantes para ir línea por línea del gasto gubernamental y separar lo indispensable del excedente? ¿Cuál es la propuesta de la facultad de Administración de Empresas sobre dónde y cómo cortar el gasto? ¿Por qué la UPR no envió a sus profesores de Derecho a ser “amigos de la corte” en el caso federal de la quiebra criolla? ¿Cuál es la propuesta de los profesores de Finanzas sobre el sistema de retiro y sus indispensables reformas? ¿Están haciendo las correctas inversiones y aminorando los costos administrativos esos sistemas o no?
¿Cómo puede saber el pueblo estas cosas si los expertos guardan silencio? ¿Cuál es la opinión oficial del Departamento de Economía de la UPR sobre el IVA o el IVU y cuál es mejor o peor? ¿Qué piensa la facultad de Educación de la reducción de estudiantes y sobre las disciplinas de difícil reclutamiento? ¿Cuál es la posición de la Facultad de Derecho sobre si podemos o no renegociar la deuda? ¿Cuál es la verdad jurídica sobre la propuesta del representante Manuel Natal de una moratoria al pago de la deuda del País? ¿Se puede hacer eso? ¿Cuál es la propuesta de nuestros estadísticos, financieros y planificadores para la revisión anual de los datos y estadísticas, ayudando así al País a dirigir mejor los recursos, ya que el gobierno central no le da los fondos al indispensable Instituto de Estadísticas? ¿Ha dicho el RUM si podemos producir agricultura sin subsidios o si hacen falta tantos “estímulos” que amamanten a muchos que no los necesitan ni merecen?
Quizás estoy pidiendo mucho. Ahora, que la UPR pida más dinero y a la vez no diga cuáles serán sus aportaciones concretas al País (más allá de dar diplomas y títulos) en momentos de incertidumbre y falta de dirección, eso es traición al contribuyente. Allí tenemos a los “sabios” que pueden ofrecer la confiabilidad desde su “cátedra” desinteresada y “no partidista” para que el pueblo sepa cuál es el mejor camino. ¿O es que hay contratos e intereses que hacen que guarden silencio en momentos en que el silencio de los sabios debe ser condenado?
Hablamos de la falta de un plan de desarrollo económico del Gobierno y del partido de turno. ¿Y cuál es el plan que recomiendan nuestras universidades y sus economistas? ¿Cuál es la propuesta de la UPR y de las universidades privadas sobre la reforma de la Policía y del sistema de Corrección para aminorar los gastos en esas áreas? Nuestros profesores de Estadísticas, ¿ayudan a depurar los datos del Estado de alguna forma? ¿Le teme el Estado al profesorado, que en caso de un político mentir sabe que alguien con autoridad moral y cátedra lo puede desmentir? ¿Cuál es la opinión actuarial de los profesores de la UPR sobre los sistemas de retiro? ¿Cuál es la propuesta de Ciencias Médicas, de Administración de Empresas y Administración Pública ante la inminente quiebra del sistema Mi Salud y la tarjeta de la Administración de Seguros de Salud (ASES), que en 2017 llegará a un déficit de $1,000 millones? ¿Nuestros catedráticos de Derecho se ofrecen a llevar los casos legales al Estado cuando no tengamos recursos para pagar los altos honorarios?
Recientemente escuché al periodista Normando Valentín decir que “nuestra escuela pública ya no es la misma escuela pública en la que yo (Normando) me crié”. Difiero de Normando; el problema es que nuestra escuela sigue siendo la misma de hace 50 años mientras el resto del mundo se puso las pilas y fue revolucionándose alrededor del sistema educativo. Es decir, no es que hayamos echado tanto para atrás, es que nos hemos quedado estancados mientras otros avanzan. Es como si estuviéramos corriendo en una trotadora estática, mientras otros van a la pista a correr.
