Alexa, los trans y la Biblia de Jesús
“El caso de Alexa pone nuevamente de relieve lo que ninguno de nosotros realmente sabe: ¿quién será salvo y cuál debe ser el rol de la iglesia en este mundo?”
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Mucho se dice de la comunidad transgénero, mucho se dice de la comunidad LGBTTIQ, mucho se plantea de su pecado y, en específico, se usa el primer capítulo de Romanos para condenarlos a muerte en el infierno.
También se utiliza a Sodoma y a Gomorra, del Génesis; y en particular textos que hablan en contra de echarse con personas del mismo sexo.
La misma Biblia tiene textos igualmente contundentes contra la lascivia y el sexo fuera del matrimonio (1 Corintios 6:19). Sin embargo, a eso no se le da el mismo énfasis y nuestras iglesias están repletas de pecados ocultos. La Biblia, además, condena y dice que no entrarán al reino de los cielos, los que comen demasiado… la gula (Romanos 13:13). A ese texto no se le da mucho énfasis, y la obesidad y deseo de comer descontrolado está choreto en el templo.
La Biblia también tiene textos que condenan prácticas tradicionales, como las compras excesivas, utilizar prendas, utilizar atuendos ostentosos (1 Pedro 3:3). Sin embargo, vemos personas predicando el Evangelio que continuamente se visten de forma ostentosa y utilizan prendas de alto costo. El Evangelio de la Prosperidad, la Nueva Era, le llaman algunos.
Aquellos que defienden el comer en exceso buscan alguna justificación diciendo que eran los alimentos ofrecidos en sacrificio a los dioses o los banquetes del rey idólatra. Igualmente, los que utilizan prendas dicen que se refería a una época distinta a la nuestra, o que no se refería a todas las prendas. Para eso siempre hay una justificación o una interpretación acomodaticia. Pero no para la comunidad LGBTTIQ, para ellos el infierno es el futuro si no se arrepienten, alegan muchos.
El caso de Alexa pone nuevamente de relieve lo que ninguno de nosotros realmente sabe: ¿quién será salvo y cuál debe ser el rol de la iglesia en este mundo?
Como creyente, nunca me he llamado cristiano, porque cristianos son los que se parecían a Cristo y yo estoy muy lejos de parecerme al Maestro. Pero, como creyente en su segunda venida, enfatizo más en lo que nos dijo el Maestro en Mateo 25:39, cuando habla de que cuando regrese el Rey, vendrá a buscar a los que llevaron pan al hambriento, abrigo al desnudo, los que visitaron al preso, no a los que alegaban que hacían milagros en su nombre, que cuando le reclamaron al rey “nosotros hicimos milagros en tu nombre”, el rey les dirá: “Apartaos de mí, nunca os conocí, obradores de maldad, por cuanto no llevaron pan al hambriento, agua al sediento, abrigo al desnudo”.
Nuevamente, ¿de verdad deberíamos tener tantos templos ostentosos, torres, bancos cómodos, exenciones contributivas a la Iglesia, mientras hay tanta necesidad y tanta pobreza y cerca de 5,000 personas todos los días, según el censo más reciente, duermen en las calles y deberíamos causar el coraje social contra los gays que promueve la homofobia y la transfobia? ¿Deberíamos oponernos a la educación de perspectiva de género?
Recuerden, el múltiplo típicamente es siete, así que si sabemos que hay entre 5,000 personas que duermen en las calles, muy probablemente el número sea siete veces mayor.
Si usted lee la Biblia encontrará que el dedo de Dios escribió en tres ocasiones: la primera, en Éxodo 20, cuando Dios dio los 10 mandamientos, nos dio las instrucciones de lo que deberíamos hacer. La segunda ocasión fue cuando apareció la mano de Dios en Daniel 5, el profeta, y allí condenó al pueblo porque se apartó de Dios; y la tercera ocasión fue cuando lanzaron una mujer adúltera ante Jesús y todos lo que llevaron a la mujer para ser apedreada se fueron cuando él dijo: “el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”, mientras Jesús escribía en el suelo los pecados de los que allí estaban frente condenando a la mujer, pero no se miraban ellos mismos.
Por tanto, Dios nos dio la guía en sus mandamientos de Éxodo 20, nos señaló con su mano lo que estaba mal, pero escribió con su dedo en el polvo del que nos formó para mirarnos a los ojos y tener misericordia de nosotros, porque el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
Nacido en Chicago y criado en San Lorenzo, el licenciado Jay Fonseca estudió en escuela pública. Fue a la UPR a estudiar empresas y derecho luego de teología. Es analista político en Telemundo y WKAQ 580. Autor del libro “Banquete Total: Cuando la Corrupción dejó de ser ilegal” y por una década fue columnista en Primera Hora. Supera el millón y medio de seguidores en Facebook, Instagram y Twitter, lo que lo convierte en uno de los principales “influencers” de la Isla. Es padre de una niña y tiene un app bajo su nombre, Jay Fonseca.
Esto tiene salvación
Esta columna busca proponer soluciones de manera muy sencilla a las situaciones actuales que afectan el País.