Puerto Rico, te llevo conmigo
“El orgullo, la pasión y la gratitud que siento por ser la representante del archipiélago boricua y de la diáspora puertorriqueña no tiene precedentes”.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Dar gracias invita a un proceso de reflexión e introspección poderoso que nos permite reconocer la importancia de nuestras experiencias pasadas, celebrar nuestro presente y diseñar nuestro futuro. A lo largo de mi vida, he tenido muchas vivencias que guardo en mi corazón y, aún aquellas que parecían doler en algún momento, me hicieron la mujer determinada, fortalecida y perseverante que soy hoy.
Hago una retrospección de mi vida y reflexiono sobre qué me llevó a tener el privilegio que hoy tengo. Desde niña, he trabajado fuerte. He tenido tropiezos, pero, aunque suene clichoso, he logrado levantarme con más fuerza de cada uno. He sido consistente con mis valores, con mis metas y objetivos. El tiempo me ha sumado personas que han fortalecido mi interior y mi exterior.
Este año es uno donde el acto de dar gracias adquiere un significado sumamente especial, pues agradezco no sólo como Michelle Marie Colón Ramírez, sino como Puerto Rico. El orgullo, la pasión y la gratitud que siento por ser la representante del archipiélago boricua y de la diáspora puertorriqueña no tiene precedentes. Hoy, llevo con orgullo sobre mi pecho un pedacito de cada uno de esos hombres y mujeres trabajadoras, soñadoras y luchadoras. Llevo en mi piel a cada una de esas niñas que se ven reflejadas en mí e inspiradas por mi historia. Doy gracias por el honor y la responsabilidad que conlleva.
Cuando las personas indagan sobre qué cualidad se necesita para poder llevar un reinado como el de Miss Universe Puerto Rico, siempre destaco que es el ser agradecida. Cuando agradecemos nos reconocemos como parte de un todo, donde somos la suma del abrazo amigo, de las sonrisas amables, del secreto guardado y de los consejos recibidos. Somos el resultado de la fe, del amor, de las experiencias, de la vida…
A mis padres les debo tanto. No hay palabras que puedan expresar mi profundo agradecimiento por su amor, por apoyarme en cada paso, por todo el tiempo que me han dedicado desde que nací. Les agradezco a ellos y a mi abuela Ruth Miriam Cohn por escucharme, por creer en mí y comprender mis sueños. Ellos me enseñaron no sólo a dar gracias de forma verbal, sino a sentir ese agradecimiento y manifestarlo a través de mis acciones. Esas enseñanzas fueron las que me motivaron a desarrollar el amor y deseo por el servicio y el voluntariado para ayudar a otros y ser un agente de cambio a través del liderazgo comunitario.
Soy bendecida. Lo he sido siempre. Mi mayor bendición es la de contar con personas cerca de mí que me apoyan, que destacan mis fortalezas, que me dan fuerza en mis debilidades y que me impulsan a ser mejor persona. Tengo un pueblo a mi lado, que me envía sus vibras positivas, que me carga en mis momentos de cansancio, porque todo mi esfuerzo lo hago por ustedes.
GRACIAS por cada uno de sus mensajes de apoyo. Gracias por enviarme sus energías positivas que recargan mis días y que llevo en mi corazón. En unos días parto a mi cita en Israel y en mi maleta llevo cada aspiración, cada deseo de traer esa sexta corona.
Puerto Rico, te llevo conmigo rumbo al universo. GRACIAS por acompañarme en este viaje.