Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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¿Alguna vez te has preguntado por qué tengo que firmar? ¿Por qué tiene que ser mi firma tan importante? ¿Cuándo mi firma tendrá el poder que tiene aquella? Probablemente has dicho: “Es que mi firma es tan fea”…. como yo lo he dicho muchas veces. Pero si partimos de ahí, en mi caso, cuando comencé a escribir, sobre todo en cursivo, no me acuerdo que me hayan dicho que al final esa sería mi firma para préstamos, cheques, contratos, pacto matrimonial; la firma de mi historia…
Y es ahí, mujer, donde pregunto: ¿qué firma estoy dejando en el caminar de mi vida? Sí, pregúntatelo porque cada día, tanto tú como yo, tenemos una página en blanco que nos da la vida para llenarla y firmarla.
Y hay que hacerlo con responsabilidad y a conciencia, no a relajo como en un momento dado decía: “ Ya quisiera yo tener la cuenta de cheques de ella y firmar”, cuando en una ocasión me compararon, por su físico (cuando yo tenía el pelo negro riso), con esa gran artista y ser humano, Gloria Estefan, a quien admiro y respeto mucho.
Muchas veces escribimos, sin darnos cuenta, provocando un best seller, y ni hablar de los cuentos que escribimos. Pero a todas esas páginas, aun tratando de pasar por anónimas, siempre, siempre, le saldrán a la luz su firma.
¿Y ahora qué? ¿Cómo hacemos con lo ya vivido y escrito que lleva tu firma? Pues, qué te puedo decir… porque ya tu pasado está escrito y no se puede corregir; hasta probablemente hay páginas que quisieras arrancar para siempre, pero ya tienen tu firma. Pero tranquila. Dios es tan maravilloso que renueva sus misericordias cada mañana, y en ellas nos da la oportunidad de aprender y comenzar a escribir correctamente, para así, con mucho orgullo, dejar nuestra firma.
Pero, ¿cómo lo vamos a hacer? Toma el bolígrafo con humildad y con él:
1. Usa tinta de color verdad.
2. Que tu hoja sea transparente.
3. Reconoce tus errores pasados.
4. Perdónate por ellos y perdona.
5. Acepta que lo pasado ya pasó y es pasado.
6. Empieza a escribir con buena voluntad y optimismo para que tu página cada día esté llena de recuerdos maravillosos.
7. Lo más importante, deja que Dios sea el que dirija las líneas que vas a plasmar, pues ellas serán parte de tu legado.
Mujer, nunca es tarde, por si estás pensando en eso. Siempre hay una oportunidad para cambiar el rumbo de tu vida y así comenzar a escribir en paz y armonía. Anda, paséate sin temor por las distintas áreas de tu vida; asegúrate reconocer lo que necesitas y busca tu pluma para que dejes una firma hermosa.
¡Dios te bendiga!