Igualito nos pasa en la UPR. Allí creen que nos quedamos en el 1950 y hacen falta empleados en vez de empresarios, abogados en vez de ingenieros y comunicadores/periodistas con diplomas en vez de creatividad y desarrollo. Como dice un estudio de Stanford, el ser humano piensa que mañana será más o menos igual a hoy. Nuestro problema es que muchos lugares del mundo se dieron cuenta de que si no tienen petróleo, oro, minerales o gas natural, o sitios turísticos antiquísimos, lo que les queda es el cerebro de sus estudiantes creando bienes, productos, ideas, patentes, servicios, etc., por lo que no podían darse el lujo de que mañana fuera igual que hoy. Nosotros todavía estudiamos esperando que alguien nos emplee y nos pague bien porque “tenemos una bachillerato o maestría”.
Mire lo al garete que está la UPR, que en Ciencias Políticas la clase de Economía es electiva. En Administración de Empresas la clase de Empresarismo no es obligatoria y hasta eliminaron el bachillerato de Estadísticas porque no había estudiantes interesados en el área de mayor demanda y paga laboral, en vez de orientar al estudiantado mejor.
No sé cómo a gente graduada de las mejores universidades del mundo no se les cae la cara de vergüenza con sus argumentos tontejos en defensa de su finquita, mientras dilapidan recursos sin reformar la Universidad para que realmente valga la pena esa inversión. Mire boricua, tenemos que ver la realidad y luchar por cambiarla. Nuestra mejor universidad está en la posición 749 a nivel global. Ninguna de nuestras universidades privadas se encuentra entre las mejores 1,000. Nuestro sistema educativo no le enseña matemáticas al 90% de los estudiantes. Nueve de cada 10 escuelas están en plan de mejoramiento porque su educación es patética. Estamos dando títulos y diplomas que en el 1950 servían de mucho, pero hoy son profesiones que no pagan mucho más de $7.25 la hora, aunque tengas bachillerato y hasta maestría.
No le cortemos a la Universidad, pero que sea porque se lo gana con la creación y mercadeo de patentes. Con investigación y desarrollo contratado y buscado por la empresa privada. Con donativos de sus egresados robusteciendo el Fondo Dotal. Con su trabajo como asesor principal del Estado. No podemos seguir dando dinero por sentimientos románticos e ideologías que suenan bonitas, pero no son productivas. Actualmente, la Universidad recibe un presupuesto total de $1,400 millones al año. Esto para que muchos terminen en Estados Unidos produciendo allá. Tremendo negocio el que hacemos aquí invirtiendo $8,000 anuales por estudiante de escuela pública y $23,000 al año por estudiante de la UPR para que se vaya a producir a otro lugar.
Claro que siempre hay gente muy talentosa y buena que estudia y trabaja allí. El asunto es que de poco sirve la inversión social en 60,000 estudiantes en la UPR y 420,000 en la escuela pública para unos cuantos casos de éxito y tantos miles de lo contrario. Sé que hay muchas cosas buenas pasando también y de esas he hablado antes. Pero vamos, miremos al espejo objetivamente.
Vamos boricua, la solución a nuestros problemas está frente a nuestra nariz. A todos nos ha pasado que no sabemos que tenemos la nariz llena de mucosidad y que las demás personas lo ven y no nos dicen nada. Eso se entiende, pero una vez ya sabemos que la tenemos sucia solo hay que mirarse la nariz y limpiarla sin esperar que vengan otros a hacerlo por uno.
Nacido en Chicago y criado en San Lorenzo, el licenciado Jay Fonseca estudió en escuela pública. Fue a la UPR a estudiar empresas y derecho luego de teología. Es analista político en Telemundo y WKAQ 580. Autor del libro “Banquete Total: Cuando la Corrupción dejó de ser ilegal” y por una década fue columnista en Primera Hora. Supera el millón y medio de seguidores en Facebook, Instagram y Twitter, lo que lo convierte en uno de los principales “influencers” de la Isla. Es padre de una niña y tiene un app bajo su nombre, Jay Fonseca.
Esto tiene salvación
Esta columna busca proponer soluciones de manera muy sencilla a las situaciones actuales que afectan el País.