Mejores humanos, mejor planeta
“Cambiando la manera de la vida que vivimos con los perros, podemos ayudar, inclusive, a nuestra salud mental y estilo de vida”, comparte César Millán
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Este momento en la vida, y este 2021, el mundo lo va a recordar por todo lo acontecido con el virus y el COVID-19. Lo que yo he aprendido a través del tiempo y sobre todo durante estos eventos es que, si mantenemos nuestras energías calmadas, en confianza, amor y alegría, conectamos con los pilares de nuestra espiritualidad, el instinto, amor y nuestra creatividad. En estos momentos que estamos pasando como mundo, es importante practicar cosas naturales, simples y profundas; donde la fe, la familia y el amor a ti mismo son más necesarios que nunca y el practicar esto alrededor de los animales nos ayuda alcanzar ese vínculo de confianza, respeto y amor.
¿Qué tiene que ver esto con un virus? El virus causa caos, el perro causa paz. En el caos urge tener paz y al seguir este concepto podemos beneficiarnos, y es algo que yo aprendí hace mucho tiempo de mi abuelo, que me ha mantenido muy conectado a mis raíces mexicanas. Mi meta es crear conciencia de que, si somos mejores humanos, tenemos un mejor planeta.
El virus entristece, crea miedo, es el final de cosas. El perro significa disfrutar la vida en cada momento y es un recordatorio de que estamos vivos, que Dios está con nosotros. Los latinos somos creyentes en algo y está comprobado que tener una relación tan natural, simple y profunda con un animal ayuda al ser humano a vivir una vida feliz, con mucha gratitud, amor incondicional y creatividad. Esto es parte de vivir en el momento. Los animales raramente quiebran ese patrón. Hoy más que nunca, todo el mundo necesita tener un respiro a la misma vez, caminar en la misma dirección, llegar a un acuerdo para que las siguientes generaciones puedan también disponer de este tipo de educación y concientización. Algo hermoso sucede y existe cuando reúnes los cuatro mundos.
Todo el mundo tiene espiritualidad (del tipo que sea), ¡prende tus cuatro mundos en el momento del caos, no los apagues! Trae felicidad, creatividad, a tanta podredumbre. Si no restauras tu energía, tu “pack” (tu familia) no se puede alinear.
Cambiando la manera de la vida que vivimos con los perros, podemos ayudar, inclusive, a nuestra salud mental y estilo de vida. Un perro puede ayudar al humano con la salud mental, si el humano pone de su parte.
Recuerdo que cuando crecía, mi generación no se aburría. ¡Le agarrabas a un perro, y seguías al perro!
El estilo de vida que estamos viviendo conduce a crearnos todas estas historias en nuestras mentes. Debemos cambiar estas energías para que las próximas generaciones incluyan líderes que tengan mejores intenciones para el futuro.
Todo se puede mejorar con la energía apropiada: con calma, amor, confianza y alegría. Esos elementos son como tu “wet suit”. Uno de los virus de los cuáles sufren los seres humanos es la falta de educación a nivel emocional, lo cual lleva a la creación de una energía tóxica, y el perro siente todo esto. Es energía equivocada y esa forma de pensar errónea no va a producir felicidad. Si tú como persona no traes estos cuatro elementos, la energía va a causar lo que la mente quiere, no lo que tu ser necesita. Al cambiar estas acciones, el resultado es muy positivo.
El virus nos ha recordado el concepto VIDA. La vida te habla, pero si no la escuchas de la misma manera, y desde ese lugar especial que lo escucha un perro, continuamos en un laberinto que no nos lleva al mejor lugar.
Todo es cuestión de energía, de respeto, notemos cómo los perros se conectan. El mundo tiene que ser una cultura y ¿por qué no comenzar con los perros? Entre los “dog lovers”, nuestro emblema es el perro, nuestras conversaciones son sobre perros. Tenemos que recordar que somos energía.
Los perros y ayudar a la gente a conectarse con la vida me causan felicidad y la vida me ha dado la bendición de convertirme en un maestro y lograr una posición única a nivel creativo. Soy uno en la historia, porque mi madre y mi padre me hicieron sentir de esa manera. Y si es bueno decirle a un perro ¡qué bien estás haciendo las cosas!, ¿por qué no podemos decirle lo mismo a nuestra manada? Los latinos conocemos a Dios y la familia primero, por lo cual es sumamente importante conocerte a ti sin olvidar que somos miembros de una manada y que tenemos que continuar pilotando por la vida nuestro avión, con nuestra gente.