Los regresos de Jake Paul y Amanda Serrano al escenario en el Madison Square Garden en Nueva York se esfumaron, pero eso no significa que todo está perdido.

Paul, dentro de sus luces y sombras, se ha establecido como una atracción a pesar de que no ha enfrentado a un boxeador legítimo. Tiene triunfos sobre Ali Eson Gib, el excanastero de la NBA Nate Robinson y, además, Ben Askren y Tyron Woodley, dos peleadores de las artes marciales mixtas (MMA, por sus siglas en inglés).

Nasim Rahman Jr hubiese sido su primera prueba de fuego antes un boxeador legítimo. El problema fue que Rahman Jr informó que no estaba dispuesto a bajar hasta las 200 libras a pesar de que lo aceptó antes de firmar el contrato. Eso forzó la mano de Paul y enseguida canceló la función.

¿Cuál podría ser el siguiente paso de Paul?

Por suerte, hay varias alternativas si le tomamos como buenas sus intenciones de que ve en su futuro una pelea de título mundial, tal vez, en la división creada por el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) para aquellos púgiles que fluctúan entre 201 y 224 libras.

La primera sería retomar el enfrentamiento con Tommy Fury. El británico medio hermano del campeón peso completo Tyson Fury era el rival original, pero lo frenaron en el aeropuerto justo antes de abordar un avión rumbo a Estados Unidos. Las razones nunca quedaron claras.

Fury es conocido en el Reino Unido y, para Paul, sería la oportunidad perfecta para ampliar su base de seguidores. Aunque Fury tiene el trasfondo en boxeo, están más o menos al mismo nivel de calidad. Si se hace en Inglaterra, prácticamente asegura que se venderán todos los boletos y en términos económicos sería un éxito.

¿Qué tal Conor McGregor? En el 2017 enfrentó a Floyd Mayweather Jr e hizo una tonelada de dinero. La fórmula se puede repetir, pero con Paul.

McGregor lució fuera de su elemento contra Mayweather Jr. Fuera del ring, fue un evento entretenido dado que a ambos les agradó fanfarronear. En el caso de McGregor contra Paul, sería fácil vender la pelea por las personalidades de ambos y los espectáculos que protagonizaran los meses, semanas, días y horas antes de subir al ring.

Además, la cantidad de dinero disponible para ambos sería demasiado tentadora para dejar pasar. El Madison Square Garden sería perfecto.

Sin duda, Paul no se quedará de brazos cruzados por la cancelación y pronto moverá las fichas para trazar un nuevo plan. Después de todo, su función es ofrecer entretenimiento.