Lecciones de la filosofía estoica
Desirée Lowry reflexiona sobre la crisis generada por la pandemia del COVID-19 y de cómo maximizar nuestras emociones y convertirlas en energías.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
PUBLICIDAD
Desde hace exactamente un año, un dia como hoy 15 de marzo, me he sentido como en un episodio de The Twilight Zone. Pero, ¡no soy la única! Ese día nos anunciaron la primera orden ejecutiva relacionada con la pandemia. Y aunque nos ha afectado de muchas maneras diferentes, todos tenemos en común esta situación de crisis.
Durante los meses del “lockdown” me leí el libro El reto estoico, por William B. Irvine. Me ha ayudado a ver los problemas, tanto los grandes como los pequeños, de una forma distinta. Sí, el estoicismo puede sonar como algo raro y exótico. Es un término confundido frecuentemente con la falta de sentimientos, cuando en realidad lo que plantea el estoicismo es el manejo de nuestras emociones y reacciones. La filosofía estoica nos presenta la oportunidad de maximizar nuestras emociones y convertirlas en energías que nos permiten apreciar y agradecer la vida que tenemos.
Quizás estos tres pensamientos del libro no sean para todo el mundo, definitivamente no solucionarán todos nuestros problemas, pero creo que es una perspectiva que vale la pena conocer.
1-Enmarcar el problema: Es una manera de darle sentido a esas cosas de la vida que nos llegan sin ton ni son. Podemos ver la adversidad como una amenaza o como un reto. Sigue siendo el mismo problema, pero hay distintas maneras de ver o “enmarcar” la dificultad. Gracias a la pandemia mi negocio estuvo cerrado por casi seis meses. Pensé que no sobreviviría. Pero siguiendo los consejos del libro, aproveché el tiempo que me dio “la cuarentena” para rediseñar el currículo y la pagina de internet de la escuela de modelaje y para trabajar con mi canal de YouTube. “Enmarqué” la crisis de la pandemia como un reto y como una oportunidad para evolucionar. Como resultado además de los cursos presenciales, ofrezco clases en línea y mi canal de YouTube alcanzó los 300,000 suscriptores con sobre 30 millones de vistas en mis vídeos.
2-Personas ejemplares ante la adversidad: Siempre hay quien está en peor situación que nosotros. En su libro, Irving usa como ejemplo a la “surfer” profesional Bethany Hamilton, a quien un tiburón le arrancó un brazo mientras practicaba este deporte. Esta joven regresó al agua con su tabla 26 días después del accidente. Si ella puede, yo puedo, ¡Esa es la actitud! Tenemos que comenzar por aceptar lo que se nos presenta y no hacernos víctimas, usar nuestra energía de forma proactiva y ver las dificultades como retos a superar.
3-Visualización negativa: ¿Te imaginas que la pandemia hubiese ocurrido en los 80′s, sin Internet ni los avances en la medicina? Según The Stoic Challenge, la visualización negativa es una forma de apreciar más nuestras vida. Consiste en imaginar una situación que haría el problema mucho peor. No es algo que debemos hacer constantemente, pero de vez en cuando me ayuda a darme cuenta de lo afortunada que soy.
En otras partes del mundo las personas no respetan los protocolos para evitar el contagio del COVID-19. Qué bueno que vivo aquí en Puerto Rico, donde la mayoría de la gente ha cooperado usando sus mascarillas y manteniendo el distanciamiento social. Ninguno de mis familiares que viven aquí se ha enfermado, pero sí casi todos los que viven fuera. Afortunadamente ya se recuperaron y están vivos mientras sobre 2.6 millones de personas en el mundo han fallecido por el coronavirus. Los míos tuvieron suerte.