Investigando el patrón de uso de cannabis medicinal
Las condiciones de salud frecuentemente reportadas en la encuesta son ansiedad (76%), depresión (59%) e insomnio (52%).
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Las moléculas naturales y activas del cannabis, conocidas como cannabinoides, alivian algunos síntomas de enfermedades y condiciones tales como cáncer, dolor crónico, insomnio y depresión, entre otras. Según el Departamento de Salud (DS), más de 118,000 puertorriqueños son pacientes usuarios de cannabis medicinal, siendo ahora una alternativa terapéutica en nuestra sociedad.
En el contexto de esta transformación, investigadores de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, recopilamos datos de 54 pacientes autorizados de cannabis medicinal para explorar su patrón de uso. Los participantes contestaron anónimamente un cuestionario electrónico que incluyó preguntas sobre las razones y formas de uso del cannabis medicinal.
Hasta ahora, la muestra está compuesta principalmente por adultos de 21 a 30 años de edad (85%), mujeres (61%), con grados de bachillerato o maestría (66%).
El 52% de las personas encuestadas informa tener empleo a tiempo completo o parcial y cerca de la mitad reporta un ingreso mensual de $999 o menos.
Es probable que la muestra contenga una sobrerrepresentación de estudiantes universitarias. No obstante, el renglón de edad de mayor cantidad de pacientes autorizados por el DS para usar cannabis medicinal es precisamente de 21 a 30 años.
Las condiciones de salud frecuentemente reportadas en la encuesta son ansiedad (76%), depresión (59%) e insomnio (52%).
Los problemas del sueño, ya sea pérdida o aumento, son comunes en pacientes con depresión y ansiedad. Las formas o productos utilizados son principalmente comestibles (93%) y la flor fumada con parafernalia o papel (82%). Un poco más de la mitad de los encuestados vaporiza la flor y la frecuencia de uso de cera, tinturas y gotas es menos del 25%.
El 100% de los encuestados califica al cannabis medicinal como súper o bien efectivo para tratar su condición de salud.
El 43% reporta una disminución en el uso de fármacos recetados, por ejemplo, antidepresivos, a partir del uso de cannabis medicinal.
Con respecto a la rapidez de la efectividad, el 61% informa haber tenido mejoría de los síntomas en un mes o menos y, en términos generales, 9 de cada 10 recomendaría cannabis medicinal a otros pacientes.
Según la literatura científica, una posible explicación es que el cannabis regula la actividad de nuestro sistema de endocannabinoides, el cual juega un papel clave en procesos de desarrollo y neuroplasticidad. La regulación de endocannabinoides incide en la función adecuada de otros sistemas de neurotransmisores, como dopamina, que regularizan los estados de ánimo, reduciendo así los síntomas de ansiedad o depresión. Actualmente, se están realizando investigaciones a ese nivel para determinar con exactitud la interacción entre el cannabis medicinal y las emociones, cognición y conducta.
Ya que el uso de cannabis ha sido criminalizado por décadas, el cuestionario contenía preguntas sobre la percepción del uso de cannabis medicinal.
El 94% de la muestra entiende que la sociedad puertorriqueña estigmatiza el uso del cannabis medicinal. De hecho, el 73% reporta mucho o demasiado temor a ser discriminado en el trabajo por usar cannabis y el 48% afirma haber experimentado una situación de discrimen por uso de cannabis medicinal. A pesar de esto, el 50% de los encuestados entiende que sus familias apoyan el uso de cannabis para su condición de salud.
Estos resultados indican preliminarmente que los adultos de 30 años o menos utilizan cannabis medicinal mediante comestibles y flores para aliviar síntomas de ansiedad, depresión e insomnio.
La mayoría reporta efectos positivos, aunque se detecta cierta preocupación a ser discriminados socialmente o en trabajo por utilizar cannabis medicinal.
Desde ese punto de vista, tanto los patrones de uso como la percepción general del cannabis medicinal presuponen cambios sociales que ameritan ser estudiados sistemáticamente.
Finalmente, es importante señalar algunas limitaciones de este estudio. Por un lado, el perfil y tamaño de la muestra no necesariamente es representativa de la población de pacientes que utilizan cannabis medicinal. Además, los datos fueron auto-reportados, lo cual podría incluir contestaciones sesgadas o con errores. Aun así, los hallazgos son útiles como “radiografía” inicial para considerar otras investigaciones más específicas.
Este estudio continúa disponible para los pacientes de cannabis medicinal que deseen participar de forma anónima y contribuir al avance de la ciencia detrás de su uso terapéutico en Puerto Rico. Puede acceder al estudio en el siguiente enlace.
El autor es Catedrático en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.