“Ay bendito” le dieron plaka plaka al pillo
En Puerto Rico opera la doctrina de la legítima defensa de forma menos abierta que en lugares de Estados Unidos.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 años.
PUBLICIDAD
He escuchado montones de veces que si un pillo entra a tu casa y le metes un tiro puedes ir preso.
Uno escuchaba personas (muchas) decir que siempre había que tener una pistola legal y otra con la serie mutilada para asegurarse de que si alguien entraba a tu casa y le disparabas, le “plantaras”, o sea, le pusieras el arma con la serie mutilada en la mano para que no te procesaran legalmente por darle muerte al pillo.
En Puerto Rico opera la doctrina de la legítima defensa de forma menos abierta que en lugares de Estados Unidos donde usan la doctrina de “mi casa mi castillo” (castle rule) o “defender tu posición” (stand your ground). La crítica aquí es que en Puerto Rico solo puedes dispararle a alguien para defenderte si esa persona representa una amenaza real de daño inminente en tu contra y no puedes usar una fuerza mayor de la que la persona está usando.
El presidente del Senado Thomas Rivera Schatz y el Senador José Vargas Vidot como coautor empujaron la medida que establece una presunción a favor de que se pueda defender la morada y una apertura a la legítima defensa para hacerla muy parecida a los estados.
En el 2014 se aprobó que se podía dar muerte a una persona que entraba a tu casa siempre y cuando te encontraras con “motivos fundados para creer que al dar muerte al agresor, el agredido o la persona defendida se hallaba en inminente o inmediato peligro de muerte o de grave daño corporal,” Artículo 25 del Código Penal.
La nueva propuesta de ley -aprobada por la Legislatura y solo falta la firma del gobernador-, es más agresiva y cambia el lenguaje de lo que es morada y deja claro la presunción de que cuando se le da muerte a alguien actuó de forma válida y el Estado tendría que probar lo contrario. Es decir, ahora si disparas en defensa de la “morada” se presume que no cometiste un delito y tendrían que probarte en corte que se te fue la mano (salvo en algunas excepciones).
El senador del PIP Juan Dalmau le votó en contra la medida pidiendo cautela porque ahora un ratero viene a llevarse un tiesto del patio de la casa o meramente estaba merodeando y le pegan tres tiros abusando de la ley.
Plantea esto el senador, porque la definición de morada no es solo el hogar dentro del lugar donde duermes. También se incluye como “defensa de su morada, vehículo, negocio o lugar de trabajo”.
En Estados Unidos hay tres doctrinas que dominan esta área:
1 - “Stand your ground” opera en 24 estados (incluyendo Florida y los estados más conservadores/republicanos). Esto es, que no tienes un deber de evitar la violencia antes de usar fuerza letal.
2 – “Deber de retirarte” - En 17 estados opera la doctrina del deber de retirarte. O sea, que si puedes evitar la violencia de disparar debes hacerlo o no te favorece la doctrina de legítima defensa y podrías ir preso si actuaste letalmente antes de evitar la violencia o que la misma fuera una amenaza inminente.
3 – “Castle Rule” – Es una variable del “stand your ground”, pero aplicado a tu hogar, oficina de trabajo y en algunos casos el vehículo.
Si el gobernador firma esto, la Isla tendría elementos de todas estas doctrinas en ciertas variables. El problema obvio es que vivimos en un país violento y con problemas de pobreza tan profundos que nos tomará muchísimo tiempo romper con los issues sociales antes de poder evitar legislación como esta que conlleva fuerza mortal.
Ahora, tengo que favorecer la propuesta porque aquí no podemos contar con que al llamar al 9-1-1 llegará un agente para defenderte en unos minutos. Hasta que ese no sea el caso, particularmente luego del huracán María, cada cual tiene que buscar la forma de cómo mejor defenderse.
Nacido en Chicago y criado en San Lorenzo, el licenciado Jay Fonseca estudió en escuela pública. Fue a la UPR a estudiar empresas y derecho luego de teología. Es analista político en Telemundo y WKAQ 580. Autor del libro “Banquete Total: Cuando la Corrupción dejó de ser ilegal” y por una década fue columnista en Primera Hora. Supera el millón y medio de seguidores en Facebook, Instagram y Twitter, lo que lo convierte en uno de los principales “influencers” de la Isla. Es padre de una niña y tiene un app bajo su nombre, Jay Fonseca.
Esto tiene salvación
Esta columna busca proponer soluciones de manera muy sencilla a las situaciones actuales que afectan el País.