Shorty Castro: Sinónimo de risa
“A nombre de todos esos artistas que por tus palabras y libretos cultivaron fama y aplausos, gracias. Sin ti, muchos no hubieran brillado y la historia hubiera sido diferente”

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
PUBLICIDAD
El 28 de enero de 1928 nació Israel Castro en el barrio La Quinta en Mayagüez. Ya a los cuatro años tocaba maracas para acompañar a una tía que cantaba, lo que hizo que su primer amor fuera la música. En la escuela elemental organizaba grupos musicales para tocar las congas, y su primer trabajo oficial fue como mensajero en un “laundry” en su pueblo natal.
Shorty ha dedicado su vida entera a alegrar a los que lo rodean. Pienso que es uno de los artistas más completos, más honestos y más disciplinados que he conocido en mi vida. Siempre llega primero, libreto estudiado y aprendido, y con una sonrisa en sus labios sin importar alguna quimera que pueda transitar por sus días. El hijo de Juan Castro y Victoria Vélez (doña Vito), quien piensa que fue uno de doce hermanos en total, nació para trabajar sin descansar. En el municipio de Mayagüez comenzó trabajando con los camiones y, posteriormente, fue encargado del Seguro Social federal.
Cuando Gilbert Mamery llevaba figuras al oeste, allí cantaba Shorty porque él sabía que no importaba lo que hiciera, iba a estar en el escenario. En el 1956 fue invitado a tocar las congas con el grupo Los Pájaros Locos en el popular programa La Taberna India, que Diplo tenía en Telemundo. Ese debut no se dio, pues el día que llegó a San Juan para ensayar falleció Ramón Ortiz del Rivero, poniendo punto final a una carrera de alegrías que había comenzado en la radio.
Shorty se fue a Nueva York y allí laboró junto a Myrta Silva y Bobby Capó, demostrando así su talento para la música y la comedia. Laboró musicalmente con orquestas como las de William Manzano, Roberto Ortiz, Fiesta, Mingo y su Whoppie Kids y la Happy Hills. Es entonces cuando Tommy Muñiz lo invita a presentarse nuevamente en La Taberna India junto a Cortijo y su Combo. Shorty le dijo a Tommy que lo llamara “cuando quisiera para lo que fuera”. Como no había trabajo como artista, Tommy le ofreció una plaza como utilero y Shorty aceptó, comenzando la amistad y la relación profesional más fructífera para su carrera. Comenzó a participar en programas de comedia bajo la firma de Tommy y nacieron personajes y actuaciones que se recordarían toda la vida como “Napoleoncito” en Hogar, dulce hogar, “Ramoneta Cienfuegos de la O”, “Don Bernabé” “Armando Galán y Figura” en Desafiando a los genios, y “El Conde París”, “Camellito”, “Panchito Zapata”, uno de los gemelos del oeste, en Esto no tiene nombre, y por supuesto, “Medio metro” en la Criada malcriada.
Shorty desarrolló una carrera como libretista en programas como Torito and Company y A reírse con Yoyo. En los años 80 se unió a Paquito Cordero para presentar Los Kakukómikos, Operación Ja Ja y PP Peñuelas (con Adrián García), convirtiendo esta década en una muy especial por su proyección entre el público boricua en los Estados Unidos. En los 90, se une a Luis Vigoreaux, hijo, y comenzó otra larga lista de éxitos como Entrando por la cocina, El kiosko Budweiser y todas las versiones teatrales de Amor en la hamaca.
En el siglo 21 se ha mantenido vigente y activo. Su chispa es única y su capacidad para hacer reír no se detiene. A sus 89 años sigue laborando en presentaciones personales, en su programa en WIPR Radio 940 junto a Tito Negrón, y actuaciones especiales junto a talentosos jóvenes como los de Teatro Breve, quienes lo honraron dándole su nombre al teatro de la compañía.
El 28 de enero es para Shorty un día muy especial. Llegó a la vida para la alegría de todos, pero ese día también muchos años más tarde se despedía José Miguel Agrelot, al que siempre vio y sintió como un hermano.
Dicen los médicos que tiene el corazón recrecido y yo te digo amigo mío que eso lo sabíamos todos los que te conocemos. Tu corazón ha sido siempre más grande de lo que se imaginaba. A nombre de todos esos artistas que por tus palabras y libretos cultivaron fama y aplausos, gracias. Sin ti, muchos no hubieran brillado y la historia hubiera sido diferente.
Querido Shorty, brindo por la amistad, por tu cariño y tu legado. ¡Feliz cumpleaños!