Luego de un merecido descanso de unas cuantas semanas de todos mis compromisos de escritura, retomo este blog: Bienestar Infinito. Llevaba cerca de 10 años escribiendo para ustedes con muy pocos descansos y mi mente necesitaba recargar baterías para inspirarse de otras maneras.

Aprovecho este regreso para enfocarme en apoyarles en este momento donde comienza muy activa la temporada de huracanes. Como saben, la temporada de huracanes está en su esplendor y es importante hacer costumbre durante los meses de junio a noviembre preparar la psique y todo el sistema emocional para afrontar la posibilidad de tormenta.

Esta es precisamente la metáfora de la vida. Se tiene una incertidumbre constante o intermitente en donde hay una gran posibilidad de que ocurra algo que mueva tu piso. La mente humana siempre quiere saber cuándo, cómo, qué exactamente ocurrirá y qué depara ese evento. La realidad es que no se tienen respuestas para ninguna de las anteriores, pero sí sabe que en algún momento ocurrirá algo. Lo único seguro es la posibilidad de que ocurra algo y la posibilidad de poder prepararse para ello de antemano. Esta segunda es la que puedes controlar y hacerte cargo de ello. Esto es prevención.

Si vives en Puerto Rico, estuviste durante el huracán María o has experimentado algún desastre natural, ya debes tener una idea clara de los preparativos físicos. Se comienza evaluando cuál será la guarida segura durante el paso del huracán. En ese proceso se mide peligrosidad y se toman decisiones coherentes al respecto. Luego, se pasa a abastecer la guarida de alimentos, agua y artículos de primera necesidad, tales como: baterías, kit de emergencia, medicamentos y demás. Una vez esto ocurre se tiene la espera. Vuelve a presentarse la incertidumbre mental de qué, cómo, cuándo y el después del evento. Es ahí cuando mayor posibilidad de entrar en agonía mental se tiene.

Lo importante es tener claro que la ansiedad hay que manejarla antes, durante y después. Dejar que esté ahí sin ningún manejo te debilita y hace que el proceso traumático se agudice. El cuerpo no resiste este estado por mucho tiempo, por lo que puede hacer que se presenten otros síntomas como falta de sueño, tensión muscular, irritabilidad, pesimismo, pensamientos maladaptativos o confusos que empujan a tomar decisiones apresuradas, memorias traumáticas del pasado, entre otros.

Mi recomendación es que lleves la costumbre de tener una práctica activa y preventiva acerca del manejo de ansiedad durante estos meses. No esperes a que llegue el primer susto o evento para hacerlo. Si te toma así de igual forma, haz lo siguiente para lograr la conexión con la tranquilidad.

Todo lo que expongo a continuación lo debes ver como la medicina para tu psique antes, durante y después:

1. Conscientemente relaja tu cuerpo: Relaja tus hombros, la mandíbula, el entrecejo y cualquier músculo que sientas tenso cada vez que puedas.

2. Descansa: Esto hazlo en pequeños periodos durante el día. Siéntate en algún espacio y quédate sin hacer nada.

3. Elimina los pensamientos repetitivos: Escríbelos en un papel, así como vienen, y si hay algo que tiene sentido o puedes hacer algo por ello, entonces, atiéndelo. Si no, simplemente, déjalo en el papel.

4. Respira profunda y calmadamente: Cada vez que te acuerdes ten respiraciones conscientes.

5. Visualiza un escudo protector: Imagina que rodeas a tus espacios y a tu gente en luz y cierra los ojos. Mantén esa imagen unos instantes. Repite cada vez que puedas.

6. Declara tu certeza de que todo estará bien: “He superado esto otras veces. Tengo un lugar seguro y la protección para sobrellevarlo nuevamente”.