Los animales en el refranero boricua
“Cuando nuestro jíbaro quería expresar que no se debía criticar cualquier regalo que hubiéramos recibido, este le comentaba a su compadre que “a caballo regalao no se le mira el colmillo”.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Es sabida la importancia que tienen los animales en el desarrollo de toda sociedad. Estos seres han colaborado con el hombre desde tiempos inmemorables. El jíbaro puertorriqueño necesitó de ellos para poder llevar a cabo las faenas diarias que le permitían sustentar a su familia. En esa interacción del jíbaro y los animales surgieron frases o refranes que relacionaban alguna característica o comportamiento de los animales con las situaciones cotidianas a las que se enfrentaba el individuo. El refranero nacional hace referencia a un sinnúmero de dichos que ejemplifican la importancia que siempre les ha dado el puertorriqueño a los animales en su vida.
Estas alegorías a los animales expresan en pocas palabras el sentir del puertorriqueño ante alguna situación que enfrente. Muy suspicaz fue el jíbaro de antaño quien muy ingeniosamente, y probablemente sin ninguna intención ulterior, llegó a dejar plasmado en la mentalidad del puertorriqueño actual el respeto y las atenciones que debemos todos tener por los animales en nuestro país. Como presagiando el futuro del país y consciente de que “el mono sabe el palo que trepa” fue que el jíbaro incorporó a su hablar cotidiano, poco a poco, muchos refranes populares relacionados a los animales.
Cuando nuestro jíbaro quería expresar que no se debía criticar cualquier regalo que hubiéramos recibido, este le comentaba a su compadre que “a caballo regalao no se le mira el colmillo”. Del mismo modo, que cuando una persona por hablar de otra se mete en problemas, nuestro antepasado decía que “el pez muere por la boca”.
Ambos refranes hacen referencia a los componentes y a la función de la cavidad bucal de estos animales, dándonos indirectamente una lección de anatomía y fisiología animal. ¡Gran maestro fue nuestro jíbaro! Las aves también son parte integral del refranero popular. “Dando y dando pajaritos volando” se refiere a que las deudas y los favores deben ser pagadas siempre y a tiempo, mientras que “Cría cuervos y te sacarán los ojos” hace referencia a cuando una persona ayuda a otra y esta finalmente es engañada y lastimada por la misma.
Cuando el jíbaro decía que “Ya los pájaros les tiran a las escopetas” implicaba, por ejemplo, que un estudiante enseñaba a su maestro o un hijo educaba a su progenitor. Las artes culinarias también fueron impactadas por los dichos de nuestros abuelos y muchas veces lo relacionaban con los animales. “A cada lechón le llega su Noche Buena” nos recuerda que cuando una persona comete un acto incorrecto, tarde o temprano tendrá que pagar por sus actos. Y “Alábate pollo que mañana te guisan” se usa particularmente al señalar a una persona orgullosa y que se engrandece a sí misma por cosas poco importantes.
Estas son solo algunas referencias. Recordamos otras tantas, como, por ejemplo, “Camarón que se duerme se lo lleva la corriente”, “Más perdido que cucaracha en baile de gallinas” o “Perro que ladra, no muerde”, por mencionar solo algunos de la extensa lista que se podría generar. Los animales son parte integral de nuestra sociedad y nuestros antepasados así lo reconocieron en sus relaciones con estos. De la misma manera que lo hizo el jíbaro puertorriqueño, debemos reconocer su importancia y darles el lugar que les corresponde.