Debido al éxito del género del reguetón y lo que se me antoja llamar el “cambio de posición” en el gusto popular de la salsa, he escuchado a algunos compañeros de la industria y a público en general decir que el primero vino a desplazar al segundo. Sin querer ser historiador y mucho menos un experto, pienso que ambos géneros tienen mucho en común. Detalles que van más allá de la música son los que los acercan. 

Primero el origen sociocultural de ambos: dos géneros nacidos de una clase social de origen humilde, del corazón urbano, de los barrios más humildes con una expresión pura, básica y con el ritmo como protagonista. Ambos fueron evolucionando con el paso de los años en su forma musical armónica y en su lírica. Con la fuerza de su éxito, los dos trascendieron fronteras, cambiaron esquemas y dieron oportunidad a artistas que la industria subestimaba por su procedencia. 

Podríamos decir que en sus inicios, ambos fueron víctimas de una especie de discrimen por parte de las disqueras, estaciones de radio, empresarios y gente del medio en general, pero pasados los años, conquistando al público. Decir que el reguetón ha opacado, sustituido o afectado el desarrollo de la salsa es según mi punto de vista una afirmación injusta con los dos géneros. 

Aunque no soy público del reguetón, lo respeto por varias razones. La primera es la capacidad de supervivencia de un movimiento al que muchos pusieron fecha de expiración. La segunda es por su capacidad de evolución y reinvención.

Por su parte, los salseros tienen historia, voz propia, una pléyade de artistas de todas las generaciones que crearon, representan y defienden el género a nivel mundial, además de empresarios y promotores que aun le apuestan como carta ganadora. 

Lo cierto es que la merma en la difusión dificultan para desarrollar nuevas figuras. Sin embargo, no ha sido impedimento para que nuestro género sobreviva. Si usted es de los fanáticos que se preocupa de la falta de espectáculos salseros o la poca promoción de los discos o la poca presencia en los medios de nuestros artistas salsero de todas las generaciones, le invito a que sea parte de la nueva etapa de la salsa.

¿Cómo?, se preguntará usted. Sencillo, participando. Asista a los conciertos y bailes, compre los discos originales, baje legalmente la música nueva de los artistas, llame o escriba a las estaciones de radio y televisión y pida más participación de los representantes de este género en la programación. 

El talento de los artistas salseros no está en discusión. Producciones innovadoras, calidad musical y una nueva generación valiente que se empeña cada día en mantener viva la música y seguir el legado de los veteranos son evidencia.

Si falta presencia y falta difusión. Quizás todos añoramos la era dorada de nuestro género, pero también llegó el momento de unir esfuerzos para lograr cambios positivos en todas estas áreas en beneficio de nuestra música favorita. 

Hagámoslo juntos… artistas, empresarios y público. Cumplamos con lo nuestro, levantemos nuestro género y… no culpemos al reguetón.

¡Camínalo!