¡Vuelve el columpio de Ceiba!
Todo apunta a que a finales de agosto los visitantes podrán volver a tomarse fotos en la atracción.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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El primero en informar la noticia fue el alcalde de Ceiba, Angelo Cruz, quien precisamente hoy participó – junto a empleados de su municipio- en una campaña de limpieza en el área.
“Eso es así. La decisión la tomó el comité de jóvenes que habilitaron el área y se espera que los pongan para finales de este mes. Yo espero que el mensaje haya llegado y entiendo que la gene ahora tiene más discreción y no va a tirar más basura”, dijo el Ejecutivo Municipal.
Mientras, la información fue confirmada por Alexis Leguillú, miembro del colectivo que le dio continuidad al proyecto ecoturístico que -en inicio- fue propulsado por un desconocido hace más de un año.
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“Sí… pero quiero poner todo bien bonito antes”, expresó por escrito a Primera Hora Leguillú, quien conforma el grupo de voluntarios junto a Melvin “Boro” García, Carlos Santiago, Eric “Eniquito” Torres, Adonay Velázquez, Iván Nieves, Alexis Leguillú y Heriberto Cruz.
De otra parte, el Alcalde indicó que durante las labores de limpieza hubo participación de seis buzos de la Oficina de Manejo de Emergencias Municipal y Estatal, quienes sacaron del fondo del mar escombros, botellas y hasta una escalera que lanzaron personas inconscientes al agua.
“Esperamos la cooperación de la ciudadanía para poder disfrutar nuevamente de las aguas cristalinas de este sitio que se ha convertido en un lugar de diversión gratuita para nuestros ciudadanos”, agregó Cruz.
En cuestión de ocho meses el área conocida como El Columpio, se convirtió en un rincón paradisiaco para miles de personas que llegaban al sector costero para darse un chapuzón en sus aguas cristalinas y treparse en unos mecedores de madera que rozaban con el mar y que le daban un toque mágico y patriótico (pues también ubicaron una bandera de la monoestrellada) al hermoso paisaje.
Pero, lamentablemente, hubo que remover las piezas recreativas porque la acumulación de basura que dejaban algunos visitantes amenazaba la reserva natural.