Virgen Teresa se aferra a una tradición familiar para darle vida al cacao
Su infancia enmarcada en la cosecha y consumo de este fruto, fue el motor para iniciar la operación de la finca La PruVite.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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En la finca La PruVite los visitantes pueden experimentar todo el proceso de producción de cacao, desde que se recoge del árbol hasta que está listo para su consumo, ya sea como bebida caliente, en barra, postres e incluso hasta jabón.
Tras años dedicada a la aguja, Virgen Teresa Torres Gómez, de 52 años y vecina de la Cuesta del Gato en el barrio Pitahaya de Luquillo, abandonó ese oficio para dedicarse de lleno a la producción artesanal del cacao, pasión que conoció desde su niñez a través de su madre, Teresa, y su abuela paterna, Prudencia, quienes lo cosechaban y producían para el consumo familiar.
Aunque no tiene datos concretos de cómo su familia comenzó a cultivar cacao y cómo aprendieron a procesar la fruta, Torres recuerda que en el predio de aproximadamente cuerda y media, además de plátanos y otros frutos menores, su abuela tenía unos cuatro árboles de cacao, los que cosechaba y utilizaba para su consumo.
“Era solamente familiar. Cuando ella tenía cacao seco, lo preparaba los domingos después de las 3:00 de la tarde. Venían familiares y amigos a beber chocolate con queso de papa, a jugar dominó y cartas. Yo recuerdo a los siete años, que ella lo sacaba de debajo del chinero y lo ponía. Y eran tres o cuatro árboles. No pasaba de eso”, contó la hoy emprendedora.
El tiempo continuó su curso y la tradición pasó a su madre, quien siguió cosechando el cacao y produciéndolo para el consumo de la familia mientras su salud se lo permitió. En el ínterin, Torres se certificó como artesana de crochet, algo que también heredó por vena familiar, y comenzó a asistir a las ferias artesanales con sus tejidos.
Fue en una de esas ferias donde concibió la posibilidad de cosechar y procesar cacao con fines comerciales.
“En el 2013 decidí empezar a sembrar cacao en la finca. Se lo planteé a mi mamá y me dijo que me estaba volviendo loca. Al estar tan de lleno en las ferias agrícolas vi que la gente estaba cambiando su forma de comer, su forma de pensar. Estaban buscando todo lo que era orgánico y aquí el cacao se trabajaba de esa manera. Y el último cacao que ella (su mamá) tenía, que era del 2011, le dije ‘mami, qué tú vas a hacer con eso’. Y ella me dijo ‘pues bebérmelo’ y le dije ‘mami, vamos a venderlo’”. Esa producción de cacao se vendió casi de inmediato.
Tras esto, con el último árbol que quedaba en la finca, Torres comenzó a sembrar nuevos y a comprar otros. A su vez, empezó a procesar el cacao y a llevar los productos derivados de este a las ferias agrícolas, a la vez que exhibía sus tejidos.
“La gente fue mirando. Yo tenía un cartel que le enseñaba a la gente cómo era la flor, cómo era la mazorca (fruto), yo tenía un fogón que ahí lo tostaba con cascara de coco, lo desgranaba y ahí la gente veía el proceso completo”. En las ferias también ofrecía ‘cupcakes’ de cacao, barras de cacao y había cacao caliente”, rememoró.
Una vez llegó la pandemia, se paralizó todo y en ese momento -y a instancias de su esposo-, la mujer decidió establecer su “chocolate shop” en la finca.
“Ya la gente me conocía por las ferias y comenzaron a llamarme para comprarme cacao y a visitarme”. Desde ese momento, prácticamente, Torres abandonó la aguja y se dedicó por completo al cacao.
Actualmente, la PruVite cuenta con 528 árboles de cacao, de los que 70 ya están en producción y la finca está abierta para recorridos guiados. En esos paseos, los visitantes tienen la oportunidad de conocer la finca y vivir la experiencia desde que el cacao se recoge del árbol, ver el proceso de despulpado, fermentación y tostado. Además, pueden hacer varias degustaciones desde el fruto mismo, la barra de cacao procesada y tostada sin azúcar añadida, los bombones de cacao una vez completado el proceso y disfrutar una taza de cacao caliente.
También pueden adquirir los distintos productos y dulces que confeccionan, como “cheesecake”, flanes, batidas, “cupcakes”, paletas, barras, mermeladas, bombones, barras de cacao, jabones de cacao y otros.
La PruVite abre sus puertas al público de jueves a sábado. Para recorridos, puedes comunicarte al 787-710-5619 o buscar LaPruVite en Facebook.