Cuando considero el rol de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en el quehacer histórico y presente de las personas puertorriqueñas, tengo que pensar en el trabajo, los proyectos e iniciativas que se realizan en sus espacios, liderados por estudiantes, personal docente y no docente. A veces es difícil dar a conocer toda esta labor porque es abundante, compleja y, otras veces, porque los resultados se ven a largo plazo. Estoy convencido de que el trabajo realizado en y desde la UPR es necesario y pertinente a la calidad de vida de nuestro país.

La importancia de nuestra UPR no se limita a ofrecer una educación accesible y de primer orden. También provee espacios en los que se fomenta la investigación, el pensamiento crítico y libre, la creatividad y todos aquellos recursos que forman seres humanos íntegros, productivos, sensibles y que suman a nuestra sociedad.

Ubaldo M. Córdova Figueroa, aspirante a la presidencia de la Universidad de Puerto Rico.
Ubaldo M. Córdova Figueroa, aspirante a la presidencia de la Universidad de Puerto Rico. (Suministrada)

Esta columna no provee espacio para mencionar los cientos de proyectos que respaldan lo anterior, pero puedo dar dos ejemplos. El programa de Afrodiáspora y Estudios Raciales del Recinto de Río Piedras, que permite un espacio de reflexión y estudio de las dinámicas raciales en Puerto Rico y que educa profesionales en los asuntos urgentes que aportarán en la creación de una sociedad más justa y sensible. En segundo lugar, en el Recinto Universitario de Mayagüez desarrollan un proyecto que busca entender los procesos de erosión y sedimentación de nuestras costas. Este estudio responde a una realidad más que evidente y con la que a corto y largo plazo nos enfrentamos.

Trabajos como estos se realizan desde los 11 recintos y unidades que componen nuestro sistema universitario y que son una de las muchas razones por las que la UPR es relevante en el país y en toda la región del Caribe. La universidad se ha mantenido aportando al bienestar de nuestra sociedad desde su fundación y lo continuará haciendo de cara al futuro como el proyecto más importante del país.

Como egresado, profesor y candidato a la presidencia de la UPR tengo como prioridad visibilizar la importancia de la universidad en el futuro de Puerto Rico. Para esto, desde la Vicepresidencia de Asuntos Académicos e Investigación desarrollamos un mapa de activos que centralizará toda la información que se gesta desde la institución, como las investigaciones, proyectos, profesores, equipos, entre otras tantas iniciativas.

Estoy consciente de los retos que enfrentamos y pongo a disposición de la comunidad universitaria mi trayectoria profesional. Mis herramientas de trabajo, que han demostrado ser exitosas, son la apertura al diálogo deliberativo y la colaboración estratégica al igual que mi experiencia académica y administrativa para el éxito estudiantil. Ofrezco mi compromiso con el servicio al país y para repensar las estructuras universitarias que nos facilitará enfrentar los desafíos.

Muchos de los retos no son ajenos a las demás universidades del mundo. Los años que he servido como vicepresidente ejecutivo no solo me han permitido identificar los problemas, sino también los estilos cónsonos con la cultura universitaria para proponer posibles soluciones.

Desde adentro podemos atender el cambio y podemos llevar a la UPR a superar la situación delicada en la que está. No podemos olvidar que parte de la grandeza de ser UPR es que, a pesar de los tiempos difíciles, la universidad sigue graduando profesionales de excelencia que son la mejor carta de presentación y que son reclutados por agencias, corporaciones y compañías muy prestigiosas dentro y fuera de nuestro país, o que emprenden creando empresas y generando empleos en Puerto Rico.

Aspiremos a una UPR de servicio y provecho para Puerto Rico y el mundo.