Comenzó la temporada de huracanes el pasado 1 de junio, y con ella llegó la ansiedad colectiva al no saber si algún fenómeno atmosférico nos visitará este año.

Ya el primer aviso llegó con Dorian. Como de costumbre el corre y corre en los supermercados, arrasando con el agua y otros artículos de primera necesidad. 

Si bien este sentido de urgencia pareciera inevitable, debemos tratar de que cada vez sean menos las gestiones de última hora y más la planificación.

Cada cual, de acuerdo con sus posibilidades, debe planificar con tiempo cómo atenderá las necesidades básicas de la familia en caso de que llegue un huracán, si reside en zonas inundables, cómo y a dónde trasladarse, cómo suministrar el agua potable, un mínimo de alimentos enlatados, entre otras cosas.

Algo que no debe fallar es el listado de familiares y amigos de quienes debemos estar pendientes y dispuestos a ayudar, al poder estar ellos más vulnerables.

Yo tengo mi jueguito de dominó bien guardado y las briscas.

Exista o no amenaza de tormenta o huracán, debemos prepararnos con tiempo. María fue una escuela para todos y nos enseñó cómo prepararnos. 

Algunas personas se molestan con los medios de comunicación al entender que adoptan una actitud alarmista que mal informa a la gente. En eso estoy en desacuerdo.

Si se va a pecar de algo, que sea siempre a favor de la seguridad y la prevención. Además, me parece que la mayoría de los medios en el País son bastante gráficos a la hora de explicarle a la gente, acompañando sus pronósticos con imágenes e información de las agencias pertinentes.

El boricua también se ha convertido en “experto” en temas meteorológicos. Sabemos un poquito del asunto y entendemos bien cuando los expertos nos hablan de probabilidades. Es un trabajo muy difícil el de los compañeros del clima pues la gente espera la mayor precisión posible y en los asuntos de la naturaleza nunca hay nada escrito. Aun así, ellos hacen su trabajo muy bien, usando las herramientas disponibles y conscientes de las altas expectativas de la gente.

Esperemos que esta temporada no sea una muy activa. Nuestra isla merece un descanso largo, pero, aunque esperamos lo mejor, debemos siempre prepararnos para lo peor, y hacerlo con tiempo.