Turistas problemáticos que se queden por allá
Las autoridades deben actuar con firmeza contra los turistas problemáticos y si violentan nuestras leyes y normas, que paguen. Si se molestan, allá ellos. Y si no quieren regresar, mejor.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Cuando uno visita una casa ajena, trata de comportarse incluso con más decoro que cuando está en la propia. Si nos tenemos que quitar los zapatos para entrar, lo hacemos y ajustamos lo que sea necesario y requerido. Uno se encarga de conocer las reglas y cumplirlas.
No es diferente cuando visitamos otro país. Siempre tendemos a ser cautelosos en no incumplir con las reglas y leyes. Por eso, llama tanto la atención e incomodan las imágenes y vídeos de turistas sin mascarillas y con actitudes desafiantes, cuando se les requiere cumplir con las normas especiales para prevenir la propagación del coronavirus.
Esos turistas problemáticos es mejor no tenerlos. Que busquen otro sitio donde puedan hacer lo que les dé la gana. Ellos con su comportamiento no solo irritan al local y lo ponen en peligro, sino también al turista que viene a pasarla bien y con una actitud respetuosa y responsable.
Nuestras cualidades de buenos anfitriones nos llevan a tolerar y, en ocasiones, a reírles las gracias a quienes nos visitan, con tal de agradarlos, pero eso debe tener límites. Vivimos tiempos especiales, donde no seguir reglas básicas -como el distanciamiento social o el uso de mascarillas- puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Esto es cierto para el de aquí y el que nos visita.
Las autoridades deben actuar con firmeza contra los turistas problemáticos y si violentan nuestras leyes y normas, que paguen. Si se molestan, allá ellos. Y si no quieren regresar, mejor. No faltarán los buenos ciudadanos con ganas de visitarnos que valoren nuestras bellezas naturales y a la vez respeten nuestras leyes y a nuestra gente. ¡Esos son los que queremos!
Posee un bachillerato en relaciones laborales de la UPR, Río Piedras y una maestría en administración de empresas de la Universidad del Turabo. Comenzó a destacarse a principios del 2000 como comediante y animadora de radio y televisión. Desarrolló una sólida carrera como presentadora en programas tales como "Pa' que te lo goces", "Anda pa'l cará" y "Dando candela". En el 2014, comenzó su propio programa de TV, "Alexandra de noche" y al presente conduce "Alexandra a las 12". En 2017 incursionó al teatro con su stand up comedy "La casi casi primera dama", reconocido como uno de los más exitosos de todos los tiempos al vender más de 50,000 boletos en sobre 50 funciones. Se ha destacado además, como productora de teatro. Alexandra está casada con el Dr. David Bernier, excandidato a la gobernación de Puerto Rico, y es madre de Adrián y Miranda.
Sin maquillaje
La actriz y presentadora comparte varias de sus experiencias como madre, comunicadora y promotora de la cultura.