Algunos más que otros, pero todos de una u otra forma hemos oído hablar de Iris Chacón.

Mencionas su nombre en un grupo y siempre alguien comienza a tararear alguna de sus pegajosas canciones y a mover las nalgas y las caderas.

Sin dudas, un fenómeno del entretenimiento y una de las artistas de mayor impacto en nuestra historia.

Algo que Iris logró muy temprano en su carrera fue definir su personalidad artística, asegurándose de ser única. Cuando se presentaba como “La vedette de América”, realmente lo era y lo es.

Imposible encontrarte con Iris de frente y no impactarte con su presencia. No tiene que abrir la boca para decir aquí llego Iris Chacón.

Sabía de todo esto por referencia de amistades, pero en las recientes semanas he podido constatarlo personalmente.

Como escribí hace meses sobre el impacto que tuvo para mi vida profesional conocer a la gran Charytín, hoy me siento dichosa y privilegiada de poder conocer y compartir con otra gigante: Iris Chacón.

Me tocó viajar a Orlando, Florida, para conocer a esta gran mujer. Quería presentarle la idea de juntarla con Charytín para hacer una comedia diferente, donde la “rivalidad” artística de ambas divas fuera protagonista.

Esta idea es realmente del mismo público que al verme trabajando con Charytín, me mencionaba lo interesante que sería verlas trabajando juntas.

La gente que creció disfrutando de su música y presentaciones realmente añoraba revivir esos buenos tiempos.

Me sorprendió agradablemente la apertura que desde el saque Iris mostró al concepto. No solo se hizo disponible, sino que de inmediato dio rienda suelta a su creatividad ofreciendo recomendaciones que fortalecieron el proyecto. Aquella plática fue mágica, la pasamos súper bien.

Regresé a Puerto Rico entusiasmada y convencida de que teníamos la oportunidad de crear un proyecto único en su clase que le permitirá a la gente recordar y reír, algo tan necesario cuando se viven tiempos difíciles.

Como lo pensé aquel día, así ha sido, debo reconocer que incluso mayor. Los ensayos de la comedia ¿Enchismás? son para morirse de la risa.

El empeño que Iris y Charytín le ponen y la disciplina es contagiosa. 

Siempre que llegan iluminan, no hay entradas simples, todas son triunfales. Ha sido esa actitud de lucha y amor hacia su trabajo lo que ha permitido que su brillo no desmerezca con el pasar del tiempo.

Lo decía el coro de la canción de apertura de su show y hoy lo repite la gente cada vez que la ven llegar: “¡Ahí viene, Iris Chacón, ahí viene!”.