Querido don Papo:

Ya estamos en los días en que el boricua promedio se somete a la penitencia patria y se auto flagela comiendo langosta y camarones.

Yo ya estoy preparando los autfits que manda la ocasión que incluyen pamela pá los picnics playeros y pa la celebración que parece que tienen programaíta pá sábado de gloria.

Me cuentan que en Caimito están organizando la marcha de la victoria porque Diosito lo vino a ver y fumó la pipa de la paz con su pai y don Richard y el bróker mentáo.

Y yo me alegro mijo porque ya me estaban espoiling los jolideis santos con tanto sumar y restar millones pá saber el trú economic estatus del macaracachimba de los boxeadores boricuas.

Que todavía no lo sabemos pero por lo menos le siguen pagando mensualmente unos chavitos que le darán aunque sea pa que la mai prepare caldo de paloma. 

Porque no creo que le sometan a la langosta y a los camarones en estos tiempos donde la tribulación amenaza el bolsillo de la familia Trinidad.

Claro que el único día que yo creo se va a salvar y nos va a poner a hacer recogimiento es el viernes santo. Que cuente y jure que ahí sí hasta los que están en los botes van a hacer acto de contrición en pepareichon para lo que nos viene pá encima a finales del mes: el mensaje de presupuesto del Gobe.

Mireeee cristiano, usté no sabe el marisco que vamos a comer buscando la indulgencia de Diosito pá que ilumine al Hermoso y le permita explicarnos en arroz y habichuelas, cómo rayos va a bregar con el boyete de los chavos de este paisito.

Es más, yo misma prendí unos cuantos velones que no pienso apagar hasta el día del mensaje para que ese varón se calme y no vaya a despotricar contra los jueces después que le votaron en contra a lo del retiro de maestros. 

Me dicen que está a punto de quitarles hasta las meriendas entre caso y caso y que los va a poner a mapear los pasillos del más alto foro judicial porque hasta los conserjes les va a eliminar en el bodyet.

Esto está más pelú que la crucifixión del hijo del Padre. #pontumano

Jacinta

PD: Aunque ultimadamente, somos un pueblo bendecido y tenemos que dar gracias en estos días santos. Porque ningún país en su sano juicio estaría haciendo las compras que estos ojitos han visto en COSCO y SAM cuando lo que viene por ahí es un dramón económico de tres pares. Que viene porque viene don Papo, a menos que la Divina Providencia nos siga tirando la toalla y aparezca un chino que monte una 936 o sort of. O don Alejandro, que parece que tiene línea directa con la Santísima Trinidad, un día orando en el Potrero de Coamo se jinque y jaye petróleo y comparta el gudi con su pueblo. Y así será que seguiremos teniendo universidad pública sin subir matrículas ni hacer recortes, y pagaremos los retiros sin ajustes, y habrá chavitos pá pagar la deuda de la AEE y pa saldar las multas energéticas sin subirnos la luz. Que viva la Semana Santa Boricua. Que lo demás es parking.