De todas las canciones interpretadas por Ricardo Arjona en su concierto, la más que disfruté fue “Señora de las cuatro décadas”. 

Es la primera vez que la disfruto tanto, y debe ser porque ya ando cerca de los 40. Ahora la comprendo mejor. No era la única. Una chica a mi derecha llevó una identificación gigante que certificaba haber vivido más de cuatro décadas, para ver si la subían a la tarima durante la interpretación de la canción, pero no tuvo suerte.  

La que sí subió se robó el show. Sentada sobre la falda de Arjona, se disfrutó la canción de rabo a cabo a nombre de todas las “doñitas” cuarentonas y casi cuarentonas que estábamos allí presentes. 

También a nombre de las de cincuenta y sesenta, Arjona escribió esa canción hace un tiempito, pero hoy la “amalgama perfecta entre experiencia y juventud” que menciona en su canción puede extenderse unos añitos hacia arriba.

 No se equivoca el cantautor cuando nos invita a “ponerle vida a los años” en vez de estar ocultando la edad. Ponerle vida a los años es atrevernos a vivir a plenitud. Hacer los que nos gusta y apasiona, sin reparos. Vestirnos como se nos antoje y nos sintamos cómodas. El largo de la falda y la forma del escote es problema de cada cual. También las amistades y la forma en que decidimos utilizar el tiempo libre. La edad en la que nos retiramos de trabajar, pues mientras tengamos ganas y oportunidad de producir nadie debe decidir por nosotros.  

En fin. que la edad no sea un impedimento a la hora de hacer lo que queremos y expresar lo que sentimos. Sobre todo, el autor hace referencia a los asuntos del amor, con lo cual estoy totalmente de acuerdo. Cada vez es más común encontrar parejas con diferencias significativas de edad. Tengo buenas amigas viviendo momentos muy bonitos con parejas a quienes les llevan unos añitos. Algunas relaciones son de mucho tiempo; otras dándose una nueva oportunidad luego de no tener suerte con sus anteriores parejas.  

Tengo que decirles que con algunas de ellas coincidí en la noche del concierto de Arjona. Me alegro muchísimo por ellas y por todas las mujeres que han dado rienda suelta a sus sentimientos sin importar la edad. Si quien hace palpitar tu corazón es un adulto que todavía huele a nuevo y existen las condiciones para que florezca el amor, te toca seguir adelante.  

Derecho tiene cada ser humano a buscar su felicidad y la ruta para llegar a la misma no es igual para todo el mundo. En los asuntos sentimentales los cálculos y la planificación poco importan. Se trata de ser feliz, de sentirnos bien. El amor se encarga de buscar los acomodos y hacer los ajustes.  

En otra de sus maravillosas canciones, Arjona lo explica de forma genial al decir que “el afrodisiaco más cumplidor no son los mariscos, sino el amor”. Vuelve Arjona a tener razón. Nada como el amor genuino y transparente para motivar las relaciones de parejas y estimularnos en la vida. Nada tiene esto que ver con la edad, y sí con la forma en que decidimos vivir. Ponerle “vida a los años” es una buena propuesta. Debemos darnos la oportunidad.