Puerto Rico merece un mejor Gobierno
Nuestro columnista invitado, Ricky Martin exhorta a los candidatos a la gobernación a presentar propuestas sobre cómo atajar los feminicidios y crímenes de odio.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Tomo este espacio que me brinda Primera Hora para dirigirme a los candidatos a la gobernación de mi país. Les quisiera compartir muchas preocupaciones, todas importantes para el bien común, pero en especial me ocupa la necesidad de atender con seriedad y urgencia la alta incidencia de feminicidios y de crímenes de odio que se está viviendo en Puerto Rico. Quiero escuchar y todos queremos escuchar de ustedes posturas claras y contundentes sobre cómo atajar esta tragedia que arropa a la Isla de tristezas, miedos e inseguridad.
Los asesinatos de mujeres incluyendo las de nuestra comunidad LGBTTIQ+, aún sin esclarecer, no se pueden tolerar más. Da coraje, frustración, tristeza. No deja de sorprenderme el desdén del gobierno y sus agencias frente a estos crímenes que nos arrebatan vidas a diario. El clima de impunidad que se alimenta de prejuicios y odio tiene que ser erradicado por quien pretenda gobernar a Puerto Rico.
Todos somos humanos, somos padres, madres, hijos e hijas, hermanos y hermanas, amigos y amigas, puertorriqueños y puertorriqueñas que nos resistimos a aceptar que morir asesinados es parte de lo que nos toca. Es frustrante saber que hoy en algún lugar de Puerto Rico alguien puede estar maltratando a una mujer -física o emocionalmente, son igual de graves- o rechazando y humillando a otro ser humano porque, simplemente, eligió vivir con libertad su orientación sexual.
Los candidatos y candidata a la gobernación de Puerto Rico tienen la obligación de proteger, respetar y garantizar los derechos humanos escuchando y atendiendo de tú a tú a las mujeres violentadas y a esa comunidad transgénero marcada e ignorada. Nadie puede hablar de sus necesidades mejor que ellos. Sálganse por un momento del círculo político que les guía en sus campañas y escuchen a las víctimas, a sus familias, al liderato civil que lleva rato levantando su voz. Frente a estas tragedias no hay espacio para ambigüedades: se actúa con contundencia y sobre todo, justicia. Activar con prontitud los protocolos y alertas cada vez que se violenta a una mujer o algún miembro de nuestra comunidad, establecer una educación con perspectiva de género y respetar en todos los ámbitos la vida humana, sin importar su orientación sexual son algunas de las acciones que ya deberían ser parte de nuestras vidas, sin tener que rogarlo. Cuando se va al récord de quienes ejecutan estos crímenes, muchas veces son personas que arrastran episodios de maltrato, que van desde hogares disfuncionales, abandonos y falta de educación. ¿Cómo es que todavía nos preguntamos si se debe o no educar con perspectiva de género y si le conceden o no unos derechos a la comunidad LGBTTIQ+?
Estamos bien atrás, estancados en algo tan básico como el respeto a la dignidad y el derecho de vivir en libertad. De quien resulte electo o electa, esperaría el compromiso de que en los primeros tres meses de mandato se vea una transformación total en Puerto Rico, desde acciones de prevención y educación dirigidas a frenar definitivamente esta crisis social, y ante los crímenes que ocurran, actuar sin ambages sobre políticas públicas eficientes sostenidas en la justicia como prioridad.
Pero sé que Puerto Rico sufre más, que este mal no nos aleja de las demás preocupaciones como lo son un sistema de salud digno y accesible para todos, un plan de desarrollo económico efectivo que impulse el empresarismo a todos los niveles y por supuesto que implemente un sistema de educación eficiente. He visto y escuchado los retos que están enfrentand o padres y madres con la educación a distancia, y eso es tan indignante como todo lo demás.
Seguimos tropezando con la misma piedra. Estamos cansados del tirijala de quién hizo y quién no. El país merece un Gobierno capaz, que haga una pausa en la política partidista y se comprometa con una gobernanza nueva, honesta, transparente, que dé paz a nuestro pueblo. Confío en que nuestra gente saldrá a votar por alguien que cambie el ritmo de nuestro destino hacia uno de acciones que transformen, que así como el mundo posa la mirada sobre la Isla para admirar nuestras artes y artistas, nuestros atletas, nuestras bellezas naturales, también lo haga para tomarnos como modelo de un país cuyo gobierno practica políticas públicas justas y empáticas con las necesidades de su gente.
¡Puerto Rico, siempre apuesto a ti!