Por Keila E. Narváez / Profesora de virología en la Universidad Ana G. Méndez

¿Son eficientes las mascarillas de tela contra el COVID-19? Para contestar esta pregunta, tenemos que comenzar preguntándonos lo siguiente: ¿Eficientes para qué?

Si pensamos de manera egoísta y lo que deseamos es únicamente protegernos de forma individual contra el virus causante del COVID-19, la respuesta es no. Las mascarillas de tela solo pueden protegernos de partículas más grandes que su tejido y aunque éstas varían en grosor, el tamaño de los virus es lo suficientemente pequeño como para atravesarlas. Además, algunas telas como el algodón pueden absorber el agua y las microgotas contaminadas, lo que podría llevar a una exposición en vez de una protección.

Aunque hasta ahora parezcan no tener utilidad, si pensamos a nivel población y lo que deseamos es protegernos como grupo, las mascarillas de tela sí pueden ser eficientes. En un escenario donde toda persona haga buen uso de las mascarillas de tela, el riesgo de contagio podría reducirse considerablemente. Esto debido a que se crearía una especie de protección colectiva, donde las personas infectadas (tanto las sintomáticas como las asintomáticas) tendrían una barrera que evitaría la dispersión de las microgotas expulsadas al hablar, reír, toser y estornudar. En adición, no toser o estornudar en las manos ayudaría a prevenir la posible contaminación de superficies y objetos.

Sin embargo, la eficiencia del uso de mascarillas va a depender de varios factores. El uso de este equipo tiene una dependencia imperativa a otras medidas de prevención como el lavado de manos y el distanciamiento social. Incluyendo otros tipos de mascarillas, de muy poco serviría utilizarlas si no se siguen las medidas antes mencionadas. Además, se debe evitar la falsa sensación de seguridad individual que puede crear el uso de mascarillas ya que esto puede llevar a una infección subsecuente de un descuido.

Es sumamente importante conocer y practicar el uso adecuado de este tipo de mascarillas. No se deben utilizar estas mascarillas por periodos largos de tiempo, se deben lavar con agua y detergente después de cada uso, solamente deben utilizarse cuando sea necesario salir de la casa, no debe utilizarse con la nariz afuera, una vez es removida no debe volver a ser colocada en la cara sin antes haberla lavado apropiadamente, no debe sustituirse el lavado de agua y detergente por el uso de desinfectantes, no se debe guardar en los bolsillos y el portador de la mascarilla no se debe tocar la parte constituida por tela porque si tiene las manos contaminadas -no desinfectadas- podría llevarse a la cara las partículas, lo que equivale a tocarse la cara.

Finalmente, el uso adecuado de mascarillas de tela a nivel colectivo puede beneficiarnos no solo porque esta medida podría disminuir la exposición a las microgotas que portan el virus, sino que también porque disminuiría el impacto hacia el consumo de equipo protectivo respiratorio necesario en las instituciones de salud.

Keila Narváez es profesora de virología en la Universidad Ana G. Méndez y está completando una maestría adicional en salud pública y epidemiología en el Recinto de Ciencias Médicas de la UPR.
Keila Narváez es profesora de virología en la Universidad Ana G. Méndez y está completando una maestría adicional en salud pública y epidemiología en el Recinto de Ciencias Médicas de la UPR. (Suministrada)